✔Capítulo 31

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Capítulo 31 "Su fortaleza".

Alexia.

Hoy se cumple una semana desde que Amy no sale de su habitación, se levanta tarde (no he escuchado esas alarmas desesperantes que llegue a extrañar) y sólo escuchó que algún repartidor de comida rápida realiza su entrega. Cómo su mejor amiga autoproclamada me rehúso a que ella pasé todo el tiempo encerrada y eso es lo que estoy intentando hacer. Quiero entrar a esa pequeña cueva que ella conoce cómo apartamento.

—Amanda Muller abre la puerta— grité mientras tocaba la puerta con mi cabeza.

—Señorita abra la puerta— gritó conmigo el vecino.

El señor Mess iniciaba en la etapa de los treinta, los deseos del vecino en apoyarme eran únicamente para que al fin cerrará mi boca. Llevo sentada frente está puerta hace dos horas.

—Alexia si ella no te abre con gusto puedes entrar a mi apartamento— me invitó con una sensual sonrisa.

—Después que salí contigo me di cuenta de que soy lesbiana— dije con indiferencia dañando su ego.

Es un pequeño error que cometí. El veintinueve años, yo una joven de veinte años ¡Gran juego! Creí que ese delirio que tuve con el sería eterno hasta que cumplí los veintiún años. Quería un novio no un abuelo a mí lado.

—Por favor Alexia, conozco tus inmadureces— susurro cómplice de mis pensamientos.

En ese momento me di cuenta de que necesitaba ayuda para escapar.

— ¡Amy! ¡Tengo caracoles! — grité con fuerza intentando escapar.

La puerta automáticamente se abrió dejándome caer al suelo; por lo menos ya estaba dentro del apartamento. La palabra caracoles era otra palabra clave de emergencia que teníamos, no me recuerdo de la historia lo importante es para que servirá. Cerré la puerta con toda la velocidad que mis piernas me lo permitieron.

—Gracias, aun no comprendo cómo salí con alguien nueve años mayor que yo— dije entablando una conversación.

Ella río a lo bajo y se sentó en su sofá junto a Bucky. Casi siempre en las películas cuando alguien entra a una casa de una persona que está de luto todo es oscuro, desordenado y apesta a pizza podrida. En el caso de Amy todo estaba en un perfecto orden, las nubes cubrían las ventanas indicando que pronto llovería, pero aun así había claridad y el aroma dulce del ambiental dañaba mi nariz.

—Amy extraño pasar tiempo contigo— dije corriendo hasta ella.

—Je, no tengo palabras— susurro.

Tal vez su apartamento estaba en perfecto estado, pero su cara denotaba lo contrario. Sus ojos (que son pequeños) se miraban más pequeños debido a sus párpados hinchados, su nariz era un pequeño tomate de ensalada y su cara era más pálida de lo normal. Usaba una blusa de tirantes blanca muy holgada junto a un short de licra muy pequeño negro y sus pantuflas peludas.

— ¿Puedo hacer algo dónde te incluya? — pregunté imitando a una niña pequeña en busca de una respuesta afirmativa.

— ¿Qué piensas hacer? — respondió.

—Solo pediré algo de comer— respondí —pero préstame tu teléfono yo no tengo llamadas—

—Está en mi cuarto— respondió con ese tono de voz monótono.

La idea de pedir pizza y helado a domicilio me pareció perfecta, me indicaron que por las lluvias se tardarían un poco, pero sabía que yo podría alegrar a Amy en poco tiempo, caminé hacia la sala, pero la puerta de su apartamento estaba abierta. Corrí de la casa al ritmo que me permitían mis tacones hasta el elevador dónde Bucky rasguñaba la puerta metálica que intentaba abrir con su hocico, lo tomé entre mis brazos para regresarlo al apartamento. Entre al elevador y me detuve en cada piso buscando a Amy, pero en ninguno de ellos estaba, el último lugar donde aún no había revisado era el lobby.

Pasados Pendientes TERMINADA (PP #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora