U n o

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Sonreí al ver que la jornada laboral ya había terminado. El ayudar a pacientes con diferentes enfermedades mentales no era nada fácil.

Apague las luces del consultorio y salí con camino a casa. Antes pase comprar algo para comer ya que no me había dado tiempo debido a tanto trabajo que tenia con los pacientes que cada día llegaban.

Cuando por fin llegué a casa comencé a cocinar la comida que antes había comprado, que no era mas que un simple ramen.

Antes de comenzar a comer recibí una llamada de SunMi. Tome mi celular y la acepté.

- ¿Hola? - pregunté.

- Hola Hye ¿Quieres salir a algún lado? - pregunto alegremente.

- No tengo ánimos de salir a algún lado - pase una mano por mi rostro para así intentar quitar el cansancio.

- Entones voy a tu casa - no me dejo hablar cuando ya había colgado la llamada.

SunMi era mi mejor amiga, ambas pensábamos completamente diferente pero creo que eso es lo que nos mantenía unidas.

Deje mi celular en la mesita de la cocina y tome el plato de ramen que humeaba de lo caliente que estaba. Me senté en el sofá de la sala mientras me quitaba los zapatos. Deje el plato de comida en la mesita del centro, Prendí el televisor para ver que programas estaban pasando.

Ya había comido la mitad de ramen cuando timbraron, con cansancio me levante a abrir la puerta.

Abrí la puerta y camine de regreso a el sofá, estaba tan cómoda allí.

- Ay, quita esa cara - SunMi hizo una mueca al mismo tiempo que se sentaba en un extremo del sofá.

- Callate - fijé mi mirada al televisor mientras comía.

- Deberías darte un descanso Hye, tu cara se ve demacrada y tus ánimos... - negó levemente con la cabeza.

- No puedo esos chicos y chicas me necesitan - le respondí, deje mi plato en la mesa y me incorpore mejor en mi lugar.

- ¿Sabes? Tengo miedo de que esos pacientes a los que atiendes te vayan a hacer daño algún día - su rostro feliz paso a uno de preocupación y miedo. Chasquee la lengua.

- No me va a pasar nada Sun - dije tratando de aliviarla.

- Confió en ti - suspiró - pero al menos date un descanso - yo asenti con la cabeza.

SunMi me estuvo reprendiendo toda la tarde que tenia que descansar y relajarme de tanto loco que había en mi trabajo. Yo tan sólo la escuchaba hasta que me quede dormida y no escuche nada mas.

Desperte y toda la sala estaba completamente oscura. Bueno, en si toda mi casa estaba oscuro y en completo silencio.

SunMi ya no estaba conmigo, fui a mi habitación y me meti a duchar.

Una vez que lo hice me fui a mi cama dispuesta a dormir.

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La alarma sonaba como si estuviera loca. Estire mi brazo y la apague. Estire mi cuerpo en la cama soltando un suspiro. Estaba cansada y aun tenia sueño, pero si quería a ayudar a las personas que lo necesitaban me tenia que aguantar.

Me vestí rápidamente porque se me había hecho tarde. Tome mi bolsa y demás cosas y salí disparada de mi casa.

Mi trabajo quedaba cerca de mi casa eso era lo que me gustaba de trabajar ahí.

Desde que estaba pequeña le prometí a mi padre que  Trabajaría ayudando a personas con problemas mentales.

¿La razón?

Mi madre sufría de esquizofrenia, era muy terca y nunca se quería tomar los medicamentos, razón por la cual su enfermedad empeoró. Un día recuerdo que cuando regresaba a casa después de la escuela había un montón de patrullas y ambulancias afuera de mi casa. Vi a mi padre sentado en la acera con la cabeza agachada y los ojos cerrados. Corrí hacia el y pregunte que estaba pasando.

Mi madre se había suicidado. Ahorcándose del techo de su habitación.

Llore demasiado. Estuve aislada por 3 meses sin salir a algún lado o hablar con alguien.

Mi padre estaba igual de destrozado que yo, pero para el fue mas fácil salir de este trauma. Lo admiro demasiado porque me ayudo mucho con mi autoestima.

Es un angelito.

Y bueno, esa es la razón por la cual soy psiquiatra.

Cuando llegue a mi trabajo abrí la puerta. Haneul, mi secretaria ya había llegado estaba sentada en su silla. Esa chica siempre era muy puntual y trabajadora, también era amable.

- Buenos días Señorita Hyemin- hizo reverencia, tomo un sobre que estaba en su escritorio y me lo tendió, inspeccionaba mi rostro como si tuviera algo raro en este - esto es para usted, llego por la mañana. ¿Se siente bien?, se ve muy pálida.

- Gracias, si estoy bien no te preocupes - hice reverencia - camine hacia mi consultorio con el sobre en mis manos.

Saque la llave de mi bolso y abrí la puerta, entre y cerré la puerta detrás de mi. Todo están en perfecto orden. Mi consultorio consistía en un pequeño escritorio y una silla giratoria y detrás de este había una ventana por la que circulaba el aire perfectamente. Eso era lo que adoraba, la ventana, las paredes eran de color crema.

En una esquina de este había un locker negro donde guardaba todos las carpetas con los datos de los pacientes a los que atendía. Y otras cosas que usaba para trabajar.

Y eso era todo lo importante para mi. Porque había mas cosas pero no de suma importancia.

Deje mi bolso en el perchero y camine a mi silla para sentarme.

En mi ordenador tenia varios correos que me mandaba Haneul sobre los avances de los pacientes.

El sobre aun estaba en mis manos.

El remitente decía que era un chico que venia de Daegu, sufría de esquizofrenia.

Abrí el sobre y tenia escrito en una hoja diferentes datos sobre su enfermedad.

Al pie de la hoja venia escrito su nombre:

Kim TaeHyung.











Uh... Demasiado suspenso.

Diganme si les esta gustando
; D

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Esquizofrenia ©Kim TaeHyung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora