C U A R E N T A Y C U A T R O

4.5K 403 13
                                    

Treinta y seis horas habían pasado desde que lo había visto a escondidas. No me anime a regresar, no podía mirarlo sin sentir que le mentía cada segundo que pasaba cada minuto que no le contaba lo del embarazo. Casi no comía, y si bebía el desayuno era porque tanto Cecilia como Rodrigo me obligaban a hacerlo. Esa mañana estaba sola, cuando golpearon mi puerta
-Adelante-dije sin levantar la vista del libro
-¿Interrumpo?-dijo la voz de Antonia, automáticamente dejé el libro en mi mesita de luz. Y la mire fijo
-Hola Vicky, seré muy directa, ¿Por qué no has vuelto a verlo?-pregunto sentándose en los pies de mi cama
-Porque no puedo mirarlo a la cara y seguir ocultandole algo-conteste con un nudo en la garganta. Ella tomo mi mano y la apretó suavemente.
-Puedes decirme lo que sea-afirmó
-Perdí a nuestro hijo, no estaba en mis planes, ni embarazarme ni perderlo, no sé como decírselo, no sabía que existía y aún así cuando el médico me lo dijo no pude evitar sentir dolor por la pérdida de alguien que no sabía que me acompañaba-explique entre lágrimas, Antonia se levantó y me abrazo en silencio. Ese silencio significó más que una catarata de palabras.
-Díselo, él lo va a entender y te va a poder acompañar en este camino raro y nuevo, además mi niño te necesita como nunca necesito a nadie-afirmó ella separándose apenas y dejándome un cálido beso maternal en mi frente.
-Gracias Antonia, de verdad muchas gracias-dije secándome el rostro con el dorso de mi mano. Luego ella dejó mi habitación y yo decidí darme una ducha, me costaba moverme pero podía andar sola. Los doctores garantizaban mi alta para esa misma noche. Llegué a la puerta y vacile con la mano en la perilla, una vez que cruzará tendría que ser sincera lo cual acarrearía lágrimas seguro yo sólo quería mostrarme fuerte y entera para él.
-Permiso-dije entrando, el vendaje de su cabeza era más chico, tampoco tenía oxígeno ni suero, estaba sentado con su notebook muy concentrado.
-Viniste-dijo cerrando de un golpe la máquina e intentando bajar, Antonia que estaba tejiendo a un cortado alzó la vista
-Sentado, o se va-amenazó a través de sus lentes. Aiden resopló pero lo cierto es que se quedo sentado en su lugar, obedientemente.
-Perdoname que no volví, tenía que procesar algo para poder contarte sin derrumbarme en el trayecto-empecé, acercándome a su cama tome una de sus manos y la bese. Entonces respire hondo.
-¿Qué pasó?-se preocupó automáticamente
-Estaba embarazada-solté, tuve un vuelco de estómago-Lo perdí en el accidente-añadí bajando la cabeza para que no viera la pena reflejada en mis ojos, él tomo mi pera y levanto mi rostro.
-Lamento nuestra pérdida-susurro y me beso suavemente, cerré los ojos y entonces supe que todo iba a estar bien.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora