20. ¿Porque haces esto?

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Alaia

No quería que nadie saliera herido, nunca fue mi intención involucrarme en esto pero al parecer mi resolución no fue muy aceptada.

Ahora tenía a mi hermano a mitad de camino tratando de salir de la trampa, mis amigos buscando refuerzos y a mi novio escondido cerca de donde me encontraba buscando una entrada viable.

Estaba nerviosa y mi desesperación estaba sacando lo peor de mi en este momento.

Debía haber algo.

La casa era pequeña pero no se veía muy acogedora y la maleza empezaba a rasguñar mi piel.

―Vamos, Alaia... ―murmuré dándome ánimos.

De pronto me tropiezo con algo y sin lugar a dudas caigo de bruces en el suelo duro debajo de mi. Aunque trato de no gritar un gemido bajo sale de mis labios.

Ruedo un poco para ocultarme de la vista y vuelvo a gemir despacio... Mis rodillas y codos duelen por el impacto cuando traté de evitar la caída, incluso mi cuello duele un poco.

Espero unos minutos y como nada pasa trato de levantarme mientras dolor se dispara por mi cuerpo ahora adolorido.

Me levanto despacio y no quiero ni imaginar cómo debo de verme. Olvidando tal vanidad reviso con que he tropezado y mi sorpresa es que se trata de una puerta.

Pruebo con el agarre y sólo cruzo los dedos porque está puerta vieja podría hacer un ruido imposible de ignorar para Leslie.

Para mi sorpresa es todo lo contrario. La puerta se abre con una suavidad que me deja sin palabras y un escalofrío recorre mi cuerpo por el frío que se siente sólo de estar frente a ella.

Respiro hondo mientras me doy ánimos para entrar... El camino hacia abajo es realmente corto y me froto los brazos por lo frío que está aquí adentro.

Mis ojos observan rápidamente el area; puedo captar el olor a madera húmeda y vieja mientras mis ojos se acostumbran a la oscuridad que solo puede disipar las pocas velas en el lugar.

Trato de ser lo más silenciosa posible cuando mi mirada es atraída por algo más adelante.

En un rincón de la habitación hay un pequeño bulto envuelto en sábanas sobre un colchón a nivel del piso.

Mi corazón se desborda y late fuerte mientras me acerco temerosa de que alguien más este aquí pero también ansiosa porque no se con lo que voy a encontrar.

Una vez me paro junto al pequeño bulto una exhalación escapa de mi y con dolor en mis rodillas me inclino para descubrir lo que sea que hay allí.

Mis rodillas ceden cuando veo el cabello rubio pero sucio y enredado de la niña que duerme pacíficamente, a juzgar por su respiración, pero lágrimas gruesas aún se aferran a sus pestañas y sus ojos estaban hinchados.

―Beth... ―susurré tratando en vano de despertarla― ¿Bethany?

Su respiración no había cambiado mientras la movia ligeramente y mi corazón se rompió por ella.

¿Que le habían hecho a esta niña?

Tomando una decisión escanee el lugar pero no había ningún ruido afuera o adentro.

¿Estábamos solas? ¿Donde está Leslie?

Fui hacia la puerta y la dejé abierta para luego cargar a Bethany. La niña ni se inmutó de la acción y no me esperaba que fuera tan ligera y pequeña para la edad que tenía.

Tratando de ser lo más silenciosa posible caminé hasta la puerta hacia la libertad.

Muy bueno para ser verdad...

―Me estaba aburriendo aquí afuera chica, tu novio es un chico astuto pero supongo que no tanto cuando un arma podría volarle la cabeza en cualquier segundo.

Me detengo de golpe con Bethany en mis brazos mientras observo la escena frente a mi.

―¿Los ratones te comieron la lengua pequeña detective?

Su voz es burlona y sus ojos parecen enloquecidos. Leslie sostiene una pistola que apunta hacia la cabeza de Joey. Este a su vez está arrodillado en el suelo y un fino hilo de sangre se desliza por un lado de su cabeza.

―Esto terminó Leslie, no hagas esto más grande de lo que ya es... Secuestraste a una menor de edad.
―¡No voy a parar! Todos ustedes van a morir ―su labio tiembla pero su mano está firme con la pistola.

Me debato entre lo que debería hacer y los ojos de Joey me ruegan que no haga nada estúpido.
―¿Porque haces esto?

Por un momento me mira sin expresión pero una sonrisa alocada adorna sus labios.
―Ella me lo quitó todo ―dice con rabia mirando hacia la niña aún en mis brazos― ¡Yo estaba destinada a estar con John! Me lo merecía después del infierno por el que pasé.

La miré cautelosa.
―Estuviste durante años y más años encerrada en una institución psiquiátrica Leslie. Es imposible que hayas estado fuera el tiempo suficiente para lo que estas diciendo.
―¡Eso no es verdad! ―estalla mientras por un momento me apunta con la pistola, sin embargo su atención vuelve a Joey.

Mis bellos se erizan de terror y Beth se remueve en sueños aún en mis brazos.
―Deja la niña en el suelo y los dejaré marchar ―dice con una sonrisa que no hace nada más que abrazar más a la niña― Nadie más tiene que salir lastimado si ella se queda conmigo. Al final todo irá de acuerdo al plan.

Se queda callada por unos segundos donde aún no separo a la niña de mi cuerpo.
―¿O tal vez prefieres arriesgar la asquerosamente ridícula relación que tienes que este niño bonito? ―golpea una vez más su cabeza con el arma y sus ojos ruedan, hasta ahora me doy cuenta que está esposado.

Todo pasa muy rápido cuando mi hermano se precipita desde atrás de Leslie y la golpea haciendo que ambos ahora están luchando por el control del arma.

Mi corazón late a mil mientras observo todo petrificada, sólo para detenerse cuando como en cámara lenta mi hermano cae de espaldas con un golpe proporcionado por Leslie.

Su expresión luce alocada mientras sonríe, estoy conmocionada cuando el disparo suena alto y claro.

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora