Esclava

Una última visita

Todo salió tal y cómo se planeó, el día de la boda del príncipe Erickson finalmente llegó.

El palacio así cómo las calles de Miralmar se engalanaron con adornos  festivos para conmemorar la ocasión.

No sólo se celebraría la boda del príncipe, si no también su coronación una vez concluida la ceremonia.

El distrito uno tenía mucho que celebrar ya que su aspirante sería su reina.

Miralmar estaba de fiesta sin lugar a dudas. Aunque en el palacio,a pesar de todo el revuelo que se ocasionó con la boda no logró alegrar ni por un momento al decaído príncipe que más que enamorado parecía resignado con su destino.

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Para muchos aquel día era motivo de alegría aunque a decir verdad no por las mismas razones.

El consejero Björk estaba más que satisfecho con cómo habían resultado sus planes,sólo una cosa le fastidiaba poder saborear por completo de su ya próxima victoria.

El echo de que la esclava estuviera perdiéndose de todo aquello le molestaba. O más bien le molestaba no poder disfrutar de su patética agonía,del sufrimiento fortuito que podía causarle el casamiento de su amado principito.

Odiaba a Kerena cómo nunca antes llegó a pensar en que podría sentir de esa manera.
Pero en realidad, el consejero no se daba cuenta de que todo ese odio infundado pertenecía a su amante Cynthia Lovelance. Era tanta su obsesión por esa mujer que hizo suyo el odio enfermizo que la actriz sentía por la aspirante que le arrebató al príncipe de su cama.

Cuando estos dos se encontraron: un encuentro propiciado por la maquiavélica mente de la actriz. El consejero cayó rendido a sus voluptuosos encantos y quedó indefenso frente aquella mujer que lo llevó a cometer el mayor acto de traición.

Cegado por amor poco a poco el consejero abrió las puertas a la ambición que aquella mujer fue sembrando en él.

Cynthia fue quien tuvo la idea de encerrar a Kerena en un hospital psiquiátrico, basándose en uno de sus muchos éxitos de taquilla al interpretar a una joven en la misma situación a la que orilló a Kerena por sus celos y ambición.

Juntos planearon cómo manipularla y tras hacer público su embarazo también planearon cómo acabar con el príncipe y su reinado.

Sí aquel par tenía mucho que celebrar ya que todo les resultó de acuerdo al plan.

O al menos eso fue lo que el consejero Björk pensó, porqué a decir verdad. Cynthia Lovelance tenia otro plan en el que él no estaba incluido.

— ¡Mí hermoso bebé! ¡Mi amado principito! Hoy es el gran día...— Cynthia acunaba a su hijo entre sus brazos, quien la mirara juraría que era una madre abnegada. — Erickson pagará caro su rechazo... Y tú, mi precioso bebé me darás lo que siempre he soñado. ¡En cuánto me deshaga de ese horrendo de Björk! Sólo tú y yo gobernaremos esté reino.

Tres golpes suaves a su puerta le avisaron que su indeseable amante llegó. Tenía un último trabajo por hacer antes de deshacerse de él.

—Pasa. — ordenó. La puerta se abrió y el consejero entró más enamorado que el primer día.

Cynthia lo recibió con una enorme sonrisa mientras le entregaba a su hijo en brazos. Sus dotes actorales salieron a floté.

— Ya estamos cerca amor... ¡ Por fin el gran día llegó! — dijo él después de darle un beso en la frente a su hijo y recostarlo en su cuna. — Mis hombres ya tienen todo listo para esta noche.

— En hora buena,después de la ceremonia de coronación Erickson reconocerá a nuestro hijo cómo suyo y eso lo volverá automáticamente el legítimo heredero.