24. Todo va a estar bien

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Cuando llegué a casa estaba agotada y no sólo físicamente. Los últimos días habían sido duros para todos.

La casa había estado silenciosa así que me había encerrado en mi habitación una vez llegar y el sueño me había reclamado al instante.

Cuando me desperté me di un baño y me coloqué un pijama para bajar a la cocina.

―Ahí está mi princesa ―dice papá que está sentado en la mesa de la cocina mientras mamá está leyendo algo en su libreta y Alec está con la atención en su celular.

Tomo asiento en la mesa luego de servirme un vaso de jugo.
―¿Todo bien Alaia? ―ahora tengo toda la atención de mamá.
―Lo siento mucho. No debí de arriesgar la vida de todos sin estar segura en lo que me metía.

Alec ahora ha dejado su teléfono y toma mi mano que no está vendada en la suya.
―Sabes que lo volvería a hacer ―sonríe― Pero la próxima vez asegúrate que todos salgamos con vida.

Está bromeando y todos nos reímos pero se que va muy enserio.

―No estamos colocando toda la culpa en tus hombros cariño y no debes tampoco hacerlo tu ―mamá me mira de esa manera dulce que siempre ha tenido.
―Fuiste muy valiente hija, puede que las cosas se volvieran demasiado pero pudo haber sido peor.

Sé que papá tiene razón. Mis padres trabajan mucho y pasan la mayor parte del tiempo en la ciudad, sin embargo son estos momentos con ellos los que mi hermano y yo más atesoramos.

―En verdad fuimos muy valientes, una vez Alaia nos contó todo fuimos por ello y lo importante es el resultado final. Bethany está con vida y pronto va a despertar.

Alec me mira y guiña un ojo. Cierro los ojos y aunque aún puedo verlo en el piso golpeado cuando abro los ojos está ahí mirándome.
―Siempre fuiste mi hermana pequeña aventurera, ahora eres mi heroína.

Mis ojos se llenan de lágrimas y Alec viene a abrazarme.
―Siempre estaremos aquí para ti, como tu estas para nosotros ―papá y mamá se unen al abrazo.

Pasamos toda la mañana juntos en la cocina y aunque no puedo ayudar mucho nos divertimos con los chistes malos de mi padre, Alec comiéndose la mitad de lo que prepara y mamá reprendiendolo.

Tomo una corta siesta después del almuerzo y cuando me despierto mamá dice que Alec, Cathy, Noel y Joey están en el patio.

―¡Al fin despertaste! ―cuando llego recibo abrazos de todos y me acurruco contra Joey al final.
―¿Están todos bien? ―digo mientras otra vez la culpa me consume.
―Estamos bien Alaia, con el tiempo esto sólo será un mal recuerdo ―Noel es sincero cuando lo dice y aunque sé que será así no puedo evitarlo.

Los miro a cada uno.
―Quizás tome algún tiempo quitar esta sensación de culpa que tengo, no fue fácil para mi ver a dos personas importantes para mi ser heridas y menos tener a alguien entre mis manos para proteger.
―Eso quedó atrás. ¿Estamos vivos no? ―todos asienten cuando Joey lo dice y me mira― Justo ahora es lo que importa.

Seguimos hablando de otras cosas mientras el ambiente se vuelve más ligero. Estoy aquí, entre mis amigos y no puedo evitar dar gracias a Dios porque todo se siente correcto.

―Tenemos algo que decirles ―Cathy tiene las manos de Noel entre las suyas mientras Alec, Joey y yo miramos con la boca abierta.
―Quizás esto parezca extraño y en vista de todo lo que pasó confieso que no hemos sido sinceros del todo.
―¿Ustedes dos...?

Ambos se miran y dicen al mismo tiempo.
―Somos medios hermanos.

En vez de estar sorprendidos porque parecia mucha tensión sexual acumulada, estamos conmocionados.
―¿Alguien puede explicarse?

Cathy rompe el silencio.
―Mi madre y padre de Noel se conocieron jóvenes, se enfrascaron en una relación pero nunca fueron serios al respecto.

