XXII

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El resto de la noche se la pasaron abrazados, dándose caricias mutuamente hasta que Taemin cayó dormido sobre el pecho de Minho, quien no pudo dormir pensando en las miles de cosas que tendría que hacer para vengarse de Kwon, pero más que todo pensando en lo que pasaría si fallaba en cumplirle la promesa a Taemin. Él ciertamente no quería dejarlo solo, pero eran muy grandes las posibilidades de que al enfrentarse a Jiyong algo pudiera pasarle.

Con esos pensamientos rondando en su cabeza se quedó dormido.

El amanecer se coló a través de las ventanas de la habitación, pero ninguno de ellos hizo intento por despertar o moverse de sus posiciones. El tiempo siguió avanzando y ellos continuaban en el mundo de los sueños, pero sin soltarse de su abrazo. Los fuertes rayos del sol se colaron por las ventanas en las que las cortinas no fueron corridas, calentándolos y haciéndolos despertar a regañadientes.

—Buenos días, precioso. —La voz de Minho sonaba más ronca al despertarse, lo que a Taemin le pareció sexy.

—Buen día. —Respondió con una sonrisa y levantando su cara del pecho del otro.

Minho se acercó a él y le dio un beso, sin importarle el aliento mañanero. Taemin correspondió al beso ávidamente. —¿Qué tal dormiste? ¿Estás mejor? —Preguntó el mayor al terminar el beso.

A decir verdad, Taemin había tenido horribles pesadillas toda la noche, pesadillas en las cuales Minho siempre terminaba muerto en sus brazos. De solo recordarlas, escalofríos lo recorrían. —Tuve pesadillas en las cuales morías. —Le confesó con tristeza.

Minho no pudo hacer más que abrazarlo y tratar de confortarlo. —Solo fueron pesadillas, Tae. Eso no pasará.

Se quedaron por un par de minutos así, abrazados, hasta que Taemin se sintió mejor y se separó de Minho. Se dieron un corto beso y se levantaron de la cama para comenzar su día.

Minho salió hacia la constructora, dejando a Taemin bajo el cuidado de Ravi. Taemin y Ravi se habían vuelto un poco cercanos debido al tiempo que pasaban juntos, y éste le había estado enseñando a Taemin movimientos de defensa personal y también a utilizar un arma, pero claro, sin que Minho se diera cuenta.

El mayor regresó cerca de las 6:00 pm a casa, donde Taemin lo esperaba para que cenaran juntos. Al pelirrubio se le daba muy bien la cocina y ya se había acostumbrado a cocinar para Minho, quien era muy feliz comiendo lo preparado por su pequeño. Cenaron entre conversaciones de cómo había sido el día de cada uno, risas y uno que otro beso.

—En un momento vendrán los demás y quiero que estés presente en esta reunión. —Informó el pelinegro luego que terminaron de comer.

—¿Por qué? —Cuestionó el menor.

—Quiero que estés al tanto de todo lo que haremos a partir de hoy.

Taemin solo asintió al tiempo que el timbre sonaba. Minho se levantó de su silla y tomó la mano del chico para salir del comedor e ir a abrir la puerta.

Uno por uno fueron llegando todos, incluso los amigos de Taemin. No había sido fácil despistar a Hyun Soo para que pudiesen llegar sin ser detectados por él.

—Vayamos a mi despacho. Todos. —Minho ordenó, caminando de la mano con Taemin.

Llegaron al enorme despacho y cada uno tomó asiento para comenzar la reunión. —Muy bien. Primero quiero saber cómo hiciste para encontrar a Kwon. —Minho se dirigió a Chanyeol.

—Como todos saben, no fue nada fácil dar con él. Había intentado de muchas maneras, hasta que se me ocurrió una idea un tanto arriesgada. Intervine el teléfono de Hyun Soo. Yo sabía que tenía que llamar a Jiyong para darle algún reporte sobre nosotros. Estuve esperando varios días a que esto sucediera, hasta que ayer por la noche realizó la tan esperada llamada a su jefe, la cual intercepté y grabé. —Chanyeol presionó una tecla en su ordenador y la llamada fue reproducida para que todos la escucharan.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora