III

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Después del funeral de su madre, Taemin no volvió a ser el mismo. Regresó a su casa, tomó el poco dinero que su madre tenía ahorrado y también sus ahorros, en una mochila guardó ropa y cosas y que podía necesitar. Pensaba irse de ese lugar que tanto sufrimiento y dolor le había traído.

No tenía idea de a donde ir, pero para él, cualquier lugar sería mejor que quedarse donde su madre había muerto. Salió de la casa, sin mirar atrás y comenzó a caminar por las calles, solo vagando y con un enorme vacío en su pecho.

La primera noche fue muy difícil para él, se quedó en un sucio y maloliente callejón, solo cobijándose con lo poco de ropa que traía. Los recuerdos de lo sucedido volvieron a invadir su mente, y nuevamente lloró hasta quedarse dormido.

Al día siguiente despertó con un terrible dolor en su espalda y cuello, por la incomodidad de haber dormido en el frío y duro suelo. Se levantó, tomó su mochila y emprendió camino, esta vez con rumbo a una cafetería, a buscar algo para desayunar.

Caminó hasta que encontró una, al llegar a la puerta del local se fijó que en esta había un cartel que decía "se solicita mesero". Taemin no lo pensó dos veces, tomó el pedazo de papel y se encaminó directamente al cajero.

—Buenos días ¿En qué puedo servirle?—Preguntó muy amablemente un chico de tez morena y con una enorme sonrisa.

—Vengo por lo del empleo.—Dijo Taemin, al tiempo que le enseñaba el papel que había quitado de la puerta.

—¡Oh! Ya veo.—Dijo el chico, aún sonriendo.—¿Tienes alguna experiencia como mesero?—Preguntó.

—No, en realidad no.—Contestó Taemin muy sincero, y con una expresión sin vida en su rostro.—Pero puedo aprender rápido.

El chico moreno lo pensó por unos instantes.—Mmmm, está bien. El empleo es tuyo, me agradas. Por cierto, me llamo Hakyeon. —Dijo el chico ampliando más su sonrisa.

—Soy Taemin.—Respondió.—Y muchas gracias por la oportunidad.—Se inclinó haciendo una reverencia a Hakyeon.—¿Cuándo empiezo?—Preguntó, manteniendo su expresión seria.

—Si quieres, puedes comenzar ahora mismo, en realidad necesito la ayuda.—Dijo Hakyeon rascando su cabeza y sonriendo un poco avergonzado.—Puedes dejar tus cosas allá atrás, también encontrarás un delantal ahí, úsalo.—Señaló el lugar.

Taemin se dirigió donde el moreno le indicó, dejó sus cosas y tomó el delantal, se lo puso y comenzó su primer día de trabajo. Tal y como se lo dijo a Hakyeon, Taemin aprendió todo lo que había que hacer muy rápido. Solo eran ellos dos trabajando en la pequeña cafetería que pertenecía a Hakyeon, la cual era muy frecuentada por las personas, lo que hacía que siempre estuviera ocupado.

El trabajo le ayudaba mucho a distraerse y a no recordar nada de lo que había sucedido en el pasado. Atendía siempre con una sonrisa a sus clientes, aunque la sonrisa nunca era auténtica, no llegaba hasta sus ojos. Hakyeon había notado el aura sombría y muy seria que rondaba al menor, pero jamás se atrevió a preguntarle nada, ya que el chico era muy reservado.

Los primeros días Taemin se quedaba a dormir en el mismo callejón, porque de ninguna manera pensaba en volver a su antigua casa. Luego de recibir su primera paga y junto con el dinero de las propinas que le daban los clientes, pudo rentar un cuarto en un hotel barato. Ese cuarto se convirtió en la "nueva casa" del joven.

Y así transcurrieron los meses, hasta pasar casi un año. Taemin seguía en la cafetería, trabajando con Hakyeon, quien, de alguna forma había logrado acercarse un poco a Taemin. Este le contó acerca de su vida, omitiendo la existencia de Hyun Soo y la manera en como su madre había muerto.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora