D I E C I O C H O

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Llevaba más de tres semanas viviendo en dos lugares, con Aiden casi toda la tarde - noche y con Lautaro sólo por la mañana.
Hoy era el día me había armado de valor por fin y se lo iba a decir, decirle que me disculpara que jamás pensé en hacerle esto a él, que claramente no se lo merecía pero que había ocurrido, que tenía derecho a odiarme y que no iba a pelear por nada, que lo que él quisiera se lo merecía por mi infidelidad. Entonces lo cité en un café, así que acá estaba sentada tomando un cortado cuando una chica de mi misma edad, con un nene de unos dos años se me acerco
-Disculpa, ¿Sos Victoria, la mujer de Lautaro?-pregunto, la mire pero no la reconocí
-Si, ¿Pasó algo?-pregunté confundida
-Si.. Esto-dijo y me acerco al nene, sentí mi mundo ponerse de cabeza, ese nene era idéntico a Lautaro de chiquito, hasta el mismo oyuelo en la mejilla izquierda. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Lo sabe?-pregunté y ella bufó
-¡Claro mujer! Lleva más de seis meses diciendome que inició los trámites de divorcio pero que tenía que esperar a que firmaras, a eso vine, a pedirte que firmes-me dijo y en su rostro se reflejó la confusión
-Nunca me pidió el divorcio-musite, entonces la pasmada fue ella. Tomo asiento, frente a mí
-Me mintió-susurró
-Nos mintió-la corregí.
Entonces llego Lautaro, pude ver en el momento exacto, en que cerró los ojos, al darse cuenta quien estaba en mi mesa.
-Creo que nos debemos una charla-le dije-Pero este no es el lugar ni el momento-añadí, tome mi anillo de matrimonio y lo dejé en la mesa-Date por enterado-concluí huyendo del lugar, llegue a tomar un taxi. No sabía bien a donde ir, no queria que me viera nadie en ese estado, lloraba de bronca, de pena, por sentirme una idiota, las lágrimas brotaban. Le pedí al taxista me dejará en un hotel, el más cercano, y me llevo al hotel que comparto con Aiden, no pude más que pagarle bajar y dirigirme a nuestra suite. Como era temprano sabía que él no iba a estar, o eso imaginé. Cruce la puerta en el momento que oí una discusión
-No te crié para esto, no señor, comportarte como un adolescente hormonal con una cualquiera, y encima casada ¿Qué pasa por tu cabeza?-decía una mujer
-¿Criarme? Ay mamá, no me hagas reír. Quizás me gustan casadas por lo mismo que a ti te gustan jóvenes los amantes ¿No?-una bofetada resono en la habitación y luego unos pasos se aproximaron. Se detuvo frente a mí mirandome de arriba a abajo con gesto asqueroso
-Ni siquiera es una mujer muy hermosa-susurró y detrás llego Aiden
-Hasta acá llego tu visita, madre-dijo serio señalando la puerta
-Esto no termina acá Aiden-añadió saliendo de prisa furiosa

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora