Sentía mis ojos hinchados, sabía que estaban así de tanto llorar. Estaba en el hospital esperando a que me dejen entrar a ver a mamá, la necesitaba. Necesitaba sus palabras alentadoras acompañadas con una sonrisa dulce y su mirada sincera. Necesitaba escucharla una vez más, lo necesitaba más que a nada.
Veo que sale la enfermera del cuarto en donde está mi mamá y me da una pequeña sonrisa dejándome abierta la puerta. Me secó con las palmas de mi mano las mejillas y tomo una respiración profunda para entrar.
Ella seguía igual, igual que la vi ayer y antes de ayer. La vi pálida, sus labios resecos y de un color rojo apagado, sus pestañas largas y sus pequeñas pecas estaban ahí también acompañando el hermoso rostro de mi madre. Su cabello suelto pero bien acomodado, sonreí recordando verla peinarse en su habitación cuando salía a alguna cena importante con papá.Las lágrimas volvieron y me sentí idiota, ¿porqué lloraba tanto? ¿y porque lloraba con todo lo que me pasa? Me volví una llorona y eso me asustaba. No quería ser la típica chica que se deja llevar por sus pensamientos y no se valora. No quería ser una de esas que compartían frases suicidas en las redes esperando al momento de emborracharse y tener el valor de acabar con su vida. No quería e iba a poner todas mis fuerzas para no volverme una. Pero mi cabeza no tenia esos planes, siempre recordandome lo que me falta, aunque yo sé lo que tengo.
- Hola má - la saludo con un beso en su mejilla fría.
Ella no hizo ningún movimiento, ni una mueca ni un apretón de manos, nada.
- No fue una linda semana ¿sabes? Todo se me viene encima y siento que estoy en un vaso y los problemas son el agua, y siento que alguien viene y llena mi vaso con agua hasta revalsarse y hasta que me ahogue. ¿Porqué me pasó todo seguido? Desde esa noche todo fue en decadencia y ya no puedo más. Tu ausencia y la de papá la siento en carne propia, ya no se que hacer.
Para cuando terminé de desahogarme ya estaba hecha un mar de lágrimas. Acaricie su cabello, le conté como estaba la abuela y Nicolás y me fui de ahí prometiendo que iba a volver al día siguiente.
Caminaba por las calles solitarias cuando pasó por aquel bar en donde había agarrado la costumbre de pasar, acomode mi campera y entre ahí. Busqué con la mirada la mesa en donde siempre me sentaba, al lado de la ventana, por suerte para mi estaba vacío así que caminé hasta allí y me senté.
- Sara - saluda Kate, la camarera con una sonrisa.
Desde que agarré está costumbre ella se aprendió mi nombre y siempre me trata amablemente.
- Hey Kate, ¿Cómo estas? - le digo tratando de sonreír.
Ella me mira juntando sus cejas.
- Yo bien pero ¿y tú? Parece que hubieses estado llorando. - me pregunta preocupada.
En eso mira hacia la cocina y sin que nadie la haya visto se sienta en frente mío.
- ¿Si? Es que no tuve buen día - digo tratando de no sonar tan decepcionada.
- No sé por lo que estas pasando y capaz que necesitas tu tiempo, sé que me lo contarás cuando necesites a alguien con quien hablar. Pero también quiero que sepas que luego de una tormenta sale el sol y si no lo hace, entonces baila bajo la lluvia. La vida es así, con altos y bajos pero mañana es un nuevo día y un nuevo comienzo. - termina guiñandome el ojo con una sonrisa dulce.
- Gracias Kate. - le contesto sonriendole.
- De nada, ahora a lo importante. Se necesitan camareras y todavía no hemos encontrado a nadie, yo había pensado en ti.. no lo sé.. si no quieres no te preocupes - dice bajando la mirada.
Niego con la cabeza.
- Necesito un trabajo y hace unos días iba a tener una entrevista pero con esto de que estuve en el hospital no pude ir. ¿Cuándo puedo venir para hablar con el encargado? - le pregunto.
Ella sabía de mi hospitalidad ya que Simón también se había enterado (no me pregunten cómo) y como trabaja aquí, se lo contó.
- Mañana mismo, vienes y arreglas con él - dice con una sonrisa emocionante.
- Está bien, aquí estaré. Gracias - le contesto.
- Simón va a estar super contento y hasta apuesto a que va a venir a trabajar en las mañanas sólo para verte - dice riendo pero de un momento a otro se tapa la boca con asombro.
- ¿Qué? - digo riendo.
- ¡Siempre lo hago! Prometí guardar este secreto pero siempre se me escapan las cosas, soy una despistada. - decía en voz baja - te traigo lo que siempre tomas Sara, no me hagas caso.
Sin más se da la vuelta y se va quejándose por lo bajo. Sonrío y niego con la cabeza.
Esa chica si está loca.
Frase del capitulo: La vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí.
Capítulo algo corto y lo sé, pero bueno, espero que lo disfruten!
Cuentenme que les parece el personaje de Kate ;) ¿Les cae bien? ¿Ella también terminará lastimando a Sara?
Vicky🎬
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Viviendo Mi Mentira ✔️
Teen FictionSara Brown; típica popular con el pensamiento de que "su vida es perfecta" sólo por tener todo lo que ella quiere. Pero todo esto cambia cuando una noche, suena su celular avisando una llamada. Esa maldita llamada que marcará el antes y después en l...