Noel continúa.
―Por alguna razón mi padre embarazó a mi madre y se casaron sin saber que la madre de Cathy estaba embarazada de mi padre también.
―Mi padre era un poco más maduro y como no podía tener hijos de casó con mi madre para criarme como suya ―dice nostálgica― Fue un padre maravilloso.

Noel la abraza.
―Hace algunos años encontré una viaja correspondencia de mi padre y la madre de Cathy, desde ahí todo fue cuesta abajo y cuando supimos la verdad éramos muy jóvenes para lidiar con tanto a la vez.
―No hicimos las cosas bien. ―Cathy continúa― La tensión fue creciendo pero nuestros padres arreglaron sus cosas. Llevan una vida feliz y han seguido adelante.

Se miran y solo puedo ver a dos hermanos llegando a un punto de equilibrio.
―Con todo esto que pasó y como trabajamos juntos fue... Una revelación. No teníamos nada de que avergonzarnos porque era el pasado de nuestros padres. Mi padre siempre será mi padre, sin embargo ahora tengo un hermano.
―Somos hermanos y cuidamos nuestras espaldas... Sin importar quiénes sean nuestros padres.

Como Noel y Cathy también debo llegar a ese punto después de lo que sucedió ese día en el bosque. El pasado es el pasado y debemos hacer las pases con el para poder concentrarnos en el futuro.

Una tensión que no sabíamos que estaba en el aire se disipa y sólo pasamos un rato más charlando de cosas al azar hasta que Noel es el primero en retirarse porque la próxima semana empiezan nuestras clases nuevamente.

―¿Vamos adentro? Aún tienes que descansar. ―Joey me mira y luego extiende su mano para que la tome. Miro hacia mi hermano y Cathy que ahora conversan en los columpios frente al lago― Necesitan privacidad. Tienen mucho con lo que ponerse al día y resolver sus propias cosas.

Asiento hacia el y sonrío mientras tomo su mano para que me ayude a levantarme.

Es increíble como poco a poco las cosas han caído en su lugar. Alec siempre tuvo una inclinación hacia Cathy, pero creo que lo detenía esta tensión que parecía crepitar entre ella y Noel cada vez que estaban juntos.

Entramos en mi habitación y cierro la puerta dejando al mundo exterior fuera.

Aunque las cosas han estado acomodandose aún puedo sentir tensión a nuestro alrededor.

―Graduación, pedida de mano, vivir juntos, boda y toda una vida para vivirla juntos ―repito las palabras de noches anteriores y cuando me mira puedo ver culpa en su expresión.
―Casi te pierdo Alaia, estaba ahí en el suelo frío medio inconsciente mientras tu estabas en peligro. Parecía una película de terror donde no podía controlar nada de lo que pasaba.

Lo abrazo mientras lágrimas salen de sus hermosos ojos, me devuelve el abrazo más apretado que he recibido de su parte y lo dejo sacarlo todo.

―Estoy aquí... No pienso ir a ningún lado si no es de tu mano ―tomo su cara entre mis manos para que vea la promesa en mis ojo― Para mi también fue duro verte herido por mi causa pero es algo con lo que tendremos que lidiar porque es parte del pasado... ¿Aún quieres un futuro conmigo?
―Si aún después de lo que pasó lo dudas, no he sido muy claro al respecto.

Niego sonriendo y dejo un beso en sus labios.
―Quizás después de todo necesite un breve recordatorio.

Justo en ese momento no había ningún otro lugar en el que quisiera estar, porque entre sus brazos finalmente había encontrado la pieza que faltaba en mi rompecabezas.

Tenía amor incondicional con mi mamá, mi papá y mi hermano mayor.

Tenía una hermosa amistad con mi mejor amiga.

Tenía un apoyo moral increíble con un amigo que había ganado por mi novio.

Sin embargo también tenía mi otra mitad, con quien tantas veces la Luna era testigo desde mi ventana de todo lo que compartíamos.

No quería ser la heroína de nadie. Sólo quería devolver una niña a sus padres y no había culpa en ello.

Me dormí entre los brazos de mi amor con el corazón ligero... Había hecho lo que tenía que hacer, lo que suceda después dependerá de otros.

Los Sueños De AlaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora