D I E C I N U E V E

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Aiden cerró la puerta, y se volvió mirándome con una mano en la nuca.
-Disculpa a mi madr..-se interrumpio al ver mi lamentable estado-Hey hermosa, a mi no me importa que estés casada ni me importa lo que diga mi madre-dijo abrazandome fuerte, me refugié en su pecho angustiada pero sin poder hablar.
-No es eso-logre decir, él acarició mi pelo intentando calmarme.
-¿Entonces que es?-pregunto
-Lautaro-dije y las lágrimas amenazaron con brotar de nuevo. Cerré los ojos y tragué con fuerza-Tenía otra familia, Aiden, yo sintiéndome una basura por haberlo engañado y él hace años que lo hace ¿Cómo pude ser tan idiota?-pregunté golpeando mi frente con mi mano
-No eres idiota Victoria, confiabas en él y eso no tiene nada de malo, tranquilizate, ¿Cómo supiste lo del niño?-pregunto Aiden y mi mente encendió una alerta, no dije nada del niño, levanté la vista y lo mire ceñuda.
-Yo no nombre ningún niño-dije parandome
-Pero yo si, tu regla número uno era no nombrar a tu marido, nada me impedía averiguar contra que competía-dijo él abriendo un cajón cercano sacando una carpeta marrón.
-¿Qué es eso?-pregunté tomando asiento de nuevo
-Pruebas, de su doble vida-comentó sacó de su billetera una tarjeta de su abogado-Y el nombre del mejor del rubro-añadió.
-No sé como manejar esto-dije sacudiendo la carpeta-Quiero dormir-dije levantándome y yendo hacia la habitación.
Oí a Aiden salir por la puerta principal, entonces deje que toda la tristeza y bronca fluyera, me descargue de toda emoción hasta quedarme profundamente dormida.
Me desperté sin saber cuanto había pasado, afuera era de noche, me puse una remera larga de Aiden y fui para el comedor.
-Al fin-dijo al verme-Pensé que dormirías por el resto de la semana-comento corrió la vista de su notebook cerrandola-Ven-añadió golpeando su pierna, me senté sobre él, quedando con una pierna de cada lado. Podía sentir cómo su miembro iba despertando y la verdad es que lo estaba necesitando.
-No es necesario hacerlo si no te sientes bien-dijo él
-Quiero que me lleves a donde me haces sentir amada-dije moviendome sensualmente mientras levantaba su remera.
-Será un placer-dijo él sacandome de un tirón la remera dejándome en ropa interior-Eres tan apetecible Vi-susurró besando mi cuello-Nadie merece una sola lágrima tuya-añadió bajando por mi clavícula-Sólo mereces gritar de placer y llorar de risa, preciosa-dijo antes de atrapar uno de mis pezones entre sus dientes, jugueteó con ellos hasta que estuvieron bien duros, deslizó su mano para jugar con mis labios, un suspiro escapo de mi boca, baje mi mano agarrando su miembro, lo aprete al ritmo de sus caricias a mi clítoris, cuando no aguante más lo dirigí y corriendo mi tanga me senté sobre él, me moví primero suave, lento al ritmo de nuestras calmas respiraciones. Aiden clavo con clara desesperación sus dedos en mi cintura, aumente la velocidad, él me dio un cachetazo en un cachete de mi cola, eso me enloqueció, la velocidad de las embestidas las manejaba él, eran fuertes, decididas como era Aiden mismo, pronto llegamos a nuestra meta y nos quedamos como estábamos, sin que saliera de mí, disfrutando de nuestra intimidad.
-Te quiero tanto-susurró y mi corazón dio un vuelco de la emoción quizás después de todo, lo de Lautaro no era tan malo si eso iba a permitirme estar con Aiden libremente.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora