T R E I N T A Y C U A T R O

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Un escalofrío recorrió mi espalda, gire y lo vi sentado en la oscuridad. A su lado desmayado estaba Aiden, mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Qué hiciste?-pregunté histérica llegando hasta Aiden y levantando su cabeza
-Nada, sólo le deje un regalo en su café que creyó que le habías dejado listo, llego y se lo bebío el muy ingenuo-dijo mofandose, intente darle una bofetada pero me agarró la mano y con ella me atrajo hacia él, paso su lengua por mi mejilla, luego se lamío los labios lentamente. Mis ojos lo desafiaron y el asco se hizo presente en ellos.
-No mi amor, no me mires así, desatas mi bestia interior-dijo pasando un dedo por el contorno de mi cara
-Déjame en paz, tienes otra mujer, otra familia ¿Qué diablos querés?-dije firmemente sonando más tranquila de lo que en realidad estaba
-A tí-dijo-Nunca te valore, y entonces otro te llevo. Doce años fuiste mía, creo que podemos volver a ser una gran pareja-dijo y yo pensé que realmente había enloquecido, lo más prudente sería seguirle el juego
-¿Cómo entraste?-pregunté preocupada por Antonia
-Me dieron la llave-dijo y me descoloco
-¿Cómo? ¿Quién?-pregunté
-Tu suegra, parece que ella tampoco está de acuerdo con es a relación-dijo tomándome del brazo y llevandome a la silla cercana. Me sentó y ato tanto mis pies como mis manos, saco la valija del ropero y puso ropa mía, estaba tan concentrado que no vio que Aiden comenzaba a recobrar la conciencia, aturdido noté como me buscaba con la mirada, asentí lentamente casi imperceptiblemente, él parpadeo dos veces para darme a entender que me vio. Entonces Lautaro volvió a mirarme, no baje mi mirada, sonreí
-Tienes razón, creo que me precipite con lo nuestro-dije y él me miro luego como si supiera miro para donde Aiden disimulaba seguir desmayado.
-¿Volverías conmigo, Victoria?-pregunto yo asentí con la cabeza, él se arrodilló frente a mí, tomo mi rostro entre sus manos y cuando creí que estaba por besarme, puso un cuchillo en mi garganta. Abrí los ojos enorme, el jugo con filo de la navaja por mi cuello, se acercó a mi oído, y me susurró
-Sé que está despierto, le daremos un show, mi amor, y si no cooperas, me asegurare que él se vaya conmigo al infierno-y me beso, invasivamente. Entonces Aiden se puso de pie y vio el cuchillo.
-Quieto, o la mato-dijo Lautaro, una lágrima rodó por mi mejilla.
-Cariño, no llores, ahora te haré gozar mientras este roba esposas nos mira atentamente-dijo pasando su mano por mi pecho, desabotonando mi camisa, el asco que provocaba sus actos no se comparaba con la desesperación que habitaban en los ojos de Aiden .

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora