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Un mes exacto había transcurrido desde que Minho había acabado con la vida de Lee Soo Man, desde que había tenido un indicio del paradero de Kwon Jiyong, un mes desde que Siwon le informó del estado delicado de su amado pelirrubio.

Muchas cosas habían sucedido en ese mes, unas mejores que otras. Cuando regresaron los hombres de la casa donde habían dejado el cuerpo sin vida de Soo Man, encontraron a 3 chicos con caras de pocos amigos y muchas preguntas que Jonghyun había tratado de responder, pero habían cosas que ni tan siquiera él sabía. Los hombres habían explicado todo a los chicos y estos entendieron lo complicado y peligroso de la situación de estar involucrados con gente de la mafia.

Tanto Heechul como Baekhyun se habían mudado a vivir con Chanyeol y Siwon, al igual que Key con Jonghyun, a los cuales Minho les había implementado medidas de seguridad mucho más extremas para mantenerlos a salvo. Los chicos no podían andar por ahí solos, tenían que ser acompañados por alguien en todo momento, a lo cual ellos se habían negado, pero al final no les había quedado de otra más que aceptar las órdenes de los mafiosos.

Chanyeol había estado tratando por todos los medios dar con el paradero de Jiyong, cosa que no estaba siendo nada fácil. Más de una vez había tenido indicios de su ubicación, pero así como llegaban esas pistas se desvanecían, dejando al hombre en el punto de inicio otra vez. Estaba más que frustrado y cabreado, el puto de Kwon se le escapaba como agua entre sus dedos, pero Chanyeol no se daría por vencido, eso jamás.

Había tenido más suerte ubicando a Hyun Soo, eso había sido algo fácil. El hombre era bastante predecible y ya había estudiado y aprendido los métodos de vigilancia que empleaba con ellos, usándolos a su favor y despistando al tipo cada vez que uno de ellos necesitara escabullirse sin ser detectado por él. La mayoría de las veces todos fingían que no sabían acerca de que él los vigilaba y dejaban que los siguiera, más sin embargo todos ellos sabían siempre donde estaba el tipo escondido. Jugar al gato y al ratón con Hyun Soo se había vuelto una costumbre para todos.

El estado de Taemin había mejorado notablemente desde que lo indujeron al coma, sus fracturas estaban sanadas al igual que las heridas y golpes. Solo cicatrices casi invisibles le habían quedado de esa traumatizante noche. Shindong ya lo había sacado del coma, pero el pelirrubio seguía dormido, aunque ya era solo cuestión de tiempo para que despertara.

Todo el tiempo que había estado en coma sus amigos del Ace lo habían visitado todos los días, cuidándolo en ausencia de Minho, quien solo abandonaba al pelirrubio cuando era estrictamente necesario. Onew se encargaba de la constructora CM y los demás atendían los negocios de la mafia, llamándolo solo cuando era algo sumamente importante.

Minho estaba ansioso porque su pequeño ángel despertara, deseaba volver a ver sus hermosos ojos, escuchar su voz, ver sus encantadoras sonrisas, besarlo, abrazarlo y hacerle el amor. El pelinegro estaba tan perdido por ese chico rubio, pero él no lo lamentaba ni se arrepentía. Estaba agradecido porque él ya se encontraba bien y sobretodo a salvo. No veía la hora en que despertara de su letargo.

Una noche llegó como de costumbre a dormir junto a la cama del menor, se sentó en la silla que había al lado y tomó la mano frágil entre la suya, comenzando a trazar figuras en ésta mientras le relataba su día. Pasó un rato hablándole al pelirrubio, quien permanecía con sus ojos cerrados. Minho levantó su mano y corrió el flequillo de su cara, el cual ya necesitaba un corte puesto que le había crecido un poco en ese mes. Apretó un poco su pequeña mano y luego depositó un beso sobre sus labios acorazonados. Minho se acomodó en la silla y se quedó dormido sosteniendo la mano del pelirrubio.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora