II

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Después de ese día las cosas dieron un giro que Taemin realmente no esperaba. Hyun Soo había mantenido la promesa de no pegarle a su madre, pero a cambio, el que recibía las golpizas era él.

Taemin sentía una enorme mezcla de emociones en su interior. Sentía alegría y tranquilidad de que su madre ya no sufriera más golpes, de que sonriera mucho más que antes. Pero esto se veía opacado por todas las constantes mentiras que le decía a su madre, acerca de los golpes, rasguños o moratones que no podía cubrir con su ropa o con maquillaje, y que eran causados por Hyun Soo.

A veces, Taemin no sabía que hacer, se debatía constantemente entre decirle a su madre lo que estaba pasando o quedarse callado. Y él optaba por lo último, ya que con tal de ver a su mamá feliz, él aguantaría lo que fuera. Incluso aunque hubieran veces en las que Hyun Soo lo golpeara hasta la inconsciencia.

Hyun Soo, con cada día que pasaba, odiaba más a Taemin y siempre aprovechaba cuando su esposa salía de casa a hacer las compras, para desquitar todo su enojo e ira con el muchacho. Procuraba golpearlo en lugares donde nadie pudiera ver los moratones, aunque en más de una vez no pudo controlarse y le pegó en la cara.

Amenazaba a Taemin diciéndole que si abría la boca con cualquier persona, mataría a su madre, y esa era otra razón más que suficiente para no decirle nada a su mamá. Taemin se cubría de pies a cabeza con pantalones y camisas manga larga, hacía un calor infernal, pero no tenía otra opción.

Un día en que regresaba del instituto, su madre no se encontraba en casa y Hyun Soo tampoco, así que se quitó el suéter que traía puesto, dejando al descubierto los múltiples golpes que tenía en sus brazos, torso y espalda. Los moratones que tenía eran de todos colores, algunos más viejos que otros. Estaba en su habitación y se observó de pies a cabeza.

Las lágrimas se acumularon de golpe en sus ojos al ver ese desagradable reflejo que el espejo le devolvía. Su semblante era deplorable. Tenía enormes ojeras bajo sus ojos, tenía un golpe que ya casi desaparecía en su ojo izquierdo, que se veía como una mancha verde pálido. Cuando su madre se lo vio unos días atrás, Taemin le había mentido, bajo la atenta mirada de Hyun Soo, diciéndole que se había golpeado con una puerta en su instituto, y su madre le había creído.

Siguió observándose y se dio cuenta que había bajado de peso, ya que incluso el apetito se le había quitado. Su cabello lucía opaco, había perdido todo su brillo y lo tenía bastante descuidado. Apretó ambos puños a los lados, sintiendo de repente la ira recorrerle el cuerpo. Las lágrimas quemaban calientes en sus mejillas y su garganta se sentía áspera y seca.

Limpió bruscamente sus mejillas, tomó nuevamente su suéter y se lo puso, justo a tiempo, ya que su mamá acababa de llegar a casa. Escuchó que lo llamó y bajó las escaleras para encontrársela en la cocina, mientras sacaba las compras de las bolsas.

—Hola, mamá. —La saludó sonriente, como si el episodio que acababa de pasar en su habitación no hubiera ocurrido.

Su madre le devolvió la sonrisa mientras seguía guardando las cosas en su lugar. —Hijo, dentro de una semana es tu cumpleaños y tu graduación. Así que Hyun Soo y yo, estamos planeando darte un regalo. ¿Qué te gustaría que te diéramos? —Preguntó su madre, aún con una sonrisa en el rostro.

Taemin lo pensó por un momento. —En realidad no deseo nada mamá. Así que lo que quieran darme estará bien para mí. —Sonrió forzosamente, ya que lo que él deseaba, no se lo podían dar. Lo único que Taemin deseaba era salir de ese infierno que Hyun Soo le hacía pasar, pero claro que eso no se lo podía pedir a su madre.

Los días siguieron transcurriendo y el calvario de Taemin no paraba. Hyun Soo, por alguna razón, se había ensañado muchísimo más con Taemin, le pegaba mucho más que antes y Taemin sentía que no podía soportar más.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora