21. Maldita molestia...

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―¡Que intensa resultó ser está chica pero toda una guerrera!

Mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando mis ojos repentinamente de Leslie que yace sobre mi hermano siendo disparada en la espalda hasta Nancy que sostiene un arma que no dudó en utilizar.

―Nancy... ―susurré sin saber que decir y tan desesperada que no sabía que hacer. Mi hermano yacia un móvil después de haber sido golpeado y mi novio inconsciente en el suelo con sus manos esposadas.

―Maldita molestia... ―murmuró observando a Leslie y luego sus ojos parpadearon hacia mi― Desde que te vi ese día en mi negocio todas mis alarmas se activaron. Deberías ser más cuidadosa cuando utilices los servicios de Internet de un lugar.
―Yo...
―No digas nada, Alaia. Haz hecho suficiente hasta ahora. ¿No es suficiente para ti ver a tu hermano y a tu novio herido? ¿Hasta Leslie podría estar muerta por tu culpa?

Mis ojos están a punto de soltar lágrimas de frustración mientras ella no me da toda su atención pero aún así me apunta con su arma.

Estoy sola... Con Beth en mis brazos.

―Yo sólo quiero ayudar a Beth a regresar con sus padres, por favor, han hecho bastante daño. Esto no fue mi culpa.
―Eres una niña tan dulce querida... Pero las cosas no son tan simples. Tendré que dar muchas explicaciones una vez todos estén muertos.

Un sollozo se escapa de mis labios y por un momento los ojos de Beth revolotean.
―Si voy a morir al menos dime que es todo este jodido lío.
―¿Acaso tu curiosidad tiene un límite? Aunque de todos modos... Tienes razón, voy a contarte.

Me siento fría y aunque todo ha pasado muy rápido siento que ha sido una eternidad desde que empezó la búsqueda.

Nancy empieza a hablar.
―Estudiaba con John y siempre fue un hombre muy encantador, sin embargo nunca dio una mirada en mi dirección. Pensé que eso cambiaría y de pronto tenía una novia y eso no podía ser ―reflexiona― Yo tenía una medio hermana a la cual le contaba mis cosas aunque está estaba interna en una institución psiquiátrica. Un día se escapó del lugar y atraída por mi terminó cerca de John, lo cual fue un error.
―¿Para ti o para ella?

Se rió de manera alocada y mi labio tembló... Estaba tan loca como su hermana.
―John se volvió una obsesión para ella y cuando todo se volvió más serio con Elisabeth no podría creerlo, hasta que terminaron casados en muy poco tiempo ―parece perdida en sus recuerdos pero se que no dudaría en dispararme― No fue fácil para mi todo eso porque ellos estaban destinados a estar juntos. ¡El era mío y ella me lo quitó! ―sonríe de manera diabólica― Entonces pasó... Años y más años Leslie encerrada, fue fácil jugar con su mente trastornada y hacerle creer la ridícula historia de que había quedado embarazada joven y que mi hijo era suyo, fue aun más fácil que pensará que John jugó con ella pero al final decidió estar con Elisabeth.

No digo nada mientras trato de asimilar todo lo que me dice.
―¿Porque?
―¿No te lo imaginas? ―señaló hacia el montón en el piso― Ella será la culpable de todo y una vez muerta no quedará nadie para culpar. Mientras yo estaré allí con John ―sus ojos se llenan de anhelo― ¡Es una obra maestra!
―¿No te importa Leslie?

Me mira como si no entendiera nada de lo que pasa.
―¿Porque debería importarme? Desde que nació fue una molestia y robó cada pizca de atención que mis padres pudieran darme. No me gusta compartir y ella sólo fue el fin para un medio.

Sonríe mientras vuelve a su fija hacia mi con una mirada que me hace estremecer.
―Fuiste muy valiente... Lástima que todo lo que hiciste haya sido en vano. Mi plan está completo. Leslie es la culpable de matar a tu novio, tu hermano, a ti y por supuesto que a la pequeña Bethany Routh. Elisabeth estará tan devastada que tendrá una muerte repentina causada por un veneno indetectable... Al fin John será sólo mío.

Aprieta el gatillo del arma y por instinto me muevo para proteger a Beth en mis brazos tirandonos al suelo.

Un repentino dolor se instala mi hombro inmovilizandome en mi lugar en el piso  y lágrimas silenciosas bajan por mis mejillas mientras me quedo inmóvil tratando de uno gritar de dolor.

―¡Las manos en alto! ¡Suelte el arma! 

Mi corazón salta un latido mientras escucho la maldición de Nancy mientras no me muevo de mi lugar porque el infierno se desata.

Al parecer Nancy empieza a correr disparando hacia la Policía o quien sea que está aquí como refuerzo.

―¡Oh Dios mío! ―escucho voces femeninas mientras alguien se arrodilla junto a mí.
―¡Tenemos que sacar a todos de aquí! ¿Donde están los paramédicos?

Gimo de dolor y los disparos se escuchan más lejos mientras más personas se mueven alrededor.

El dolor es más agudo en mi hombro y me siento entumecida mientras siento como me mueven a una posición acostada boca arriba.

―¡Mierda! ¡Vayan detrás de ella! ¿Que están esperando? No puede escapar.

Mis ojos se disparan hacia mi hermano que ahora está sosteniendo el cuerpo sangrante de Leslie en sus brazos y luego hacia Joey que me mira con ojos desenfocados aun acostado en el suelo.

Las voces no dejan de gritar ordenes pero ninguna logra penetrar en mi cerebro bastante lento ahora mismo y mis ojos van a mi ropa húmeda de sangre y luego a la niña que aún sostengo en mis brazos mientras una mujer se acerca.

―Bethany... ―mi susurro es apenas audible mientras mis ojos se fijan en sus dulces ojos ahora abiertos pero empapados por las drogas.
―Alaia... ―su voz es dulce como la recordaba y suena lejana ahora para mi mientras cierro mis ojos sabiendo que la he salvado, mi hermano aún está con vida y Joey también... Leslie es otro caso pero la oscuridad me reclama.

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora