D I E Z

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El vestido se deslizó a mis pies, tenía puesto debajo un sencillo pero semitransparente corset negro, quedé con eso y un culotte también negro; entonces Aiden, que se había alejado un poco de mi cuando me vio maniobrar con el cierre, me observó de arriba a abajo, podía sentir su mirada consumir cada centímetro de mi piel, se acercó y me miró a los ojos.

-Tenés razón, quememonos juntos en el infierno, pequeña infiel-susurró antes de levantarme para llevarme hasta la puerta blanca más cercana, ingresamos a una habitación hermosa, me depositó en la cama y encendió las luces tenues.

Luego se acercó desde la punta de la cama dejando un camino de suaves besos por mis piernas, mi vientre, mi pecho y finalmente mi cuello

Mi nerviosismo mezclado con la ansiedad y la necesidad me convertían en una adolescente disfrutando del sexo.

Lo atraje con mis manos para besarlo, nuestras bocas se encontraron en una montaña rusa de emociones, primero fueron besos suaves pero la velocidad nos arrebató el momento y comenzamos a devorarnos con auténtica pasión, me ubiqué sobre él, baje mi mano hasta el cierre de su pantalón negro de vestir, sintiendo su miembro erecto.

Lo acaricié por fuera mientras mis besos bajaban a su cuello, abrí el primer botón de su camisa, deposité un beso, así con todos hasta llegar al pantalón, me deshice de la camisa arrojándola a un lado de la cama, seguí por el cierre del pantalón, unos bóxer blancos estaban debajo, poco dejaban a la imaginación, el miembro de Aiden estaba erecto y yo ardía en deseos de tenerlo dentro mío. Se lo quité.

Mi dedo jugó desde la base hasta la punta, lo oí respirar profundo, y sonreí, lo miré juguetona cuando me acerqué deslizando mi lengua suavemente sobre su miembro, él contuvo la respiración, sus manos agarraban con fuerza las sábanas, se estaba controlando, volví a hacerlo, y lo oí susurrar.

-Malvada-

-No tienes idea-respondí y entonces lo metí a mi boca, él profirió un gemido gutural mezclado con una maldición y yo empecé mi trabajo, chupe, tire, mordí hasta que él me quitó.

De un solo movimiento me ubicó bajo su cuerpo, coloco mis manos sobre mi cabeza, acercó su boca a mi oído, mientras se ponía el preservativo.

-Pagarás por eso-dijo y yo moví mis caderas contra su miembro. Me dio vuelta y entró en mí de una sola embestida. Grité.

La sensación fue de placer puro, el salvajismo de Aiden sacaba mi lado oscuro, mientras más se movía él, más quería yo. Sus embestidas eran fuertes, su mano sostenía mi vientre y con la otra jugaba con mi clítoris, no podía pensar, sólo sentir.

Y me sentía en una nube, ardíamos, nuestras respiraciones eran una sola, fue entonces que llegamos los dos juntos al clímax, él salió y me giró para quedar frente a frente, respirábamos agitados, Aiden pasó su mano por mi rostro.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo?-preguntó cerrando los ojos

-¿Eso importa? Estoy acá ahora-respondí besándolo, y entonces seguimos donde habíamos dejado.

Ya nada importaba, habíamos mordido la manzana, bien podríamos, comerla toda.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora