Capítulo 36

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- Despierta dormilona. - dijeron entrando a mi cuarto, - ¡¡Feliz cumpleaños!! - sentí como alguien se tiro encima de mi y yo sólo no entendía nada.

Me saqué a Nicolás de encima que me dejaba pequeños besos por toda mi cara mientras decía lo vieja que estaba.

- ¿Puedes quitarte pequeño chimpancé? - dije entre risas ya que se colgó de mi espalda.

- Obvio que no, ahora caballito, ¡andale andale! - agarro mi cabello como si fuera una soga para tener el control de mi.

Bajé de las escaleras entre risas y casi salen lágrimas cuando vi todo lo que había hecho mi abuela.

- No tendrías que haber hecho nada de esto abuela, no era necesario. - digo abrazandola.

De la cocina colgaban dos globos grandes con el número "18", en la mesa había muchas cosas para desayunar como dulce de leche, queso para untar, galletitas, café y leche chocolatada, hasta vi pequeños chocolatitos.

- Shh, lo hice porque te lo mereces cariño. Nicolás y Stev me ayudaron así que agradeceles luego. - confesó con una sonrisa.

¿Stev? Yo no le dije nada...

- Tú hermano se encargó de contarle cariño. - contestó mi abuela a mi pregunta no formada.

Sonreí y asenti.

- Gracias por todo abuela. Iré a cambiarme, coman lo que ustedes quieran, Nicolás no comas bastantes chocolates ¿escuchaste? Ahí vuelvo - avisé corriendo hacia arriba.

Me cambié lo más rápido posible y hoy dejé mi cabello suelto, busqué mis convers y me las puse para ir al baño. Cuando ya estuve lista bajé y ahí se encontraba Stev también.

- ¡Sara! - gritó y se acercó a abrazarme fuertemente, sonreí porque me alzó e hizo que demos dos vueltas - ¡Feliz cumpleaños! Tendría que estar enojado por que no me has dicho nada pero te entiendo, te quiero mucho y lo sabes - lo abracé una vez más.

- Gracias Stev, por venir y ayudar a hacer todo esto. Yo también te quiero pero también quiero a la comida y muero de hambre. - le digo sacándole una carcajadas a todos.

Nos acercamos a la mesa y nos sentamos a desayunar con una sonrisa.

- Stev, hoy haré una cena para festejar es algo tranquilo, si quieres venir estas invitado. Y si no llegas a estar aquí a las ocho, juró cruzar la calle para poder sacarte de tu casa a patadas. - amenace con una sonrisa angelical.

- ¿Ves Lilly? - habló él mirando a mi abuela - Siempre dije que me encantaba su trato hacia mi, es tan dulce. - dice con sarcasmo pero con una sonrisa en la cara - Estaré aquí Sara, iba a venir me invites o no así que.. - dijo encogiendose de hombros.

La abuela reía y Nicolás sólo lanzaba miradas amenazadoras.

Luego de desayunar entre risas, olvidé que tenía que ir a la escuela por completo así que cuando estaba corriendo hacia la parada la mano de Stev me detuvo.

- Necesito decirte algo importante Sara - confesó.

- ¿No puedes decirlo en otro momento Stevi? - le pregunté ya que veía venir el autobús.

- No Sara.. es justo que te lo diga ahora..- empezó a decir pero yo ya me había soltado de su agarre.

- Luego me lo dices ¿está bien? No te irás a ningún lado. - digo corriendo - Te quiero Stevi ¡cuidate! - grité como una loca pero no escuché respuesta de él.

Me subí al bus sintiéndome afortunada de que había llegado y miré por la ventana como la espalda de Stev se perdía en el camino.

Cuando llegué al instituto nunca creí que me saludaria nadie, o que se acuerden al menos. Pero me sorprendió cuando varios me saludaron con una gran sonrisa.

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