Capítulo 26

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- ¡No entres! - grita desde el baño.

- ¿¡Y cómo quieres que te alcance un calzoncillo si no me dejas entrar!? - le contesto - No voy a mirar nada, lo prometo.

Desde el lado de adentro se quedan en silencio y yo ruedo los ojos.

- Está bien, pero no mires. - avisa.

Estaba contentiendome de decirle algo como ¿de verdad? Pero como dije, estaba conteniendome.

Cubro mis ojos con las manos y busco con cuidado el pomo de la puerta, lo encuentro y lo giró lentamente.

- ¿Dejaste tu ropa tirada en el suelo de nuevo? - le pregunto por precaución.

Lo único que me faltaba era caerme.

- No Sara, ¿puedes dejarme lo que te pedí e irte? - dice de mala manera Nicolás.

Abro la boca con asombro.

- Hey pequeño, un poco más de respeto a los mayores - lo regaño.

Él queda en silencio, le dejo la prenda interior y me voy enojada por su actitud. Mi salida iba a ser triunfal y muy malvada. Pero como siempre; nada salió como lo esperaba.

Termine dando media vuelta y llevándome la puerta por delante golpeando mi frente.

El pequeño demonio comienza a reír con fuerza y yo aún más enojada salgo de ahí con cuidado.

Mesajeo mi frente para que se me pase el dolor un poco y rogaba a todos los dioses para que no se me hinche.

La abuela seguía sin regresar y yo moría de hambre. Así que bajé y me puse a "intentar" hacer la comida, lo digo entrecomillas porque termine quemando todo. Mi pasta pegada no se podía ingerir, me di cuenta cuando Nicolás luchaba con ello.
Terminé convenciendome de que era necesario comprar comida ya que, íbamos a quedarnos con hambre y nadie quería eso. Los Brown nos poníamos un tanto...malhumorados cuando se trataba de falta de comida.

Estábamos en el sillón mirando una película cuando mi hermano recuesta su cabeza en mi regazo. Al principio me quedé dura sin saber que hacer es que, mamá era la de las demostraciones de afecto, mi padre y yo éramos otro caso.
Estaba tan malditamente incómoda ya que habia algo que me pinchaba la pierna y estaba empezando a tener calor, pero al pasar el rato dejé de prestarle atención al televisor cuando me concentre en mirar cada perfección de su pequeño rostro. Lo que más amaba de él eran sus pestañas, eran tan largas que tocaban sus pómulos, hasta eran más largas que las mías y siempre le envidie eso aunque claramente no lo iba a decir en voz alta. Mi mano cayó en su cabello y comencé a acariciarlo, era tan suave que se escurria en mis dedos. Capaz que estaba incómoda, pero el momento lo valía. Pasaron los minutos y hasta las horas y nosotros seguíamos en la misma posición, pensé en que le dolerá todo por dormir en esa posición así que como pude lo tomé en mis brazos y lo lleve a su cuarto. Estaba pesado, muy pesado en realidad pero no podía levantarlo y decirle que camine sólo, mi hermano entredormido es muy torpe. Le saqué sus zapatillas y lo tape, seguido le acaricie el cabello una vez más y le deje un beso en su frente y me fui de ahí contenta.

Estaba indecisa si ir a mi cuarto o hacia abajo, cuando recordé aquella caja que encontré en el cuarto de mis padres. Inconscientemente observé mí dedo meñique y recordé el anillo de mi madre, ese que le había regalado mi padre y ella tanto amaba. Sabía que no tenía que revisar las cosas de mis padres, meterme en donde no debía era incorrecto. Pero algo de esa caja me llamaba la atención, algo que tenía esa caja sabía que era importante. Sin pensar en los pros o los contra llegue a mi cuarto, cerré la puerta ligeramente y busque debajo de mi cama esa caja que me tenía tan intrigada.

El polvo se hacía notar en los alrededores de la caja, así que pase mi palma limpiandola un poco cuando me arrepentí al momento; mi mano había quedado negra de la suciedad. Fui al baño lo más rápido posible, lave mi mano y casi corriendo regresé a mi cuarto. Levanté la traba que tenía puesta y la caja se abrió por si sola, a dentro estaban las cosas acomodadas, había papeles y hasta vi bolsitas al costado, empecé a sacar papel por papel cuidadosamente, leyendo concentradamente cada una. Por ahora había encontrado sólo facturas de pago de mis padres, como las de la tarjetas de crédito o los impuestos de la casa. Pero tenía esa sensación de que algo importante había, no podría haber estado está caja tan guardada para sólo contener impuestos. Reviso las bolsitas que tenía y encontré collares de oro. Eso sabía que era de mi abuela y que mi madre la guardo tan secretamente, le gustaba cuidar mucho las cosas de valor.

Luego de buscar y buscar, llegué a un papel en donde me dejó con la boca abierta. Estaba asombrada, descolocada y no, no lo podía creer.

Una confirmación de embarazo.
De mi madre.
Mi madre estaba embarazada.

Miré la fecha y era este año, ya cuatro meses antes. ¿Mi madre estaba embarazada? ¿Porqué no nos lo dijo? ¿Qué pasó con el bebé? ¿Porqué lo ocultaron? Miles de preguntas cruzaban rápidamente por mi mente como flechas, iban y venían sin control y estaba segura de que nadie sabía de esto. Me tape la boca para que mi hermano no escuchara el sollozo que salió de mi boca sin querer, ella me lo contaba todo y que no me haya dicho esto lo sentía dentro de mi como si fuera un puñal clavado ahí.

Me levanté con el papel en la mano decidida a buscar y saber respuestas.

Estaba decidida a saber que pasó con mi hermano.

Frase del capitulo: Vos sos hermosa. La sociedad es una mierda.

😱😱Si, hasta yo estoy asombrada con esto jaja. ¿Qué pasará ahora? ¿Encontrará la verdad Sara?

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Los quiere,Vicky🎬

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