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Taemin estacionó su Aston Martin que había sido llevado hasta su casa ese mismo día. Salió de este y se encaminó a la entrada trasera del local. Vestía ropa demasiado ajustada y que no dejaba demasiado a la imaginación, su cabello muy bien arreglado y sus ojos perfectamente delineados. Su expresión era igual que siempre, fría y sin mostrar ni el más mínimo interés o emoción.

Iba pasando tranquilamente por la barra en la que estaba Jonghyun, cuando el peliplata lo vio y de inmediato lo detuvo para entregarle el mensaje del pelinegro.

—Taemin, espera. —Lo llamó al tiempo que sacaba la caja con el aparato dentro.

El pelirrubio detuvo sus pasos y volvió a la barra donde Jonghyun lo esperaba con algo entre sus manos.

—Hace rato vino Minho y te dejó esto. Dijo que una vez lo tuvieras en tu poder, le llamaras, su número ya está registrado. —Habló el más bajo.

—¿Minho? —Preguntó el menor con genuina curiosidad y tomando la caja entre sus manos. La abrió y sacó un bonito y lujoso celular en color negro. Lo encendió y buscó el contacto del pelinegro. Tal y como Jonghyun le había dicho su número ya estaba registrado en el aparato.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —Inquirió el menor. Jonghyun asintió, como presintiendo la clase de pregunta que le haría el pequeño. —¿Por qué Minho te lo dio a ti y no directamente a mí?

Jonghyun soltó un suspiro y se acercó más a Taemin, para que nadie más escuchara lo que estaba a punto de decirle. —Porque yo trabajo para él. —El menor abrió los ojos por la sorpresa. —Si quieres puedo explicártelo luego, en tu cuarto. Ahora el jefe necesita verte en su oficina y tienes que llamar a Minho. En una hora espérame ahí. —Finalizó el peliplata.

Taemin solo pudo asentir a lo que Jonghyun le propuso y aún con la sorpresa de esa nueva información caminó hasta la oficina del viejo. Guardó el celular que el pelinegro le había regalado en su pantalón y decidió que luego de hablar con Soo Man le llamaría a Minho. Llegó hasta la puerta blanca y tocó un par de veces, hasta que recibió la señal para ingresar a aquel espacio donde el de lentes ya lo esperaba.

—Taemin, qué gusto volver a verte después de un largo fin de semana. —Saludó aquel hombre con una enorme sonrisa dedicada a su mina de oro. —Siéntate. —Señaló la silla que estaba frente a su escritorio y Taemin hizo lo que le pidió aquel hombre.

No sabía por qué, pero el pelirrubio sentía que había algo extraño en su jefe, no era el mismo de siempre, pero a lo mejor solo estaba alucinando, así que lo dejó pasar. El viejo se sirvió una copa de ron y le ofreció otra al menor, quien solo la aceptó, pero no tomó ni un solo trago. Soo Man seguía sonriendo "amablemente" al chico, pero este no le devolvió el gesto.

—Cambia esa cara muchacho. —Le dijo divertido el de lentes. —Bueno, te mandé llamar para entregarte tu paga por este fin de semana. Me hiciste ganar mucho dinero, hijo. —El hombre extendió un fajo de billetes hacia el menor y este lo tomó. Sabía que era parte de lo que Minho había pagado por él y eso le dejó un sabor agridulce, ya que le recordó una vez más que él solo era un simple chico de compañía.

—También quiero informarte que Choi Minho te ha contratado para los siguientes fines de semana, desde el viernes por la mañana hasta el lunes por la mañana. No sé qué fue lo que le hiciste, pero imagino que lo dejaste más que satisfecho como para haberte contratado de nuevo. —Dijo divertido el hombre y Taemin no podía creer lo que este había dicho. Minho lo había recontratado y no solo para un fin de semana, si no que para todos los que venían.

El chico pudo disimular a la perfección la felicidad que sentía por ese hecho. Mantuvo su fría expresión todo el tiempo que estuvo en la oficina de su jefe, quien le informó de sus trabajos para esa semana, aunque para ser honesto no le había puesto ni un mínimo de atención después de saber que cada fin de semana lo pasaría junto a Minho. Soo Man le entregó una hoja con su itinerario y lo despidió de su oficina.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora