Capítulo 32

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- Stev - digo sorprendida.

Trató de ocultarlo con una sonrisa amigable.

- Sara, bella, estaba preocupado por ti. La última vez que nos vimos no fue en buenas condiciones y no sabía si ir a tu casa o dejarte tu espacio...- dice rápidamente que apenas puedo entenderle.

Lo detengo con una mano.

- No tienes porqué preocuparte, estoy bien, entera y con cosas que hacer. - digo apuntando a mi hermano que estaba a mi lado con cara de pocos amigos.

- Hey, pero si es el pequeño Nicolás, ¿como te va enano? - Stev levanta su puño para golpearlo con el de mi hermano.

Pero no todo salió como esperaba. Nicolás no levantó puño y Stev se puso incómodo.

¿Porqué mi hermano se comportaba de esa manera?

- Sólo dejo que dos personas me llamen "enano", mi hermana y Simón, tu no. - le contesta cortante.

Stev me mira sorprendido por la contestación y juro que yo estoy igual o más sorprendida que él.

- Nicolás, pídele disculpas a Stev. - lo regaño.

Él niega con la cabeza.

- Que primero le pida disculpas a su hermana Pilar por lo que le hizo. - inquiere mi hermano mirando fijamente a Stev.

Mi vecino parecía estar muy nervioso y podía ver los miles de cálculos o pensamientos que cruzaban por su cabeza.

¿Qué le habrá hecho a su hermanita pequeña para que Nicolás esté tan enojado? No podía imaginarlo.

- Sara, si quiero entrar allí contigo y el enano, no puedo dejar pasar oportunidades así por mi orgu..Stev Morrison - Simón se sorprendió cuando vio a mi vecino.

- Pero si es el tonto de Simón. - contesta con una sonrisa arrogante, Stev.

Estaba confundida ¿se conocían? Y si lo hacían ¿de dónde?

- Disculpen que me meta pero, ¿se conocen? - en este momento la curiosidad había invadido todo mi cuerpo.

Ellos se dieron una mirada rápida y cuando Stev estaba por contestarme, Simón se adelanta.

- El secundario, nada más. Ahora, ¿vamos a entrar o no? - se lo veía enojado y queriendo escapar de esa situación.

Stev ríe a carcajadas, parece como si tuviera un chiste para si solo.

- Yo estoy con chocolate, quiero entrar Sara. - habla Nicolás agarrando mi mano.

Asiento.

- Nos vemos Stev. - me despido y él no se alcanza a despedir ya que los dos locos que me tienen agarrada de la mano me están un poco más arrastrando.

Me suelto de sus agarres y los miro cruzando los brazos.

- Me van a decir que pasó allí, tú - lo apunto a mi hermano - me tienes que decir que le hizo a su hermana para que tenga que pedirle disculpas - señalo, con dos de mis dedos, mis ojos y apunto a los suyos.

Queriendo transmitirle que lo estoy vigilando y que nada se me olvida.

- Y tú - apunto al mono que tengo como amigo llamado "Simón" - me dirás de donde lo conoces a Stev y me contarás toda la historia, no creo eso de "solo secundaria" - le aviso y le hago la misma seña de que lo estoy vigilando. - Ahora entraremos con mi madre, la saludaremos y luego nos marcharemos, ¿entendido? - acabo.

- Si señora. - contestan los dos al mismo tiempo.

Sonrío complacida.

- Vamos que se nos hace tarde. - empezamos a caminar mientras que traía a dos niños, sólo que uno era un niño de verdad mientras que el otro tenía 19 años pero con la mente de uno de 10.

Viviendo Mi Mentira ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora