XVII

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En todo el camino de regreso a la mansión Choi, Taemin no había dado ni un tan solo indicio de despertar, lo cual, por supuesto, preocupaba mucho a Minho. El alto iba manejando lo más rápido posible, pero a la vez con precaución, ya que no quería empeorar el estado del menor. Una vez llegaron al enorme portón de entrada de la mansión, ambos autos avanzaron por el camino de entrada que llevaba hasta la puerta principal. Estacionaron y apagaron los vehículos, bajándose inmediatamente de estos para ayudar a trasladar al médico y a Taemin hasta la pequeña clínica.

Ravi salió disparado hacia la clínica para abrirla y facilitarles la entrada a los demás, quienes venían cargando cuidadosamente al inconsciente pelirrubio. Lo depositaron en la camilla que estaba en el centro de aquella clínica, siendo inmediatamente atendido por Shindong. —Salgan, todos. —Ordenó, a lo que todos hicieron caso. Minho observó por última vez a su pequeño dormido, para luego salir del lugar.

—Taemin está en buenas manos, Minho. Él saldrá de esta. —Siwon apretó el hombro de su jefe, tratando de darle la confianza que parecía hacerle mucha falta. Minho agradeció el gesto de parte de su leal amigo y socio.

—Shindong es bueno en lo que hace, debes estar tranquilo, Minho. —Onew también apretó el hombro de su amigo, haciéndole entender que ninguno de los ahí presentes lo dejaría solo.

—Gracias. A todos. —Los 4 hombres asintieron hacia las palabras de su jefe. —Ahora, vayan a mi estudio. Tenemos cosas que hablar. Llegaré en unos minutos. —Dicho esto, los hombres se retiraron al estudio en la mansión.

Minho ingresó nuevamente donde Shindong estaba tratando a Taemin. —Shindong. —El susodicho levantó la cabeza para ver al pelinegro. —Estaré en el estudio, cualquier cosa que pase, llámame. —El médico asintió, para regresar su completa atención al menor. 

El alto salió de la clínica con rumbo a su estudio. En el corto trayecto sacó su celular para realizar una corta llamada. —Jonghyun, tienes 15 minutos para llegar a mi casa. Te enviaré la dirección. —Minho ni tan siquiera le dio oportunidad de responder al peliplata cuando había finalizado la llamada. Le envió la dirección por mensaje y entró en su mansión, cruzando el enorme vestíbulo y llegando a unas puertas dobles que daban a su estudio.

—Jonghyun ya está en camino. —El alto les informó a los demás.

—¿Jonghyun? ¿Para qué necesitas a Jonghyun? —Preguntó Chanyeol.

—Si queremos acabar a Soo Man de una vez por todas, vamos a necesitar de la ayuda de alguien de dentro del Ace, y ese alguien es Jonghyun. —Eso sonó bastante lógico para los demás, quienes entendieron lo que su jefe quería hacer. Acabar a Soo Man desde dentro de su propia guarida.

Jonghyun trabajaba para Minho ahora, ya era parte de la mafia coreana y este era el momento justo para sacarle provecho a su puesto como bartender en el Ace.

Los hombres esperaron a que el peliplata llegara para así poder comenzar a idear un plan para sacar del juego a Soo Man. 

Jonghyun ingresó al estudio con cautela, pasando su vista por cada uno de los hombres que estaban ahí, reconociéndolos al instante como clientes del Ace y socios de Minho.

—Bonita reunión hay montada aquí. —Una pequeña sonrisa se formó en los rostros tensos de los presentes.

—Y créeme que se pondrá mejor. —Habló Onew. —Siéntate, ponte cómodo.

Jonghyun tomó asiento junto a Ravi y esperó a que cualquiera de ellos hablara y le dijera el motivo por el que lo habían llamado. Minho se levantó de su asiento, su expresión sombría le causaría escalofríos incluso al más valiente. Jonghyun supo que algo andaba muy mal.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora