Capítulo 27: Eres Mi Estrella.

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Llegamos a su casa, la cual es gigante. Al parecer su madre y padre están de viaje, así que solo está la señora Margarita. Abre la puerta de la casa y entró antes que él. Observo con detalle la sala de estar, los muebles y la decoración le dan un toque moderno a la casa. Escucho el ruido que emite la puerta al ser cerrada de nuevo, él se pone a mi lado y me toma la mano. No puedo evitar sentir una corriente eléctrica al sentir su cálido tacto en mi mano derecha.

Recuerdo las veces que soñaba con que él correspondiera a mis sentimientos. Aquella época en la que deseaba que me viese como algo más que su hermana. No nos une ningún lazo de sangre, pero el amor que nos tenemos es suficiente para crear un lazo más fuerte.

-Sube-me dice dando media vuelta-no tardo-dice antes de entrar en la cocina. Con pasos no tan firmes y un poco desconcertada subo las escaleras hacia su habitación. Recuerdo perfectamente la ubicación de esta.

Abro la puerta un tanto insegura y el olor a él inunda mi fosas nasales. Un olor adictivo, me siento sobre la enorme cama y me quito el abrigo que él me había dado para ponerme. Lo huelo con mis ojos cerrados e inhalo el olor a su colonia, a él.

Siento unos pasos acercándose así UE finjo normalidad.

Si nadie vio, nada pasó.

Él entra con una enorme sonrisa y dos tazas que por su olor dedujo que es café. Me levanto rápido y tomó una de ellas.

-Bien cargado, como te gusta-dice mientras camina hacia el balcón. En el hay dos sillones cómodos. El cielo está despejado dejando así a la vista las estrellas. Él toma asiento en uno de ellos y con un gesto me invita a que haga lo mismo.

-Lo recordaste-digo mirando una de las estrellas, bebo un poco de mi café. Miro de reojo y el hace lo mismo.

-Recuerdo todo de ti-dice mirando un punto fijo en el cielo. Miro de reojo sin que él se de cuenta y el panorama es magnífico. Su bello rostro mirando el cielo estrellado, guardaré esa imagen por siempre en mi memoria. Me encanta el hecho de que recuerde cosas tan simples como esas.-¿Por qué cambiaste tanto?-su pregunta me toma por sorpresa, me tenso un poco-es decir, eres una de las mejores personas que conozco, siempre lo has sido y lo sigues siendo, pero luego de lo de Gabriel, tú solo te cerraste, das una parte a conocer que no es la verdadera Kendall, no la que yo conozco-finaliza pero esta vez su mirada se posa en la mía. Tan intensa. Notó en ella un brillo especial.

Por alguna razón con él me siento segura, cómoda. Él me transmite una especie de paz, su gesto me incita a hablar.

-Sabes que para mí fue difícil lo que sucedió-digo bajando la mirada, siento como mis ojos se humedecen pero hago el mayor esfuerzo para que las lágrimas no hagan presencia-no pensé que aquello sucedería y siento que fue mi maldita culpa-le digo sin evitar que una lagrima rebelde salga de mi ojos derecho. Él me mira por unos segundos y luego vuelve a mirar a el cielo.

-No eres la culpable de nada-eso lo dices porque no conoces toda la historia-hiciste lo que cualquier chica habría hecho, créeme. Debes dejar de culpar te por ello, para mi también fue difícil, lo sigue siendo, pero fue un accidente, no podíamos haber hecho nada al respecto-esta vez vuelve a posar sus ojos verdes en mi.

Le doy otro sorbo a mi raza de café evitando su atenta mirada,-si yo no hubiese llamado, no hubiese ocurrido nada-digo mirándolo a los ojos mientras otra lagrima sale a flote.

