Capítulo 24 "La mujer que amo".
Amy.
Han pasado cuatro semanas y Nicolás no me ha escrito ningún mensaje, no me ha llamado y Amy no ha venido a terapia ¡Hace un mes que no me habla! Debo de admitir que el tiempo ha pasado muy rápido debido a los preparativos para el aniversario de la fundación, el tiempo se nos acorto debido a pequeños imprevistos, pero todo tiene solución.
Teníamos el salón asegurado en nuestro bolsillo debido que Adrien tuvo la cita con la hija del dueño; Kendy ese día por alguna extraña razón, Alexia y yo nos encargamos de ese detalle, perdió las llaves de su casa entonces hubo pijamada de chicas en mi casa; con eso logramos distraerla. La música de fondo estará organizada por la banda de un amigo mío David Silka, una de las mejores personas que pueden existir en el mundo, es baterista de dicha banda entonces siempre tenían una fecha apartada para nosotras. La comida la encargamos con otra amiga, Karen Albafica, fue fácil que aceptara debido a que mi tío decidió apoyarnos con el catering de la noche. Cómo una de las tradiciones que mantiene la fundación ya teníamos elegida a la persona que daría un pequeño testimonio de su vida y palabras de agradecimiento a la fundación, Reyli decidió hablar sobre su vida y ella lo tomó como un cambio de página.
Todo estaba marchando bien, más de lo que yo me imaginaba, pero aún tenía en mi corazón esa preocupación por Nicolás y Amy. Joseph me propuso salir un viernes para relajarme y olvidar el leve estrés que estaba viviendo; no quise aceptar, debido a su comportamiento dudo que quiera una salida de amigos.
—Niña— dijo mi tío llamando mi atención.
— ¿Que sucede? — pregunté molesta, pero solo estaba bromeando con él.
—Espero mi invitación para el aniversario— dijo mi tío orgulloso —yo quiero ver tu esfuerzo en una fiesta con cerveza— agregó —es algo que no me perderé—
—Tranquilo tío tendrá su invitación, pero déjeme trabajar— dije acomodando el teléfono de la oficina, siempre le gusta llamarme a este número para verificar si estoy trabajando o al menos estoy en mi oficina.
—Espero que en verdad estés trabajando, adiós— y así colgó la llamada.
A pesar de su brusquedad y esa manera tan tosca de tratarme, lo amo. Gracias a él soy lo que hoy en día soy, con sus filosofías cómicas y consejos llenos de alcohol me ha impulsado a lo largo de mi vida. Él es la persona que considero mi segundo padre. Seguí escribiendo en mi computadora los últimos toques para el aniversario, necesitaba enviarlo hoy mismo así todo estaría en perfecto estado para el verdadero día.
Un sonido apenas audible llamo mi atención, era mi teléfono debajo de todo mi papeleo. Con algo de dificultad lo saqué de esa pila de papeles y sólo contesté la llamada.
—Hola— dije colocando el teléfono entré la oreja y mi hombro.
— ¿Tienes tiempo? — pregunto Nicolás.
¿Quién se cree que es? No me llama, no me escribe y de un momento a otro me llama, ni si quiera contesto mi saludo. No puede llegar a si a mi vida alborotando todo mi confort.
— ¿Para qué? — pregunté de manera brusca, estaba molesta.
—Necesito hablar con alguien— dijo rendido.
Ahí entendí que los hombres también tienen problemas, dejé a un lado todo orgullo (aunque MI ORGULLO estuviera herido) y decidí ser buena persona con él, él lo necesita.
—En media hora termino— afirmé.
Decidí ser buena persona y ayudarlo en lo que el necesité, pero ese pequeño diablillo que se posa en mi hombro izquierdo me susurro que lo dejará esperando un tiempo.
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Pasados Pendientes TERMINADA (PP #1)
Ficción GeneralPRIMER LIBRO DE LA COLECCIÓN "PRESENTE PERFECTO". Prólogo: Es reconocido que el tiempo es una vaga ilusión, muchos subestiman el primer amor, un pequeño recuerdo entre dos personas, en este caso cada una de esas percepciones guardadas son momentos q...