C U A R E N T A Y S I E T E

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Quiero empezar este email pidiendo disculpas, decirte que estoy muriendo, y quiero irme sabiendo que fui perdonado por todo...
Volví a leerlo, no podía creerle porque ya había demostrado lo manipulador que podía ser, pero a su vez, sabía que la caída por las escaleras le habían dejado secuelas.
-Buen día-comentó Aiden entrando a la cocina, cerré mi notebook quizás demasiado rápido o demasiado culpable, porque él me miró con una ceja alzada.
-¡Buen día! -respondi con una vaga sonrisa.
-¿Qué?-dijo él besandome para saludarme, mientras tomaba asiento delante de mí.
-Odio ser un libro abierto para vos-suspiré, gire mi computadora abriendole mi email. Su mirada paso de la confusión, por la incrédulidad hasta llegar al enojo.
-Tu no puedes.. Digo no puede estar hablando.. Está loco..-dijo señalando con el dedo índice la pantalla, paso la mano por su pelo claramente exasperado.
-Tranquilo-dije acercandome Y abrazandolo
-Él casi te mata en más de una ocasión, no entiendo como puede pretender que lo visites, que lo perdones.. Y lo peor-dijo tomando mi mentón. Obligandome a mirarlo-Es que estas considerándolo-termino y yo cerré mis ojos.
-No sé que pensar, sé que es un manipulador, pero tampoco quiero cargar con el peso de no haberlo perdonado en vida-dije mientras tocaba su mejilla, fue su turno de cerrar los ojos. Cuando los abrió parecía un nene miedoso de la oscuridad de la noche, me llevo de la mano al sillón más cercano.
-Necesito decirte algo-dijo sentándose
-¿Qué pasó?-pregunté preocupada mientras me sentaba a su lado.
-Tengo un viaje de negocios este fin de semana, pensaba que fuéramos los dos-dijo
-Pensé que era algo grave-dije suspirando
-Siempre pensando lo peor. ¿Vamos entonces?-pregunto tomando mi mano, yo las mire y luego la quite lentamente.
-No, tengo trabajo atrasado no puedo irme todo un fin de semana. Disculpa, en serio, Aiden-respondí bajando mi cabeza mientras él me miraba confuso
-Promete que no iras a verlo-dijo su voz sonó fría y dura. Lo mire fijamente, note que estaba muy preocupado por eso la carencia de sentimientos en sus palabras.
-Prometo no ir sola a verlo-le dije y le sonreí. Él asintió con la cabeza y luego de un gesto se dirigió a bañarse en silencio. Dejándome con mis problemas, mis locuras a solas. No podía culparlo, pero yo estaba decidida a visitar a Lautaro por última vez.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora