7. La revelación

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Después de contarle a Joey sobre los sueños y la información que poco a poco había encontrado caímos rendidos en la cama.

Yo acababa de despertar de la siesta y no podía dejar de suspirar por la suerte que tenía de tener un novio que además de eso era mi amigo y compañero de aventuras.

Dejé de divagar en torno a todo y tras dejar un suave beso en su mejilla me levanté para darme un baño. Eran cerca de las 7:00 pm y no podía dejar de pensar en como le diría a los demás sobre lo que sucedía.

Me di una ducha y me vestí con una franela blanca junto a unos shorts jeans de color rojo además de unas sandalias negras, no solía usar maquillaje así que sólo solté mi cabello oscuro que caía en ondas y salí del baño.

Me acerqué al alfeizar de la ventana y descorrí las oscuras cortinas para observar el anochecer donde en alguna parte una niña corría peligro y no sabía como ayudar.

―Te ves sexy cuando estas toda pensativa ―me sobresalté un poco cuando sus manos rodearon mi cintura por detrás y me reí.
―Ya estas despierto ―me di la vuelta entre sus brazos y dejé un beso en sus labios.

Escuchamos pasos en la escalera y me reí bajito ya imaginando lo que venía.
―¡Díganme por favor que al menos tienen ropa puesta! ―Cathy aporrea la puerta.
―Por amor de Dios... ¿Tienes que ser tan absolutamente escandalosa en mi casa? ―Alec odia el escándalo.

Joey besa mi mejilla y me suelta mientras busca sus zapatos en la habitación.

Abro la puerta y encuentro a Noel apoyado en la pared, Cathy con una mano dispuesta a seguir con la tortura para Alec que permanece en la puerta de su habitación con los brazos cruzados.

―En primer lugar ―levanto uno de mis dedos― Estamos con ropa y sólo estuvimos durmiendo ―levanto un segundo dedo― Deja de maltratar mi puerta y... ―levanto un tercer dedo― ¿Qué hacen todos aquí está noche?

Noel resopla cuando Joey sale de la habitación y desaparecen escaleras abajo mientras los escucho discutir sobre algún trabajo universitario.

―¿No nos esperabas? Alec dijo que haría pizza casera y pues como están las cosas por aquí no tengo ganas de estar saliendo ―Cathy hace puchero y no puedo evitar reír y abrazarla.
―Me declaro culpable pero olvidaba cuanto me gusta la tranquilidad en mi casa cuando sólo estamos Lai y yo ―mi hermano refunfuña mientras baja las escaleras.

Rueda los ojos y me dirige esa mirada de ojos negros que cuando la conocí parecía tan atormentada.

―¿Te parece si molestamos a Noel ahora?
―¿Te sientes bien? Pareces muy animada hoy ―la miro con detalle.
―¿Yo? Nada que ver cariño. Vamos abajo con los chicos.

Me quedo mirandola mientras baja las escaleras pero sacudo mi cabeza y la sigo escaleras abajo.

Los chicos están en la isla de la cocina mientras Alec se ríe y hablan de quien sabe que.

Ver a Alec junto a Joey siempre ha sido un placer para mi. Es mi hermano y que apoye mi relación es maravilloso, sin embargo que se lleven como lo hacen me da mucho más gusto.

Noel siempre es más serio y está más callado aunque se ríe de las cosas que los demás dicen. Sin embargo cuando Cathy está presente el parece más molesto por alguna razón y aunque me divierte me gustaría saber la historia detrás de eso.

Durante la preparación de la pizza y después de la cena me mezclo con todos porque aunque cada uno tiene personalidades diferentes son personas que siempre han estado conmigo y aunque la convivencia suele ser caótica es divertido.

Después de limpiar la cocina todos nos sentamos en la sala de estar y yo en verdad no sabía como decirlo.

―Alaia quiere contarles algo chicos, sólo les pido que hasta que no termine guarden silencio ―todos observan a Joey y hacen silencio mientras me miran de manera acusadora.
―Cuéntanos querida hermanita, ¿ahora en que cosas andas metida?
―Déjala en paz Alec y no juzgues antes de que siquiera haya hablado. No es justo ―Noel sale en defensa y está serio como todo abogado.
―Oh mi Dios...

―¡Dios hagan silencio! ―solté mientras me enderezaba en mi lugar y los miraba― Esto en verdad es serio y no se lo tomen a chiste.

Tomo una larga respiración y procedo a contar todo lo ocurrido, desde los sueños hasta las cosas que he leído respecto a lo que me pasa.

Joey toma mi mano durante el proceso y sé que en verdad se está tomando todo muy enserio.

Cuando termino todos me miran y no puedo más que sentirme nerviosa por las caras que muestran.

―No puedo evitarlo ―empieza a reírse Cathy y aunque se que en otra circunstancia hubiera hecho lo mismo justo ahora no me hace nada de gracia.
―¿Estas segura de esto Alaia? Lo que estas diciendo es algo serio y aunque había leído algo así por ahí alguna vez no creía que esto pasaría contigo y en este momento ―Noel siempre tan reflexivo aún trata de asimilarlo.
―También me sorprendí pero cuando me lo contó y vimos algunas cosas juntos muchas cosas concuerdan y tienen explicación ―Joey frunce el ceño cuando Cathy aún se ríe.

Espero la reacción de mi hermano y que esté tan pensativo no me gusta.
―La abuela siempre dijo que Alaia era una niña muy especial y que tenía un don que no sería revelado hasta que en verdad fuera necesario ―me mira y me estremesco.
―¿Porque hasta ahora lo dices?
―Porque nunca tuvo sentido para mi. Como todo niño pensaba que mi pequeña hermana era Matilda o que se yo.

Ahora si nadie puede guardar seriedad y se ríe de las palabras de mi hermano. Me siento muy aliviada de habérselo contado.

―Te juro que está vez te excedes... ¿Estas segura de lo que dices? ―me mira un poco preocupada.
―No pongas esa cara. Sé como suena eso pero te juro que es así.

Miro a los chicos en la habitación y aunque todos están callados puedo ver las ruedas girando en su cabeza.

―¿Que haremos? ―dice Noel rompiendo el silencio.
―¿Hay algo que podamos hacer?
―Siempre hay algo que podemos hacer Cathy... ¿No que el pesimismo es el trabajo de Noel ―el mencionado mira mal a Joey y sonrío mientras apoyo mi cabeza en su hombro.

Alec permanece callado aún y eso me deja muy inquieta.

―¿Alec?
―Estoy tratando de recordar algo que la abuela dijo... Sin embargo no presté la suficiente atención en el momento...

Suspiro y Joey aprieta mi mano en señal de aliento.

―¡Se que podemos hacer! ―Alec grita y por la cara de todos no se lo esperaban.

Sin embargo sonrío... Todo lo que necesitaba para continuar era su apoyo.

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora