Capítulo 17

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- ¿Donde terminó mi vida? - leí en voz baja.

Estaba sentada en un banco esperando el bus para volver a mi casa cuando preste atención que en letra pequeña estaba escrito eso.

¿Donde terminó mi vida? Ni yo misma podría responder esa pregunta.

Llegó el bus, subí y me senté en unos de los asientos, a mi lado estaba el lugar desocupado.

Empecé a pensar en mi vida, en donde había terminado. De vivir en unas de las mejores casas a terminar viviendo en el campo con mi abuela. Por eso, todas esas frases que leía de que "la vida cambia cuando menos lo piensas" o "hoy puedes estar allá arriba pero mañana allá abajo" cobran un poco de sentido en mi.

Tocan mi hombro con delicadeza y yo sólo volteó para encontrarme una vez más con esos azules ojos penetrantes.

- Oh pero miren a quien encontré - dice con una sonrisa maligna.

Y si, Stev el chico que hice un discurso delante de su madre, el que me chocó luego de eso está parado ahí, al lado mío. Y yo sólo quería que el bus frenará de golpe y se lo lleve a él.

- Dime que no tomas este bus todos los santos días - digo con los ojos cerrados sólo deseando y pidiendo a Dios que no sea así.

- No tomó el bus todos los santos días - abro los ojos y me mira sonriendo con burla.

Ruedo los ojos y miro hacia la ventana nuevamente, con suerte, él dejaría de molestar y yo tendría mi paz nuevamente.

Siento como se remueven a mi lado, me contuve para no rodar los ojos nuevamente.

- ¿Vas a estar así? ¿sin hablarme? - pregunta.

Lo miro incrédula.

- No te conozco, sólo te vi dos veces y no fueron de lo más lindo por lo que recuerdo - le digo molesta.

- Me viste a mi, es obvio que va a ser de lo más lindo - suelta luego de unos segundos.

Lo vuelvo a mirar con los ojos abiertos y él suelta una carcajada.

- Eres un idiota - suelto molesta - ¿Donde está ese "no estoy de humor para niñitas ricas"? - le pregunto recordando lo que él dijo.

Él sólo queda con la mirada fija en el asiento de adelante y su respiración se acelera.

- Ese día estaba de mal humor ¿si? Perdóname por tratarte así. - dice en voz baja luego de unos segundos.

Y eso era todo lo que quería escuchar.

- Te perdono, no hay rencores - digo sonriendo.

- Soy Stev, un gusto ... - dice acercando su mano.

Estrecho la suya con una pequeña sonrisa.

- Sara, y el gusto es mío - le contesto.

- Bueno Sara, ahora sacame la duda de porque en todo el año nunca te vi por aquí, pero hoy si - dice cruzando sus brazos.

- Me mudé con mi abuela...- digo luego de unos segundos en silencio.

- Bueno, es tema complicado así que no preguntaré. ¿Donde vives? - dice mirándome.

Yo abro los ojos con sorpresa.

- ¿Crees que le diría a un extraño, que apenas conozco, donde vivo? - le contesto con otra pregunta.

Se pone una mano en el pecho y luce decepcionado.

- Creí que éramos amigos - dice haciendo un puchero.

Yo sólo río y lo empujó levemente.

- Bueno, tu no contestas pero yo si te voy a decir donde vivo.. - dice mirando a la ventana y sonríe - y... llegué.

Se para de un salto y lo miro confundida. Mi vista va a la ventana y veo que estamos cerca de mi casa.

Me bajo del colectivo confundida y con Stev acompañandome a mi lado.

- ¿Puedes decirme donde vives? - le pregunto ya cansada de la intriga que recorre en mi cabeza.

- Allí - apunta con su dedo.

Miro confundida a la direccion y abro los ojos con asombro.

Oh no. Oh no.

- ¿Eres mi vecino de en frente? - pregunto casi gritando.

El se empieza a reír a carcajadas pero no contesta.

- No Sara, vine aquí sólo para acompañarte porque te estuve vigilando desde que te vi - dice seriamente.

Lo miro desconfiada y el empieza a reír a carcajadas una vez más, ruedo los ojos y me volteo para caminar hacia mi casa. Pero me detengo y pienso que si el ve donde vivo va a venir a molestarme todo el tiempo.

Volteo una vez más en su dirección y lo veo aguantandose la risa.

- No soy un psicópata para seguirte hasta aquí Sara - dice recuperándose - vivo aquí en frente y mi madre me contó de que ayer te vio bajar de la camioneta y se acordó del discurso que nos diste en el ascensor, entonces creí que sería lindo que supieras que soy tú vecino, además de que mi hermanita gusta de tu hermano - dijo rápidamente todo que me tomo unos segundos poder entenderle.

- Mí hermano es chico para esas cosas - digo entrecerrando los ojos hacia él.

- Mí hermana también además de que no quiero que ella se junte con tu hermano, seguramente es igual a ti. Malhumorado y miedoso - dice riendo.

- Mí hermano es el chico más lindo y con el mejor corazón que conocí, yo soy otra cosa - digo volteandome para irme.

- Hey espera, era en broma - dice agarrándome del brazo con fuerza.

Trató de zafarme de su agarre.

- Creo que se te va a volver una costumbre agarrarme así, y me estas lastimando - le digo enojada.

- L-lo siento, no mido mi fuerza - dice soltandome rápidamente - pero, no te enojes, por favor, haré lo que quieras por una semana - dice juntando sus manos debajo de sus labios.

- ¿De verdad? - digo riendo con sólo pensar la idea.

El asiente frenéticamente.

- Okay, nos vemos mañana - le digo volteando para irme.

Él sólo se quedó callado así que lo veo por encima de mi hombro y me estaba mirando fijamente.

- ¡Hey! - él me mira a los ojos rapidamente - Los ojos en mi cara campeón. Tengo novio - le aviso.

Aunque todavía seguía confundida por la discusión de hoy en la cafetería, no sabía que iba a pasar de ahora en adelante con Oliver y Alexa.

- ¡Ya vas a caer en las trampas de mi amor! - grita con fuerza.

Yo sólo me río y sigo caminando hasta mi casa.

Terminando un día que empezó desde lo peor hasta que vino este estúpido a alegrarmelo.

Seremos buenos amigos, o eso creo.

Frase del capítulo: Dicen que la risa genera amnesia, nos hace olvidar por ejemplo, un corazón roto.

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