-Si notarás lo magnífica y hermosa que eres-sus palabras hacen que me sonroje-no debes de mostrarte así, tan fría con los demás. Te conozco, sé que sufres y saber eso no sabes la impotencia que me causa, me gustaría hacer cualquier cosas solo para que dejaras de sufrir, para ver de nuevo ese brillo intenso que tenían antes tus hermosos ojos. Quiero volver a verte brillar como una de esas estrellas, tú eres quien ilumina mi cielo Ken-dice mirándome a los ojos, sus palabras hacen que mk corazón salte de alegría. No puedo creer lo que acabo de oír.

Una llamada hace que se pierda el contacto visual que estábamos teniendo, él contesta su teléfono de mala gana y yo solo maldigo en mi interior.

-En estos momentos no puedo hablar, estoy haciendo algo importante-dice a quién sea que esté del otro lado de la línea.

-Ella es mucho más importante que cualquier otra cosa-no puedo evitar sonrojar me al escuchar sus palabras. Él cuelga y toma su taza de café.

-Ya vuelvo-dice y está vez toma la mía. Me levanto del sillón y me dirijo un poco insegura en la dirección que él acaba de tomar.

-¿Me puedo bañar? Sabes que no me siento muy cómoda así-digo confiada. Fuimos mejores amiga y sigue siendo el mismo así que debo de retomar el nivel de confianza al que estaba acostumbrada estando con él.

-Sabes que no tienes ni que preguntar-me dice mientras sale de la habitación. Entro en el cuarto del baño y me miro en el espejo. Mi reflejo podría asustar a cualquier, el trabajo que había hecho Emma maquillando me se fue a la mierda después de tanto llorar. Mi cabello esta hecho un nido de pájaros. Me despojo de mi ropa y entró en la ducha. El agua tibia cae sobre mi cuerpo, relajando me. Cierro mis ojos ante la paz que me transmite bañarme.

Salgo después de una larga ducha y me golpeó mentalmente.

Que despistada soy me digo a mi misma. No traje una toalla, ni traje ropa y para terminar de completar, solo tengo las bragas que traía puesta.

La suerte no esta de mi lado.

Peino mi cabello, lavo mi rostro y me pongo las bragas de encaje azul rey. Con las manos tratando de tapar mis senos, abro cuidadosamente la puerta del cuarto del baño, rogando por dentro que Xander no esté en la habitación. Por suerte mis súplicas son escuchadas porque él no está aquí.

¿Por qué tardará tanto?

Ignoro esa pregunta y empiezo a buscar una toalla, escucho la puerta abrirse y Xander queda estática al verme. Por alguna razón mis manos abandonaron mis senos, dejándolos expuestos, él inspecciona mi cuerpo y su mirada denota deseo. Sin explicarme porque él no trae camisa, así que deja a la vista su trabajo cuerpo, él muerde su labio inferior y yo repito la acción. Mis hormonas han tomado el control de todo mi cuerpo. Él da un paso hacia adelante seguro de lo que está haciendo, nos separan un par de centímetros, él posa la mirada en mis pechos, lamento sus labios provocando que moje mis bragas. Miro hacia su entrepierna, tiene una gran bulto en esa zona, lo cual provoca que sea yo quien muerda mi labio inferior. Su mirada sube a la mía, luego se posa a mis labios y me besa.

Me besa como nunca lo había hecho, me besa de manera lenta pero deliciosa. Sus labios sobre los míos, ambos se mueven de manera sincronizada. Su lengua abre paso en mi boca, explorando cada parte de ella. Muerdo su labio inferior con fuerza. Luego él hace lo mismo, el beso se torna un poco más apasionado. Nos separamos por falta de aire y él me mira a los ojos, su mirada me hace aquella pregunta, lo notó, asiento, pero no soy yo, son las hormonas quienes en estos momentos son las encargadas mi auto-control.

Baja las manos a mis pechos, los masajea y pellizca provocando pequeños gemidos los cuales son ahogados en su boca. Me toma de los muslos y entrelazo mis piernas, me pone sobre la cama sin dejar de besarme. Sus besos provocan que pierda el control y no tengo idea de que sucederá.

Siempre serás tú. ¡Editando! #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora