- ¿Donde terminó mi vida? - leí en voz baja.
Estaba sentada en un banco esperando el bus para volver a mi casa cuando preste atención que en letra pequeña estaba escrito eso.
¿Donde terminó mi vida? Ni yo misma podría responder esa pregunta.
Llegó el bus, subí y me senté en unos de los asientos, a mi lado estaba el lugar desocupado.
Empecé a pensar en mi vida, en donde había terminado. De vivir en unas de las mejores casas a terminar viviendo en el campo con mi abuela. Por eso, todas esas frases que leía de que "la vida cambia cuando menos lo piensas" o "hoy puedes estar allá arriba pero mañana allá abajo" cobran un poco de sentido en mi.
Tocan mi hombro con delicadeza y yo sólo volteó para encontrarme una vez más con esos azules ojos penetrantes.
- Oh pero miren a quien encontré - dice con una sonrisa maligna.
Y si, Stev el chico que hice un discurso delante de su madre, el que me chocó luego de eso está parado ahí, al lado mío. Y yo sólo quería que el bus frenará de golpe y se lo lleve a él.
- Dime que no tomas este bus todos los santos días - digo con los ojos cerrados sólo deseando y pidiendo a Dios que no sea así.
- No tomó el bus todos los santos días - abro los ojos y me mira sonriendo con burla.
Ruedo los ojos y miro hacia la ventana nuevamente, con suerte, él dejaría de molestar y yo tendría mi paz nuevamente.
Siento como se remueven a mi lado, me contuve para no rodar los ojos nuevamente.
- ¿Vas a estar así? ¿sin hablarme? - pregunta.
Lo miro incrédula.
- No te conozco, sólo te vi dos veces y no fueron de lo más lindo por lo que recuerdo - le digo molesta.
- Me viste a mi, es obvio que va a ser de lo más lindo - suelta luego de unos segundos.
Lo vuelvo a mirar con los ojos abiertos y él suelta una carcajada.
- Eres un idiota - suelto molesta - ¿Donde está ese "no estoy de humor para niñitas ricas"? - le pregunto recordando lo que él dijo.
Él sólo queda con la mirada fija en el asiento de adelante y su respiración se acelera.
- Ese día estaba de mal humor ¿si? Perdóname por tratarte así. - dice en voz baja luego de unos segundos.
Y eso era todo lo que quería escuchar.
- Te perdono, no hay rencores - digo sonriendo.
- Soy Stev, un gusto ... - dice acercando su mano.
Estrecho la suya con una pequeña sonrisa.
- Sara, y el gusto es mío - le contesto.
- Bueno Sara, ahora sacame la duda de porque en todo el año nunca te vi por aquí, pero hoy si - dice cruzando sus brazos.
- Me mudé con mi abuela...- digo luego de unos segundos en silencio.
- Bueno, es tema complicado así que no preguntaré. ¿Donde vives? - dice mirándome.
Yo abro los ojos con sorpresa.
- ¿Crees que le diría a un extraño, que apenas conozco, donde vivo? - le contesto con otra pregunta.
Se pone una mano en el pecho y luce decepcionado.
- Creí que éramos amigos - dice haciendo un puchero.
Yo sólo río y lo empujó levemente.
- Bueno, tu no contestas pero yo si te voy a decir donde vivo.. - dice mirando a la ventana y sonríe - y... llegué.
Se para de un salto y lo miro confundida. Mi vista va a la ventana y veo que estamos cerca de mi casa.
Me bajo del colectivo confundida y con Stev acompañandome a mi lado.
- ¿Puedes decirme donde vives? - le pregunto ya cansada de la intriga que recorre en mi cabeza.
- Allí - apunta con su dedo.
Miro confundida a la direccion y abro los ojos con asombro.
Oh no. Oh no.
- ¿Eres mi vecino de en frente? - pregunto casi gritando.
El se empieza a reír a carcajadas pero no contesta.
- No Sara, vine aquí sólo para acompañarte porque te estuve vigilando desde que te vi - dice seriamente.
Lo miro desconfiada y el empieza a reír a carcajadas una vez más, ruedo los ojos y me volteo para caminar hacia mi casa. Pero me detengo y pienso que si el ve donde vivo va a venir a molestarme todo el tiempo.
Volteo una vez más en su dirección y lo veo aguantandose la risa.
- No soy un psicópata para seguirte hasta aquí Sara - dice recuperándose - vivo aquí en frente y mi madre me contó de que ayer te vio bajar de la camioneta y se acordó del discurso que nos diste en el ascensor, entonces creí que sería lindo que supieras que soy tú vecino, además de que mi hermanita gusta de tu hermano - dijo rápidamente todo que me tomo unos segundos poder entenderle.
- Mí hermano es chico para esas cosas - digo entrecerrando los ojos hacia él.
- Mí hermana también además de que no quiero que ella se junte con tu hermano, seguramente es igual a ti. Malhumorado y miedoso - dice riendo.
- Mí hermano es el chico más lindo y con el mejor corazón que conocí, yo soy otra cosa - digo volteandome para irme.
- Hey espera, era en broma - dice agarrándome del brazo con fuerza.
Trató de zafarme de su agarre.
- Creo que se te va a volver una costumbre agarrarme así, y me estas lastimando - le digo enojada.
- L-lo siento, no mido mi fuerza - dice soltandome rápidamente - pero, no te enojes, por favor, haré lo que quieras por una semana - dice juntando sus manos debajo de sus labios.
- ¿De verdad? - digo riendo con sólo pensar la idea.
El asiente frenéticamente.
- Okay, nos vemos mañana - le digo volteando para irme.
Él sólo se quedó callado así que lo veo por encima de mi hombro y me estaba mirando fijamente.
- ¡Hey! - él me mira a los ojos rapidamente - Los ojos en mi cara campeón. Tengo novio - le aviso.
Aunque todavía seguía confundida por la discusión de hoy en la cafetería, no sabía que iba a pasar de ahora en adelante con Oliver y Alexa.
- ¡Ya vas a caer en las trampas de mi amor! - grita con fuerza.
Yo sólo me río y sigo caminando hasta mi casa.
Terminando un día que empezó desde lo peor hasta que vino este estúpido a alegrarmelo.
Seremos buenos amigos, o eso creo.
Frase del capítulo: Dicen que la risa genera amnesia, nos hace olvidar por ejemplo, un corazón roto.
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Viviendo Mi Mentira ✔️
Teen FictionSara Brown; típica popular con el pensamiento de que "su vida es perfecta" sólo por tener todo lo que ella quiere. Pero todo esto cambia cuando una noche, suena su celular avisando una llamada. Esa maldita llamada que marcará el antes y después en l...