- Aquí, arma eso y deja al animal ahí - le señale a TaeHyung un espacio de la sala vacio. El asintió y dejo su mascota en el sofá y comenzó a sacar un corralito que le compre.
TaeHyung encontró su mascota en el justo momento que entramos a la tienda de animales. Un perrito que sinceramente no se cual es su raza pero estaba hermoso. Era pequeñito en comparación a la altura de Tae y la mía.
TaeHyung estaba mas que feliz con su animal se le notaba en su hermoso rostro. Una vez Tae termino de armar el pequeño corralito de su perro, tomo en brazos a Yeontan. Si ya le había puesto nombre.
Raro.
- ¿Puedes llamarle a JungKook? - pregunto mientras que con su gigante mano acariciaba a su perro. Se me hacia raro que no se halla acordado de su oso.
Creo que ya se va a olvidar de su oso. Eso creo.
- Si Tae. Aunque no se si pueda venir debe estar ocupado. - le dije. Pero el pareció no escuchar. Llame a JungKook y gracias al cielo estaba disponible y vendría.
- JungKook va a venir Tae - el se levanto del suelo y corrió a abrazarme sin soltar a su mascota. Y me beso.
Si Tae me beso.
Lindo. Muy lindo.
- Tengo hambre - bien. Ya se me hacia raro que no dijera algo como eso.
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- No quiero - dijo haciendo puchero. Estaba intentando que tomara su medicamento, pero se negaba.
- Tae lo tienes que tomar si o si - le dije pero el seguía diciendo que no. En un intento de meterle las pastillas a la boca lo lance hacia atrás pero el se aferro a mi suéter y caímos los dos juntos.
- Auch - se quejo TaeHyung pero después comenzó a reír. A carcajada.
Era lindo verlo así. Jamas lo había escuchado a reír así hasta ahora. Su risa me contagio y me puse a reír como foca con retraso mental con el.
Mi celular sonando me despertó del transe de la risa. Me levante de su cuerpo. Fui a la mesa por mi celular, Tae miraba cada movimiento de mi cuerpo atentamente. Conteste la llamada. Haneul.- Señorita Hye - se escuchaba agitada. Muy agitada.
- ¿Pasa algo? - pregunte. Se aclaro la garganta y después hablo.
- Es Minah - Dios - Ha venido y dejo una orden -
- ¿Orden? - volví a interrogar confundida.
- Si, de la policía creó que irán a su casa mañana - esa loca no se rinde.
- Gracias por avisar Han - le dije. TaeHyung aun seguía mirándome pero ahora su mirada reflejaba miedo al ver mi rostro.
- No hay de que - se quedo callada por un momento y luego habló - Señorita, proteja a TaeHyung de cualquier cosa - dicho esto colgó dejandome mas asustada de lo que ya estaba.
Volví a dejar el teléfono en la mesa. Me frote la cara y suspire en silencio, volví a sonreír mirando a TaeHyung.
El sonrió pero no muy convencido. La felicidad que había antes se había esfumado por completo.
- ¿En que estábamos?
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- No puedo dormir - dijo TaeHyung mientras miraba al techo - ¿Que te dijo? - preguntó.
Obviamente se refería a Haneul.
- Cosas del trabajo - le respondí. Me gire para abrazarlo, el correspondió.
- Cuando vivía con Kookie hacíamos fiestas de noche - dijo.
¿Fiestas de noche?
- Querrás decir pijamada TaeHyung - el asintió con un sonido con la garganta - ¿Y?
- Quiero - dijo y se levanto de la cama, encendió la luz. Con una sonrisa en su rostro.
- ¿Ahora? - el asintió con su enorme sonrisa cuadrada tan característica de el la cicatriz de su rostro ya no se veía tan... De miedo - Esta bien.
Cuando respondí Tae salio corriendo de la habitación, mientras yo acomodaba las cobijas.
Minutos después de yo organizar la habitación, Tae regreso con bolsas de papas fritas y un montón de dulces en las manos.
- No te vas a comer todo eso TaeHyung - le dije el solo soltó una risita.
- Tu si - oh por Dios. Ni que fuera una tragona, glotona.
- Claro que no Tae, no tengo hambre - le dije y el me miro incrédulo.
- Voy a por Yeontan - salio y después regreso con su animal en brazos.
Mientras hablabamos de temas sin razón TaeHyung comía los chocolates que trajo a la habitación como si fueran lo mas rico que existiera.
Lo miraba comerlos como se relamia los labios, los sonidos que hacia al saborearlos. Se me hizo agua la boca con tan solo verlo.
Se me antojo.
Los chocolates.
Me estire lo suficiente para quitarle uno de las piernas. Logre hacerlo. El me miro con los ojos abiertos, yo me apresure a abrirlo rápido y darle una mordida. Supo delicioso.
- Era mi ultimo chocolate - hizo puchero, se vio demasiado tierno.
- Ten - le acerque el chocolate ya mordido el hizo mueca de asco.
- Esta babeado - dijo aun con su mueca.
- Si claro, ahora resulta que te doy asco, a ver si eso me dices cuando quieras besos - el no dijo nada. Yo seguí comiendome el chocolate.
- Era broma - sonrió inocentemente.
- Si claro..
No se hace cuanto no actualizó... Pero aquí esta... Corto...
Estoy seca de ideas.
Aiuda!