Quedé sentada en el suelo con el papel en la mano todavía sin poder creerlo.
- ¿Sara, Nicolás? Ya volví - aviso mi abuela haciendo rechinar la puerta principal.
Yo sin prestarle atención guardé la caja donde la había encontrado y me acosté mirando el techo.
- ¿Sara? - llama tocando mi puerta.
Solo muevo mi cabeza hacia la derecha para verla ahí parada. Estaba bien vestida y maquillada extrañamente, se me cruzó por la cabeza preguntarle donde pasaba todas las tardes pero cuando vi su semblante serio las ganas se me fueron rápidamente.
- ¿Pasó algo? - le pregunto - Si es por el trabajo, mañana tengo una entrevista ¿si? Perdón por alargar el tiempo abuela. - me apresuro a decir.
Ella niega con la cabeza.
- No cariño, cuando tú puedas y quieras te fijas ese tema ¿está bien? Ahora tengo un regalo para ti pero no estoy muy segura...- comienza a decir.
- ¿Un regalo? Que yo sepa falta un mes para mi cumpleaños abuela - digo reincorporandome.
Asiente.
- Lo sé, lo sé. Pero un viejo amigo te manda este regalo, dijo que lo disfrutes..- se da la vuelta y saca de su lado una funda de una guitarra.
Ah no, ya sé para donde se dirigía esta conversación.
- Abuela tu y mis padres ya saben de lo que pienso de eso - digo acostandome nuevamente.
- ¡Y lo sé! Pero no puedo creer que hace cinco años te encantaba todo el mundo de la música, y de un momento a otro todo cambiara y no se la razón - explica ella rápidamente.
- No tengo razones abuela, no quiero y no lo voy a hacer - contesto cortante.
En realidad si había una razón pero no iba a decírsela.
Hace cinco años como dijo mi abuela, amaba el mundo de la música, cantar y tocar varios instrumentos era mi pasión y gracias al dinero de mi padre lo podía hacer tranquilamente. Aprendí a tocar la guitarra, el piano, acordeón y violín. Todo iba genial para mi, hasta que.. comenzaron las críticas. Siempre me hacían tocar y cantar en los actos escolares, fue hasta que en uno comenzaron a molestarme por mi voz y rompieron la guitarra que más apreciaba. Desde ahí, se me fueron todas mis ganas para seguir con la música. Nadie lo sabe, conté en casa que la guitarra la había tirado a la basura y que no quería otra, que ya no quería la música. Gran mentira, nuevamente.
- Sara, sólo te la traje porque sé que en algún momento vas a querer tocar de nuevo o, capaz que quieras tocarle una canción a tu madre - dice sonriendo dulcemente.
Asiento no muy convencida.
- Gracias abuela - le digo cerrando mis ojos.
- De nada mi niña, que descanses.
Sin más sale de mi habitación cerrando la puerta tras ella y yo caigo en un sueño profundo.
~*~
Me levanto sobresaltada y llorando.
Otra noche soñando con mis padres.Gruñi con frustración mientras cerraba mis ojos sólo para buscar unos segundos de paz, bostezo y miro al reloj y recién eran las cuatro de la madrugada, faltaban dos horas para empezar a alistarme para la escuela.
Me levanto y me coloco la campera preferida de papá que me quedaba gigantesca, sonrío cuando su perfume inunda el aire de la habitación. Mis pies descalzos tocan la pequeña alfombra para luego hacer contacto con el piso frío y empezar a caminar hacia afuera de la habitación. Un escalofríos nació desde mi espalda hasta mi cuello erizando mis pequeños vellos de los brazos, me abrazo a mi misma por instinto y froto en un intento en vano de entrar en calor. Bajo las escaleras a oscuras y en silencio ya que mi abuela y mi hermano estaban durmiendo, seguramente en el quinto sueño -como yo tendría que estar haciendo-, pero el sueño no parecía encontrarme y tenía esa maldita costumbre de levantarme a estas horas.
La cabeza me daba miles de vueltas y no dejaba de maquinar con el tema del embarazo de mi madre, me preguntaba porque no nos habían dicho nada o cuando pensaban contarnos, me preguntaba si la abuela sabía algo de esto o para ella también era un tema desconocido, me preguntaba muchas cosas en realidad. Salí a las afueras de la casa sintiendo el aire frío golpear mis mejillas convirtiéndolas en hielo solo en segundos, me senté en el banco que había allí y solo me limité a admirar la belleza del paisaje. La forma en que las nubes hacían compañía a la luna de la manera más agradable y sin quedarse atrás las estrellas brillaban con fuerzas, queriendo llamar la atención de aquel que admire el bello cielo.Me puse a pensar en todo lo que fue mi vida, en todo lo que se convirtió al fin y al cabo. De ser la más popular y de tenerlo todo, la mejor casa con la piscina más grande y el mejor de los autos, de tener al novio y la mejor amiga más popular a enterarme que me estaban engañando y que así son las personas como ellas.
Somos como las estrellas, algunas brillan con potencial, otras apenas titilan y otras solo tienen ese brillo por si solas. Aunque no lo creas todos somos importantes en el cielo de alguien, todos pertenecemos a un cielo negro en el cual brillamos con potencial y somos admirados por ese brillo especial. Y hoy en mi cielo tengo mi estrella favorita, mi papá.Sonreí con el sólo pensar de donde pueden ir mis pensamientos, de pensar que meses atrás no hubiese pensado así ni aunque me hubiesen pagado con los mejores autos o los mejores maquillajes. Antes era alguien que por pensar en lo que iban a decir lo demás, no pensaba en lo que yo quería. Que suerte que cambié a tiempo, lamentablemente hay gente que no lo logra.
Siento ruidos desde adentro de mi casa y vi como el cielo se iba aclarando, buscando el color de un anaranjado mezclado con un rojo y amarillo. Miré una vez más y sonreí.
Entre a mi casa nuevamente y veo a mi hermano poniendo platos y vasos arriba de la mesada.
- Hey, ¿qué haces despierto? - le pregunto riendo por su extraña actitud.
- Me levanté temprano y no me costaba nada poner la mesa para el desayuno, ve a arreglarte y baja a desayunar - me sonríe dulcemente.
No lo podía creer.
- ¿Eres tú, Nicolás? ¿tenemos que llamar al cura? ¡Abuela, trae el agua bendita! - le gritó mirándolo raro.
Rueda los ojos y sigue haciendo sus deberes.
- Sabes que sólo bromeo pequeñín. - le digo desacomodando su cabello - Gracias.
Sin más subo a mi habitación, preparándome mentalmente ya que tenía que ver a Alexa y Oliver.
Espero que no hagan nada estúpido.
Frase del capítulo: Dame un beso bajo las miles de estrellas, que sean testigos de este gran amor.
Espero que les haya gustado amores❤ Gracias por leerme y gracias de verdad porque en la otra historia (Una oportunidad para ser feliz) vamos subiendo las visitas y eso me pone contenta :) los quiero y espero que tengan un lindo día.
Vicky🎬
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Viviendo Mi Mentira ✔️
Teen FictionSara Brown; típica popular con el pensamiento de que "su vida es perfecta" sólo por tener todo lo que ella quiere. Pero todo esto cambia cuando una noche, suena su celular avisando una llamada. Esa maldita llamada que marcará el antes y después en l...