Capítulo 30

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Terminó el horario escolar y yo estaba más contenta que nunca. Las burlas y los murmullos se habían dejado de escuchar en el momento en el que dejé de prestarle atención a lo que decían. Salía  muy felizmente de la puerta de la escuela cuando siento como un auto pisa los frenos y hace chillar sus neumáticos, levanto la mirada como todos los estudiantes a mi alrededor preguntándome quien podría ser el loco que maneje de esa manera cuando me veo admirando como un castaño sale lentamente de su auto con una sonrisa triunfadora. Tenía puesto unos jeans azules oscuros, una remera blanca lisa y sus infaltables covers negras desgastadas pero que de alguna manera lo hacía ver aún más lindo, llevaba unos lentes negros para el sol donde cubrían sus ojos marrones y estaba segura que buscaba algo. Su expresión había cambiado a preocupado y su vista corría desde la punta del estacionamiento hacia la otra.

Fue hasta que me vio. Me regaló la sonrisa más grande que podría haber visto, las arrugas que se le hacía al costado de sus ojos lo hacían ver como un niño de cinco años cuando le daban un dulce. Levantó su mano y me saludo, yo le sonreí mientras caminaba hacia él. Estaba confundida ¿qué hacía aquí? ¿tendrá algún conocido que venga a este instituto? Mientras me acercaba, él se apoyó en el auto y cruzó sus brazos y de alguna manera inexplicable su mirada clavada en mi me estaba poniendo algo nerviosa.

- ¡Hey Sara, cuidado! - me grita.

No alcanzo a reaccionar cuando siento como toman mi brazo y lo tiran para atrás hasta hacerme caer, mis ojos ven como un auto pasa con rapidez por el lugar donde estaba caminando, no pude ver quien era ya que traía las ventanas cerradas. Sentí como el pecho me subía y me bajaba con rapidez, intenté calmarme cuando vi como Simón se acercaba a mi corriendo. Mire para atrás a la persona que me había hecho caer y lo vi.

Oliver.

- Ten más cuidado la próxima vez cariño - dice con la voz entrecortada.

Mis cejas se juntan formando una línea.

- ¿Cariño? - lo digo sin poder creerlo.

Nunca vi tanto descaro en un día sinceramente.

Él iba a contestarme pero llegó Simón y me puso de pie para abrazarme con fuerza.

- ¡Ay nena! El susto de mi vida me diste - dice con horror inspeccionando mi cara para ver si tenía alguna lastimadura.

Sin darme cuenta me estaba riendo.

- ¿Te ríes de mi preocupación por ti? - pregunta indignado - Está bien, perdón por molestarte con mi amistad.

Y a mi me había agarrado un ataque de risa, de verdad, no se si eran de los nervios con sólo pensar de que me podrían haber atropellado o si sólo reía para no llorar.

- Ya la perdimos. - dice en voz baja Simón negando con la cabeza.

Levanta mi mochila y se la pone en su hombro y con su otro brazo rodea mi cintura y me lleva hasta su auto. Abre la puerta por mi y yo estaba limpiando las pequeñas lágrimas que salían de mis ojos de tanto reirme mientras que él rodeó el auto y subió al asiento de piloto.

- ¿Ya está? - pregunta.

Yo asiento agarrandome la panza, de verdad, me dolía de tanto reirme.

- Que bueno, no iba a llevarte a la entrevista de trabajo viéndote como una loca - dice normal.

Ahí recordé de mi entrevista de trabajo y de que, tenía que ir a casa a cocinarle a mi hermano.

- Espera, porque tengo que ir a casa a cocinarle a mi hermanito que está sólo...- digo con vergüenza.

- Está bien, si quieres podemos pasar por él y mientras tú estas en la entrevista yo le hago algo de comer ahí en la cafetería. - me propone luego de unos segundos en silencio.

Y esa idea me pareció brillante.

~*~

- ¿Quién es él? - me pregunta mi hermano luego de obligarlo a que suba al auto.

- Un amigo - le contesto.

- Su novio - contesta Simón.

Lo miro sin poder creer la mentira que le dijo a mi hermano.

- ¿Éste chico es tu novio Sara? - pregunta mirándolo.

- No es mi novio Nico, es mi amigo. Sólo que está locamente enamorado de mi y bueno.. - le digo en voz baja riendome.

Él suelta una carcajada.

- Te dejaron en la friendzone amigo - le dice riendo mi hermanito.

Yo no pude aguantar la carcajada y me empecé a reír como loca por la confusión de Simón.

- ¿Friendzone? ¿qué es eso? - le pregunta confundido.

- De verdad no sabes que es la "friendzone" - pregunta mi hermano y él niega con la cabeza - Friendzone es cuando te gusta tu "amigo/a" y le dices lo que sientes pero en tu caso ella solo te quiere como un amigo, te está dejando en la zona de amigos.

Él parece indignado.

- Hey, yo sé que si quiero puedo tenerla a tu hermana. - dice entrecerrando los ojos por el espejo retrovisor hablando con mi hermano como si yo no estuviera acá.

- En tus sueños amigo - le dice Nicolás como un grande.

- Este enano ya no me cae bien...- lo escucho decir a Simón en voz baja.

Suelto una pequeña risita por debajo y solo me quedo admirando la ventana.

- Sara luego de esto, ¿podríamos ir a visitar a mamá? - pregunta mi hermano - es que hace tiempo que no voy y la extraño...

Quería que se callara, Simón no sabía nada y no tenía porque enterarse. Su vista cae en mi por unos segundos y sabía que estaba pensando en donde estará mi madre pero luego vuelve la vista a la carretera.

- Si pequeñín, luego iremos. - le contesto para que sólo se callara.

Pero se ve que sus planes no eran esos.

- Habría que llevarle flores a ella le encantan las flores y más las rosas, y a papá también hay que llevarle flores Sara, tenemos que ir a visitar a papá también. - decía rápidamente.

Sabía lo que estaba ocurriendo, era un ataque de sinceridad, le pasaba cuando sabía que se mandaba alguna macana y estaba nervioso.

- Los extraño siempre, Simón ¿a ti no te pasó de extrañar a tus padres? - le pregunta y nos toma por sorpresa a los dos.

¿Porqué le tenía que agarrar un ataque de sinceridad ahora?

- Si aveces los extraño, pero como vivimos cerca estoy más en su casa que en el departamento que tengo...- dice inseguro de meter la pata en algo - Pero cuando los extraño ¿sabes que hago? Me pongo a pensar en los lindos momentos que pasé junto a ellos y eso me hace tenerlos cerca por las noches cuando no puedo dormir.

- Yo siempre pienso en ellos. Por suerte me dejaron a Sara que ella está siempre que lo necesito, aunque no sepa cocinar o no es la mejor hermana del mundo, lo intenta y eso es lo que vale para mi..- comenta distraído como si yo no estuviera ahí.

Simón me mira con una pequeña sonrisa.

- Es una gran hermana entonces - comenta Simón.

Y cuando estaba por decir algo más nos dimos cuenta que habíamos llegado.

Frase del capítulo: Sé que nuestras heridas sangraran pero nuestros corazones creen..

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