XXVI

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Flashback.

Taemin estaba en la mansión, se había quedado como Minho lo había ordenado y él a regañadientes había aceptado quedarse. Al principio se molestó muchísimo ya que el pelinegro le había dicho que iría con él, pero a último minuto decidió lo contrario. Aunque después de pensarlo un poco sabía que Minho tenía razón y que lo mejor era que él se quedara a salvo dentro de la mansión.

Lo último que deseaba era ser una distracción para el mayor y que por eso saliera herido. No se perdonaría que por cuidarlo a él algo le pasara, así que definitivamente era mejor permanecer ahí con los demás.

Luego que Minho y los demás se habían ido, él decidió subir a su habitación y encerrarse ahí solo. Se sentía demasiado tenso y nervioso, planeaba dormir aunque fuese un poco para pasar el tiempo que se le estaba haciendo interminable. Ingresó a la habitación y fue a tomar una ducha caliente, necesitaba intentar relajarse y dejar de pensar en todas las horribles cosas que podrían pasarle a Minho si algo salía mal. Un terrible dolor se instaló en su corazón de solo pensar que Minho muriera. Definitivamente necesitaba despejar su mente de esos pensamientos.

Tomó un relajante baño que lo ayudó un poco con sus nervios. Salió de la ducha y se cambió la ropa por una más cómoda y luego se metió a la cama. En verdad se sentía agotado mentalmente, lo que ayudó para que Morfeo lo reclamara rápidamente.

Taemin no sabía cuanto tiempo había pasado desde que cayó dormido cuando unos golpes y gritos lo despertaron. Se puso en alerta y salió de la cama, colocándose un par de zapatos antes de salir a ver qué sucedía en la planta baja. Salió a toda prisa de la habitación, bajó las escaleras y se encontró una escena desastroza cuando llegó abajo. Los demás chicos estaban amarrados de pies y manos y amontonados en una esquina. Se notaban asustados y lloraban. Rápidamente se acercó a ellos. Quitó la mordaza que tenía Key en la boca para que pudiera hablar.

—¿Qué sucedió, Key?

—Unos hombres entraron y lanzaron una especie de bomba de gas que nos aturdió a todos. Luego nos arrastraron hasta acá y nos amarraron. —La voz de Key estaba temblorosa por el miedo de lo que estaba pasando.

—¿Dónde están los hombres que custodiaban la casa? —Era extraño que no viera a ninguno.

—De alguna forma los desarmaron a todos y los dejaron inconscientes, se los llevaron amarrados hacia otra habitación. —Las lágrimas no paraban de salir de los ojos del pelirrojo.

Taemin se tensó. Esos hombres aún estaban en la mansión y ellos estaban prácticamente a su merced, ya que los guardias de Minho habían sido sacados del juego. Estaban en peligro y lo sabían. Taemin comenzó a querer desamarrar a Key para que luego hicieran lo mismo con los demás, pero no logró hacer su cometido, ya que sintió que alguien lo agarraba fuertemente de su cabello.

—¡Suéltalo! —Gritaba Key desesperado por querer soltarse y ayudar a su pelirrubio amigo.

Taemin estaba evitando gritar por el dolor que sentía al ser jalado de sus cabellos. Estaba de espaldas de quien lo tenía agarrado cuando una voz terriblemente conocida llegó a sus oídos, una voz que le congeló la sangre al instante, pues sabía que el dueño de aquella voz solo significaba peligro para él. El hombre que lo tenía fuertemente agarrado no era otro más que su padrastro Hyun Soo.

—Hasta que nos volvemos a ver, Taemin. —Le habló al tiempo que lo volteaba para que quedara de frente a él. Lo soltó de su cabello, pero en su lugar lo agarró del cuello, afianzándolo lo suficiente para que no pudiera escaparse de su agarre.

Taemin sintió verdadero terror al ver la maldad y el odio en aquellos ojos, a la vez que los recuerdos de la muerte de su madre a manos de ese hijo de puta lo golpeaban con fuerza, haciendo que sus ojos se llenaran de amargas lágrimas que se deslizaban por sus mejillas, sin poderlas contener o detener.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora