S E S E N T A Y C U A T R O

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Estaba recuperandome, mi mente volvía a ordenar las cosas y a entenderlas, seguía sentada en el auto que se había estacionado en un lujoso hotel. El chofer que era mi secuestrador se encontraba muy entretenido en su celular, no recuerdo cuando la rubia se bajo del auto, ni siquiera la recuerdo mucho a ella. Sé que era rubia y esbelta, lo que una espera cuando dicen "modelo de Victoria Secret".
De repente, sonó un celular y el chofer contestó, no entendí mucho lo que dijo pero cuando volteo a verme cerré mis ojos e hice una mueca, rogando que se notará creíble.
-Ahí la llevo-dijo descendiendo del auto, me prepare para mi mejor actuación de mujer semi-drogada. En cuanto sentí que abrió la puerta, me queje, el agarro mi brazo y tiró para sacarme, deje mi peso muerto, asi que tiró con un poco más de fuerza y lo logró, me puso de pie, tomo mi cintura.
-Vamos, camina-ordenó y yo emití un gruñido
-¿Aiden?-susurré dando pasos torpes
-Si. Vamos con él, camina-volvió a decirme. Entramos al hotel y fuimos directo al ascensor, cerré mis ojos como si mantenerlos abiertos me costará esfuerzo, él chofer me sacudió
-Abrí los ojos-ordenó, mientras tocaba el número dieciocho en el ascensor. Llegamos en unos segundos, bajamos y él golpeó la puerta del departamento A.
-Acá estoy-dijo y espero. La monumental rubia abrió la puerta, me miro despectivamente y rió
-¡Cariño! Es casi como cambiar una Ferrari por un Dodge 1500-comentó con sorna
-Ella no era parte del trato-oí la voz de Aiden
-Claro que es parte del trato, por su culpa estamos acá-replicó ella, luego hizo una seña para que el chofer me sentará en la silla que estaba vacía frente a una gran cama de dos plazas.
-Ella observará nuestra despedida, cielo-dijo acercándose a Aiden que estaba atado en otra silla. Le paso un fino dedo por su mejilla, pude ver el asco reflejado en la mirada de él
-Mariana-le dijo-No hay despedida, no habrá sexo, deja de intentar cosas ridículas. Pensé, sinceramente, que eras una mujer más inteligente-dijo con cierto tono de frustración
-Pues no. No lo soy-aseveró ella sentándose con las piernas abiertas sobre él. Beso su cuello y mordió su oreja.
-Basta-ordenó Aiden
-¿O qué? Estas atado, de pies y manos, además-dijo señalando al chofer, quien sacó un arma y la colocó a la altura de mi cabeza-Traje una garantía de que ibas a acceder hoy-finalizó. El horror se hizo presente en el rostro de Aiden, su mirada pasaba del arma a mi y viceversa.
-Hazlo ya-dijo él. Entonces ella metió la mano en su pantalón, sacó su miembro inerte, y comenzó a lamerlo. Lo intento más de cinco minutos y lanzó un gruñido de frustración.
-¿Sólo esa putita infiel te puede calentar?-dijo señalandome
-Sabes como soy, siempre hombre de una sola mujer-respondió y ella le regaló una bofetada.

Ponle título a lo prohibido [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora