Traición

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Después de esa noche, los ataques rebeldes se intensificaron. No se hablaba de otra cosa en los noticieros que de los constantes ataques.

Ex-funcionarios del general Ambrose, afirmaban haber sido víctimas de los atentados.

Mientras que por todo Miralmar,los rebeldes sembraban terror a su paso en las clases altas por los ataques perpetrados a sus propiedades.

Robos a empresas, secuestros exprés y demás fechorías para mantener el movimiento rebelde .

El príncipe Erickson, tuvo que tomar cartas en el asunto personalmente, lo que alargo unos meses más la estancia de las aspirantes en palacio.
Una vez calmado ese ajetreo, las cosas en palacio volvieron a tomar el ritmo una vez más.

Kerena lo agradecía, prolongar su estadía, se comenzaba a volver aburrido, constantemente eran acechadas por los camarógrafos para el programa de "Un día con las aspirantes" Kerena ya no lo soportaba.
Otras chicas como Julles o Vanessa estaban encantadas con toda aquella atención pero ella ya tenía suficiente con asistir cada viernes al programa de Hendrix Lovelance para el reporte semanal de todo aquello.

Kerena se sentía cohibida cada vez que veía su rostro en pantalla,los camarógrafos eran muy hábiles para captar los momentos más inesperados, cómo la primera vez que buscó el comedor y se perdió y el príncipe en persona fue en su rescaté, o cuando Julles cayó del bote en el lago,o las miradas lánguidas que le dedicaba Sue a su majestad. Y así un sin fin de momentos que no deberían ser televisados. Agradecía que el beso en el jardín sólo lo hubiera visto un guardia qué supo ser discreto.

— ¡Oh,ya va a empezar, ya va a empezar!

La voz de su doncella la sacó de sus pensamientos. Tenían un bol lleno de rosetas de maíz,bebidas y otras botanas que las cocineras habían preparado especialmente.

Kerena había aceptado acompañarlas a ver la repetición del programa del pasado viernes había habido sorpresas interesantes y ya que el rol de citas había empezado de nuevo tenía aquella tarde libre.

El himno nacional de Miralmar dio la pauta de entrada al show. Un Hendrix sonriente apareció en pantalla en cuanto la musica seso.

— ¡Muy buenas noches,Miralmar! El programa de hoy tiene sucesos interesantes, imágenes frescas,revelaciones trascendentales y desdé luego,el recuento de los votos de nuestro querido público halla en casita. Iniciemos púes con esta noche invitando a nuestro príncipe a que nos acompañé.

Mientras el príncipe avanzaba en su impecable traje echó a medida,se fijo que dos sillas estaban vacías. Sabía porque el lugar de la aspirante del distrito tres no estaba, pero ¿ Dónde se había metido Amairani?

El príncipe no era el único que se lo preguntaba.

— Bienvenido Alteza. — todos notaban el cambio de voz del conductor, pero nadie podía acusarlo de no ser profesional.

Mientras el televisor mostraba las imágenes captadas por las cámaras ya fuera en la citas del príncipe o en el diario vivir de las candidatas, a Kerena se le quedó grabada una sola imagen.

La noche del baile de gala dónde el príncipe llevó a Amairani,no pudo evitar sentir de nuevo esa punzada que la ponía de malas.

— Esa debía ser tu noche. — dijo la cocinera,una mujer regordeta con voz de hombre.

Kerena le sonrió. Sus doncellas y el personal de la cocina le brindaban su apoyó incondicional y no sabía porque.

Los gritó de jubiló y los abucheos se escuchaban en todo el corredor de las habitaciones, pronto se les unieron las demás aspirantes, excepto Sue que esa tarde tenia su cita con el príncipe Erickson. Incluso Amairani las acompañó por un corto tiempo,ya que la,aspirante del distrito uno no perdió oportunidad para sacarla de sus casillas.

Cuándo fue el turno de Amairani de subir al escenario a contestar las preguntas,está había entrado casi corriendo al plató, acalorada diciendo qué se había quedado encerrada en su camerino.

— ¿Y eso es verdad? — le preguntó Julles que no se lo creía.

— Ya explique lo que paso a quien le debe de importar. — Cómo siempre Amairani intentaba herir susceptibilidades.

—Claro,y el príncipe te creyó... — dijo Julles antes de susurrarle a Kerena. — Por qué él no vio lo qué mire yo...

— ¡Mejor callaté! No sabes de lo qué hablas. — indignada la belleza negra abandonó la habitación.

Dentro todas las demás se rieron.

Aquello le hizo recordar a Amairani aquel momento:

Habían dado la tercera llamada,todas las aspirantes habían dejado su camerino minutos antes excepto ella. Se había retrasado gracias a su última rabieta,sus doncellas no la habían maquillado cómo ella quería, así que maldiciendolas,se había lavado de nuevo la cara e hizo el trabajo ella misma.

Cuándo la tercera llamada sonó, salió corriendo del camerino y al ir a toda prisa,chocó con un despistado tramoyista.

— ¡Imbécil! ¿Por qué no te fijas? — le gritó mientras retrocedía por el impacto... Y la sorpresa que se llevó al mirarlo. — ¡¡Tú!!

El hombre con la cicatriz en la mejilla le sonrió. Amairani abrió la boca para gritar, pero el rebelde del autobús fue más rápido y alcanzó a sujetarla. Tapándole la boca la arrastró con el al camerino más cercano.

— ¿¡Cómo te atreves!? ¡Dejame salir! Me están esperando.

— ¿Por qué lo haría? En cuánto cruces esa puerta comenzarás a gritar que hay rebeldes infiltrados.

— Por supuesto que lo haré... El príncipe en persona...

— No te está buscando... — la interrumpió él. Su sonrisa cínica y sus ojos traviesos la intrigaban.

Amairani hizo otro intento por escapar. Pero aquel rebelde no se la puso fácil. Por más que intentó alejarlo de la puerta éste no se movió.

— ¡Auxilio! — gritó. — ¡Alguien, ayudeme!

— No vas a guardar silencio ¿Cierto?

— ¡Por favor,estoy aquí!

— Bueno, púes. Tú lo quisiste.

El rebelde se acercó con tanta rapidez que Amairani tardó en comprender lo que estaba pasando.

¡Aquél descarado la beso! Sin pena,sin pudor.

Su boca se adueñó de la de ella,cuál traicionera le correspondió. Fue un beso largo y apasionado que cómo empezó,igual de rápido se esfumó.

Perturbada,miró al rebelde marcharse y cuándo reaccionó ya era tarde.

Desde entonces no había logrado apartar aquel beso de su memoria. La asaltaba cada noche en sus sueños, y al despertar no lograba alejarlo de sus pensamientos.

Y ahora la gorda del distrito uno decía haber visto algo,tenía que averiguar que fue lo qué miró. Y por qué aún no la había delatado.

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