- Okey, Simón y Kate me han hablado mucho de ti y, por lo que me han contado, sé que eres una persona responsable y que necesita el dinero de verdad. Arreglaremos tus horarios escolares con los del trabajo ¿esta bien? - dice Francis, el dueño del lugar.
Ya cuando llegue me lleno de preguntas sinceramente y me siento bien porque pude contestar lo justo y necesario. Francis era un buen señor, calvo, alrededor de unos 50 años con un bigote color blanco, unos pequeños lentes y una vestimenta de una camisa y un saco arriba. Tenía esa agradable apariencia de esos abuelos a los que todo el mundo le cae bien, que te entregan dinero a escondidas y te hablan de lo duro que eran los tiempos de antes dejándote la enseñanza de que tienes que valorar las cosas buenas que tiene la vida hoy en día.
- Sin más es un gusto conocerte Sara y es un placer decir que eres bienvenida al Caffe and love. - termina de decir con una sonrisa amistosa y estirando su mano para estrecharla con la mia.
Con una sonrisa de las que hace mucho no tenía me fui a sentar a la mesa en la que estaban Nicolás y Simón hablando y riendo de vaya a saber qué.
- ¿Y? ¿cómo te fue? - pregunta Nico con emoción.
Pongo la cara más triste y mi vista cae a mis manos.
- No me lo dieron - contesto en voz baja.
- ¿¡Qué!? ¿porqué? - ahora Simón levanta mi mentón con dos de sus dedos y mira cada parte de mi rostro.
- Yo..- los miro y sonrío - estoy jugando, si me dieron el trabajo - empiezo a reirme a carcajadas por las caras que pusieron.
Ellos se dan una mirada lenta como no pudiendo creer que les haya hecho esa broma.
- De verdad, me la creí. - dice Nicolás con cara de pocos amigos.
- Vamos hermanito, no te enojes ¿si? ¿Sabes que significa el que tenga un trabajo? - le pregunto y él niega con la cabeza - te llevaré al parque de diversiones o mejor, al cine que solíamos ir o te podría llevar a tomar un helado cuando tú quieras o comprarte los mejores juguetes..- le empiezo a decir emocionandome y sintiéndome realmente bien sabiendo que podría darle lo mejor a Nicolás.
- Gracias Sara por todo lo que haces por mi y la abuela - dice sonriente - ahora, ¿podríamos ir a ver a mamá? - pregunta con su sonrisa angelical.
Esa sonrisa la usaba cuando quería obtener algo con mis padres.
- Si enano, déjame avisarle a la abuela que llegaremos un poco más tarde que lo usual - le digo guiñandole un ojo mientras me levanto para llamar a la abuela por celular.
Estaba marcando el número cuando siento como toman mi brazo haciéndome voltear.
- Oh Simón me has dado el mayor susto que he tenido - le digo un poco exagerada.
Él se ríe.
- Sólo quería venir a preguntarte si necesitabas algo Sara - me pregunta.
Y juro que pude ver vergüenza en su rostro.
- Gracias por la ayuda Simón pero no la necesito. - le contesto con una sonrisa sincera.
- ¿Necesitas que los lleve a algún lugar o algo? No estoy en horario de trabajo así que no habría ningún problema..- empieza hablando rápidamente.
- Hey hey, ¿de verdad no estas ocupado? - le pregunto.
No quería aprovecharme de su bondad sinceramente, hasta me estaba sintiendo mal por pedirle tantos favores.
- No es problema para mi, me caen bien tu y el enano ese y haría cualquier cosa para ayudarlos - me regala una sonrisa tierna.
De esas que te dan ganas de apretarles esos cachetes grandes.
- Gracias de verdad Simón - le digo sinceramente - sin tu ayuda y la de Kate no hubiese conseguido este trabajo y no estaría tan contenta como hace mucho no lo estaba, de verdad, gracias.
- No hay nada que agradecer, es un placer verte sonreír - dice guiñando un ojo - ahora si, vámonos antes de que tu hermano me lance con la taza que tiene a su lado, desde que estamos hablando nos está espiando cuidadosamente desde la ventana.
Desinteresadamente miré hacía la ventana y él nos estaba viendo con los ojos entrecerrados y tomando de su taza. Se veía todo un niño grande.
- Si tienes razón, pero antes quería hacerte una pregunta, claro, si me dejas. - le digo apenada.
- La pregunta ya me la hiciste pero si, puedes hacerme dos. - dice riendo.
- ¿Qué pasó con aquella chica que era mi vecina? - desde que dije la palabra "chica" su rostro sonriente terminó en uno triste mientras agachaba la mirada - Oye no quería incomodarte, lo siento..
- No no pasa nada - dice apresuradamente - sólo voy a contestarte con la frase que más uso..- avisa y yo asiento - es tan corto el amor y tan largo el olvido, esas serán mis últimas palabras para esta conversación. Otro día hablaremos de esto - corta la conversación y yo asiento.
- Si está bien, lo siento. - digo sinceramente.
Él niega con la cabeza.
~*~
- Bueno, hemos llegado. - dice con una sonrisa un poco avergonzada Simón.
Mire a través de la ventana y vi el hospital que se estaba volviendo mi segunda casa prácticamente.
- Gracias chocolate, me caiste bien. - le contesta un sonriente Nicolás chocando puño con puño.
Sonreí al ver la imagen.
Esperamos a que mi hermanito se siente en el banco enfrente de nosotros mientras que yo trataba de abrir la puerta del auto.
Comienzo a reír.
- Puedes ayudarme a abrir la puerta - le pido amablemente riendo.
- Si lo siento, tenía que ver como luchabas contra esa puerta y reirme un rato. - dice entre medio de una carcajada.
Ya mi cara cambió.
- Gracias por tu sinceridad - digo irónicamente.
Él me guiña un ojo.
- De nada. Oye sólo quería decirte que si necesitas que baje con ustedes o si quieres que me quedé aquí esperándolos o, tal vez quieran que los recoja luego no hay ningún problema. - dijo con la cara toda roja.
Así se ponía cuando tenía vergüenza.
- Gracias por todo Simón, de verdad, pero..- digo alargando la "e" - tendrás que esperar para verme de nuevo, sé que te mueres por hacerlo - digo guiñandole un ojo.
Él hace una sonrisa arrogante.
- Si claro, ya quisieras. - contesta rodando los ojos.
- Bueno está bien, yo iba a invitarte a que vayas con nosotros pero ya que tú no quieres, bien. - le digo bajando del auto y caminando junto a mi hermano.
Siento como cierran la puerta de un auto y sonreí victoriosa.
- Así que no pudiste contenerte eh, lo sabía..- digo dándome la vuelta para toparme con un rostro que ya había olvidado.
- ¿Contenerme a qué? - dice riendo.
Frase del capitulo: Me gusta la gente que deja marca, sin la necesidad de dejar heridas.
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Viviendo Mi Mentira ✔️
Teen FictionSara Brown; típica popular con el pensamiento de que "su vida es perfecta" sólo por tener todo lo que ella quiere. Pero todo esto cambia cuando una noche, suena su celular avisando una llamada. Esa maldita llamada que marcará el antes y después en l...