La semana había transcurrido con aparente calma y normalidad para Minho. En la constructora todo fluía a la perfección y los diversos proyectos que tenía iban viento en popa. Quería poder decir lo mismo con su otro "trabajo", aunque sus negocios iban bien, lo que no iba del todo bien era el tratar de localizar a Ji Yong.
El miércoles había tenido una pista de él, Chanyeol había logrado rastrear su ubicación, pero así como llegó esa pista, desapareció, dejándolos otra vez sin idea de donde podría estar el japonés. Está demás decir que esto frustraba al pelinegro, además de que lo ponía de un humor de los mil infiernos, además que agregaba la preocupación de saber que en pocos días pondría en marcha el plan para sacar a su pelirrubio del Ace.
Minho estaba confiado que todo saldría bien.
El jueves se levantó e hizo su rutina con normalidad, la diferencia era que desde que abrió los ojos por la mañana un raro presentimiento se instaló en el centro de su pecho. Inmediatamente quiso llamar a Taemin para comprobar que estuviera bien, pero descartó ese pensamiento ya que no quería molestar si se encontraba trabajando. Se fue hacia la constructora y comenzó su jornada junto a Onew quien rápidamente notó que algo le pasaba al moreno.
—Estás demasiado distraído el día de hoy Minho. ¿Pasa algo? —Onew estaba un poco preocupado, ya que el moreno casi ni había prestado atención a la junta tan importante que habían tenido esa tarde.
Minho suspiró frustrado y se pasó una mano por el cabello, desordenándoselo. —No pasa nada. —Respondió sin convicción en eso que decía.
—No parece. Ni siquiera prestaste atención en la junta, idiota. Tienes suerte que yo sí escuché. —Onew trató de aligerar el ambiente, lo que pareció funcionar un poco.
—Estoy preocupado por Taemin. —Respondió el pelinegro después de unos momentos de silencio e inconscientemente llevó su mano al pecho, justo donde aquel presentimiento persistía.
—¿Le pasó algo? —Onew sabía que si algo le pasaba a aquel muchacho Minho se volvería loco.
—En realidad no lo sé. Es solo que desde esta mañana he sentido como que si algo fuera a pasarle. —Su voz estaba teñida de miedo, él no quería ni tan siquiera imaginarse que algo pudiera pasarle a su chico.
—¿Haz intentado llamarle? —Onew le preguntó, como si al moreno no se le hubiera ocurrido eso antes.
—Lo pensé esta mañana, pero no quiero interrumpir en su trabajo, además puede que solo sean cosas mías. Mañana estará conmigo y todo seguirá normal.
—Si tú lo dices. —Fue lo último que Onew le dijo y continuaron con su rutina en la constructora.
La noche había caído sobre la ciudad y a Minho en ningún momento ese amargo presentimiento lo había abandonado, con el pasar de las horas sólo se había intensificado. Era bien entrada la noche y él aún permanecía en su oficina, todos los demás ya se habían marchado, dejándolo completamente solo en el edificio.
Miró su reloj de pulsera que daba las 23:30, casi media noche y él ni tan siquiera lo había notado. Decidió irse a su casa, necesitaba descansar después del día tan agotador que había tenido. Salió de su oficina con dirección al estacionamiento, subió a su auto y se puso en marcha a su casa. Iba manejando con tranquilidad, hasta que ese maldito presentimiento, ahora acompañado de un leve escalofrío, lo golpeó nuevamente. Sin pensarlo dos veces cogió su móvil y marcó el número de Taemin.
Con cada timbre del celular, sus nervios iban en aumento, temeroso de lo que sabía, inconscientemente, que iba a suceder. Un par de segundos pasaron y Taemin descolgó su teléfono. La respiración se le quedó atascada en la garganta al escuchar el estado del pelirrubio y las palabras que le dijo solo hicieron que su sangre se congelara en sus venas.

ESTÁS LEYENDO
A Little Bit of Love... {2Min}
Fiksi PenggemarLee Taemin trabajaba en una agencia de hombres y mujeres de compañía, que eran contratados para dar diversos servicios a los más ricos y poderosos del país. Choi Minho era el empresario más exitoso de todo Corea, el hombre más codiciado por todos y...