XIII

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El día siguiente de su estadía en China llegó, lo que significaba que los rusos llegarían en cualquier momento a la mansión de Jackson para llevarse su valiosa mercancía. Los nervios de los hombres ya se habían esfumado, gracias al éxito que tuvieron en recuperar las drogas y armas.

Dichos hombres llegaron muy temprano por la mañana, estaban ansiosos por saber si Choi y Wang habían podido recuperar la mercancía o si por el contrario debían masacrarlos a ellos y a sus hombres. Por suerte todo fluyó bastante bien, los rusos estaban más que satisfechos de saber que nada se había estropeado o perdido. Hicieron las transacciones respectivas y salieron de la mansión del chino. Minho y Jackson estaban igual de satisfechos, en primer lugar porque no habían muerto y en segundo lugar porque acababan de llenarse de millones los bolsillos.

—Bueno, todo salió perfecto y no perdimos la sociedad con los rusos. —La enorme sonrisa de satisfacción que Jackson tenía, parecía que no iba a irse a ningún lado por el momento.

Minho también se sentía feliz de no haber perdido con los rusos, pero su felicidad no podía estar completa, ya que la nota dejada por Ji Yong aún lo tenía al borde de la preocupación. Mentiría si dijera que no está más preocupado por Taemin que por él. El moreno presiente que el japonés querrá dañar a Taemin para llegar a él y esos pensamientos no están del todo errados.

—Tengo que regresar a Corea hoy mismo, Jackson. —Anunció el pelinegro.

—¿Qué? ¿Por qué la prisa Minho? —Jackson sospechaba cuál era el motivo de la decisión de Minho de regresar a Corea, pero no creía conveniente que el moreno lo hiciera.

—Tú sabes muy bien el por qué, Jackson. Necesito ponerme a investigar cuanto antes que jodidos se trae entre manos Ji Yong, pero sobre todo, necesito poner a Taemin a salvo. No puedo permitir que ese bastardo llegue a él. —Rabia irradiaba de cada palabra pronunciada por el moreno. Él no se perdonaría nunca si algo le llegase a pasar a su pequeño pelirrubio.

Jackson sonrió malicioso, sabiendo que el mafioso coreano estaba más que enamorado de ese niño pelirrubio que había venido con él. El chino lo comprendía a la perfección porque él estaba igual o más enamorado de Mark, y el solo pensamiento de que algo le pasara le daba escalofríos.

—Está bien. No trataré de que cambies de parecer. Recuerda que tienes mi total y completo apoyo y también mi ayuda. Pondré a Jaebum a investigar los pasos de Ji Yong, cualquier cosa inusual te la haré saber de inmediato. 

—Te lo agradezco. Iré a buscar a los chicos para que partamos cuanto antes.

—Prepararé el jet para que salgan cuando estén listos. Fue un placer verte de nuevo, amigo. Espero la próxima vez que nos juntemos no sea para otra misión suicida. —Rió el chino y estrechó la mano de Minho despidiéndose de él y saliendo a preparar el jet que los llevaría de vuelta a Corea.

Minho fue en busca de los chicos y les informó que regresarían ese día, todos estuvieron de acuerdo y se encaminaron a arreglar las pocas cosas que habían traído con ellos. Luego el moreno se encaminó a la habitación donde había dejado a Taemin. Una vez ingresó, notó que el chico estaba secando su cabello, probablemente acababa de tomar un baño. El mayor no resistió el impulso y lo abrazó por la espalda, haciendo que el pelirrubio se sobresaltara, ya que no había sentido la presencia del mayor en la habitación.

Minho inhaló la esencia que se desprendía del menor. —Hueles exquisito. —Taemin se sonrojó por lo dicho y Minho lo volteó justo en ese instante para que quedaran frente a frente.

—¿Cómo fue la reunión? —Preguntó un sonrojado Taemin. Minho creía que no había nada más hermoso que su pelirrubio sonrojado.

—Todo salió bien, pero tenemos que regresar a Corea hoy mismo. —El alto no quitaba las manos de la cintura del menor. —Así que empaca tus compras y salgamos de aquí.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora