IX

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NOTA: Reproducir el vídeo en la parte de Corea.

Japón.

Jiyong se encontraba sentado en su enorme despacho, revisando muchos papeles y cuentas. Había tenido un enorme progreso desde que casi queda en quiebra hace muchos años atrás. Pero había renacido de las cenizas y estaba haciéndose más rico y poderoso con el pasar de los días.

No había sido nada fácil reorganizar la mafia japonesa, pero lo había logrado. A los 15 años tomó el liderazgo de esta, después que asesinaran a su padre y que la policía incautara la mayoría de sus bienes y fortuna. Por años luchó para levantarse, junto con los hombres leales a él, hasta que lo lograron. Pero Jiyong quería volverse fuerte por una única razón: vengarse de Choi Minho.

La mafia coreana y la japonesa han sido enemigos casi desde el inicio. Los Kwon odiaban a los Choi y viceversa. La mafia japonesa tenía la mayoría de poder sobre Asia, hasta que la mafia coreana, liderada por los Choi, surgió quitándoles casi todo el poder sobre Asia y expandiéndose hasta Europa y América Latina. Muchas ocasiones habían intentado hacer una alianza, pero nunca lograban hacerlo porque los Kwon no querían compartir el poder, querían tenerlo todo.

El padre de Jiyong había logrado boicotear un par de negocios a la mafia coreana, cosa que por supuesto no le gustó nada al papá de Minho, quién ya se estaba hartando del hombre. Así que planeó muy cuidadosamente su venganza. Fue él quien envió a la policía japonesa directamente a la guarida del jefe japonés y fue él quien, de un solo disparo lo envió al otro mundo.

Jiyong descubrió lo que el mafioso coreano había hecho con la ayuda de sus propios investigadores y no tardó en dar su primer golpe: asesinó a los padres de Minho. Nadie nunca descubrió que él mismo había sido el que jaló el gatillo, matando al matrimonio que le había jodido la vida. Y ahora estaba buscando la manera de terminar su venganza, porque para él no había sido suficiente solo asesinar a esos dos. Él quería joderle la vida a Minho, como se la habían jodido a él.

Quería que Minho sufriera, que sintiera el dolor y la impotencia que él había experimentado al perderlo todo. Quería hundirlo a él y a toda la mafia coreana, aunque fuera lo último que haga en su vida iba a destruírlo. Quería matarlo lenta y dolorosamente y no descansaría hasta lograrlo. Tenía que encontrar su punto débil y atacarlo cuando menos lo esperara.

Estaba tan metido en sus pensamientos, que no sintió cuando un hombre abrió la puerta, ingresando en su oficina, lanzándole un periódico en la mesa. Jiyong levantó la vista, no entendiendo lo que el otro hombre hacía. Enarcó una ceja, pidiendo una explicación.

—Mire la portada. —Indicó el hombre. Jiyong tomó el periódico y vio la primera página, llevándose una sorpresa al ver a quien tanto quería destruir, luciendo feliz y enamorado junto a un chico pelirrubio, que a sus ojos estaba hermoso.

—Señor, quiero pedirle un favor. —Habló el hombre, haciendo que su jefe lo mirara con genuina curiosidad.

—¿Qué quieres, Hyun Soo? —Preguntó el hombre a su subordinado.

—Quiero vengarme de este chico. —Señaló al pelirrubio de la fotografía. —Gracias a él estuve preso y viviendo en un infierno antes de poder escaparme y quiero hacerlo pagar. —Finalizó Hyun Soo.

Jiyong vio una oportunidad única en esa petición. Hyun Soo quería vengarse del chico rubio, y él de Choi Minho. Así que ambos matarían dos pájaros de un solo tiro, pero tendrían que planear muy bien lo que harían con ese par. El japonés sonrió diabólicamente viendo a Hyun Soo, quien esperaba una respuesta a su petición.

A Little Bit of Love... {2Min}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora