15. Jugando a la detective

33 6 3
                                    

Cathy.

Como cuando teníamos 10 años y jugábamos a los detectives camino el espacio que hay entre mi casa y la casa de la hermana mayor de Leslie.

En mi mente todo pensamiento negativo y de sospecha se ha ido, sólo necesito saber la verdad para poder continuar lo que sea que estamos haciendo.

Cuando llego a su puerta está abierta por lo que entro a ella con nuevos ojos, la hermana de Leslie tiene un niño de algunos 10 años que según sé es adoptado, pero vive con la madre de ellas en la ciudad.

Con ojos nuevos entro a la casa que es idéntica a la mía en cuanto a la estructura, por un momento me pregunto si la casa de John y Elisabeth también tendrá la misma sólo por el hecho de haber sido construida por la misma empresa constructora hace tanto tiempo atrás.

Observo las fotos en el pasillo de entrada y puedo ver que Leslie es peliroja de nacimiento como su hermana, el pequeño que está entre ellas en una de las fotografías se parece tanto a ambas que es increíble, sólo que su abundante cabello es rubio.

Sigo caminando hasta que sin más que ver me dirijo hacia la terraza donde todas las tardes hemos estado estudiando.

―¡Ahí estás! Te ha tomado un montón de tiempo llegar aquí ―me abraza y le devuelvo el abrazo.
―Me quedé observando unas fotografías que están en el pasillo de la entrada...

No sigo porque sus ojos de pronto se han puesto grandes mientras se nota el  ligero temblor de sus manos.

―¿Que haz encontrado tan interesante? ―parece más calmada por el tono de su voz pero trato de que no note que puedo ver sus manos temblar.
―Tu hermana tiene un niño precioso, aunque es una pena que no viva aquí con ustedes... Estoy segura de que sería feliz aquí.
―Después de la muerte de mi padre y que yo volviera aquí, mi madre se sentía muy sola y pidió quedarse con el mientras nosotras íbamos y veníamos.

Parece un poco exasperada al darme los detalles y anoto eso en mi lista.

―¿Alguna vez vas a contarme porque estuviste interna en el mismo lugar de rehabilitación que yo?
―¿A que vienen tantas preguntas de pronto Catheryn? Te dije que fue una crisis, causada por estrés.

Trato de no parecer muy interesada mientras tomo asiento cerca de ella y empiezo a sacar las cosas para la clase de hoy.

―Oh... Ya sabes, sólo curiosidad. Sé que pasamos mucho tiempo juntas cuando estuvimos encerradas pero sin duda no recuerdo que habláramos de ello, aunque creo que mencionaste alguna vez un hombre.
―¿Lo hice? ―sus ojos se vuelven suaves pero un frío cae sobre ellos al instante― Era joven y estúpida, ahora soy una mujer adulta.

No sé que significa su respuesta pero no me gusta el tono rencoroso con el que lo dice.

Nos ponemos manos a la obra y dejamos la charla, tampoco quiero que se sienta presionada.

Mientras trabajamos observo que es muy habilidosa en lo que hace.

―Parece que el pobre Gucci ha sido de gran ayuda, pareces toda una maestra ―sonríe orgullosa y mira sus manos.
―Eres una buena maestra...
―¿Vas a entrar en la escuela de enfermería?

Me mira fijamente y pongo una expresión tranquila en mi cara.
―Creo que pronto, aunque no se que tanto cambien mis planes.
―¿Puedo pasar al baño? Ya terminamos por hoy.

Escuchamos la puerta abrirse y cerrarse, Leslie se remueve muy interesada mientras ambas nos levantamos.

―Iré a preparar algo para picar mientras bajas, tengo planes en un rato y mi hermana acaba de llegar.

Asiento y subo las escaleras hasta la planta alta de la casa, hay dos habitaciones y el baño.

―Tu puedes Cathy... ―me doy ánimos mientras trato de abrir una de las puertas, está cerrada, sin embargo la otra está abierta y no dudo en entrar, dejando la puerta un poco abierta.

Es una habitación sencilla y puedo ver el toque de Leslie, sin demora alguna empiezo a registrarla y encuentro lo que tanto buscaba:

1. Hay una foto de John bajo la almohada.
2. Tres capas negras reposan en el armario.
3. Jeringas preparadas con sonmiferos y la cantidad justa para aplicarla en niños reposa en una cajita bajo la cama.

Tomo fotos de cada una de las cosas y dejo todo en su lugar mientras siento mi pulso dispararse con adrenalina.

En una esquina de la habitación hay muchos periódicos y rápidamente observo como toda la vida de nuestros vecinos desde hace quien sabe que tiempo está ahí.

Ahogo un sollozo y me siento utilizada de una manera muy cruel, todo este tiempo no he sido más que un peón en un juego que no sabía que estaba jugando.

Miro mi reloj y recuerdo que debo bajar, además de salir de aquí.

Con cuidado dejo todo en su lugar y bajo las escaleras pero me detengo antes de llegar a la cocina porque las voces, aunque medio susurradas, puedo escucharlas.

―Debes parar esto, ya tienes lo que necesitas. La Policía ha estado conmigo y me ha costado mucho despistarlos.
―¿Me están buscando?
―¡Al parecer eres más estúpida de lo que pareces a simple vista! Te dije que terminarás esto lo más rápido posible pero te regodeas en verlos sufrir.
―¡Eres insoportable! Es por esto que te quiero fuera, al final John será mío y esa niña no será más que un triste recuerdo.

Mi corazón se detiene y es toda la confirmación que necesitaba... Siguen conversando en voz más baja mientras me recompongo y vuelvo atrás para bajar las escaleras y hacerme notar.

―¡Oye Les! Como la clase de hoy terminó me iré a casa... Oh, estas aquí Nancy.

Ella me sonríe y le devuelvo la sonrisa... ¿Cómo alguien que parece ser tan buena puede estar detrás de todo esto?

―¿Vas a ver a tus amigos? ―lo dice con cierta sospecha y me hago la indiferente.
―Tengo que ir fuera a comprar algunas cosas así que es probable que me quede en casa de unas compañeras.

Nancy me mira y por un segundo me siento intimidada.
―Le decía a mi querida Leslie que ya no debería de incordiarte más y dar por terminada vuestras clases, de todos modos ya pronto entrará a la escuela de enfermería y puede continuar con una guía más experimentada.
―Si así lo quiere ella, no tengo problemas. Es una estudiante excelente y estoy segura de que le da buen uso a mis conocimientos.

Después de mi comentario me despido de Leslie y Nancy para dirigirme a mi casa.

Es obvio que ya no me necesita... ¿Pero adivina que? El juego está iniciado y ahora no soy un simple peón.

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora