T R E I N T A Y T R E S

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Nos sentamos en nuestro lugar y mi amigo estaba muy callado, algo inusual en él. Lo mire y decidí pedir algo para tomar antes de interrogarlo.

-¿Tomamos algo con o sin alcohol?-pregunté leyendo la carta.

-Lo que quieras, me da igual-comento y seguido suspiro, entendí que él no quería seguir aplazando la charla, pedí dos gaseosas y lo mire calculadoramente.
-Nunca sabes disimular-comenté y Rodri rodó los ojos-Así que empieza a contar-dije mientras la moza nos dejaba las gaseosas, él se paso la mano por el pelo y cerró los ojos
-No se bien por donde empezar a explicarlo-dijo finalmente
-Ay, ¿En qué lío te metiste ahora?-pregunté
-Digamos que todavía, en ninguno-respondió con una amplia sonrisa compradora
-Entonces no estoy entendiendo-declare
-Bien, me enamoré. Como un idiota-dijo y alzó los hombros
-¡Que bueno! Y eso... ¿Qué tendría de malo?-pregunté confusa
-Que dudo que la ley este muy de acuerdo-comento tomando gaseosa
-¿La ley? ¿Qué tendrí..?-me interrumpi abruptamente-¿Es menor?-pregunté
-No. Es mayor nena, para problemas de adolescente tengo con los míos-respondió
-Bueno, fue lo primero que se me ocurrió. ¿En que otra relación la ley no está de acuerdo?-pregunté frunciendo el ceño
-¿Además de la infidelidad?-pregunto mirandome alzando una ceja acusadora
-Muy chistoso-respondí
-Bueno, básicamente, es medio pariente-contestó
-¿¡Qué!?-exclamé abriendo grande mis ojos
-Bueno, sería como una prima, pero no de sangre aunque si es pariente porque es adoptada legalmente-apresurado intentaba explicar
-¿Estas hablando de Amalia?-pregunté estupefacta, increíble no haberme dado cuenta antes realmente. La prima dos años más chica que Rodrigo lo idolatraba como a un Dios, y él la sobreprotegía como un héroe, hasta que por trabajo del padre tuvo que mudarse. Hacia unos dos años que nada sabía de ella.
-Pues si, ella misma. Llego hace unos cuatro meses; cuando me contacto estaba en crisis por tu inesperada desaparición y eso nos llevo a unirnos, cuando de repente la estaba besando, y ella me correspondió-dijo sonriendo feliz, yo sonreí con él
-Y yo que pensé que ibas a decirme que eras gay-dije fingiendo decepción
-Maldita perra egoísta, ¿Me querías solito para vos no?-dijo y yo me reí con él
-Tienes razón, más vale que no me abandones-comenté
-¿Quién desapareció tres meses?-refutó Rodri entrecerrando los ojos maliciosamente
-Bueno, pero fue por una buena causa y a vos si te llame-añadí pensando en Aiden
-Si técnicamente así fue como Aiden supo donde estabas, sabía que tarde o temprano con Ceci o conmigo ibas a hablar-comento
-No estaba errado-respondí, la charla derivó en una intensa historia de cómo había llegado Amalia a robar su corazón en menos de noventa días, en lo enojado que estaba porque no creía poder ser lo suficientemente bueno para ella, y en lo complicado de decírselo a la familia. Lo tranquilice lo más que mis palabras lograron, para mi no era tan complicado, después de todo, no eran parientes de sangre.
Cuando llegue a casa esa noche, las luces estaban bajas y había un extraño perfume en el aire, aspire profundo,noté una nota en el suelo.
"Bienvenida a casa, señorita" ansiosa subí las escaleras del cuarto pero cuando abrí la puerta no estaba como imaginé, me pareció raro y oí ruidos en el armario
-¿Aiden?-pregunte en voz alta
-No mi amor, ¿Me extrañaste?-dijo la voz de Lautaro.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora