XII

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     Mi alma, mi añorada alma había cambiado, era lo que siempre soñé y anhelaba, luz, paz, armonía y sueños de tela blanca.

—¿Por qué aquella planta de la derecha y la que le sigue están creciendo?

—Porque aun sientes—respondió mamá—, por más impecable que este el alma habrá hechos y situaciones que le emanan dolor. La primera sigo siendo yo, y la de atrás, este inmenso amor que tienes tallado en el corazón—finalizó señalando el árbol.

—Pero... ¿eso quiere decir que volverá a mí?

Mamá sonrió un poco.

—No has entendido del todo—musitó mirándome de frente—, las personas creen que pueden forzar el amor, y que este no tiene fecha de vencimiento, debes aceptar que te duele, como también debes aceptar que ya no hay amor y por más que intentes el tallado de su árbol ya se borró. En el tuyo sigue porque le amas, pero esta cosecha algún día dejará de nacer—finalizó mamá dándome un fuerte abrazo. Besó mi frente, haciéndome cerrar los ojos y respirar una calma silenciosa.

     Al abrir mis ojos, mi madre no estaba,observé a todos lados, pero solo la brisa soplaba y el árbol sus hojas ondeaba.A mis pies cayó una manzana roja, la levanté y mordí de ella. Miré al trigo demamá y junto a ella una rosa roja florecía tan reluciente y espontánea. Sonreíun poco y abracé el árbol. 

     Mis ojos despertaron, y allí estaba sosteniendo elcuerpo de mi amado, quien respiraba en dificultad y con espasmos en el corazóne incluso en su lecho de muerte se mantenía hermoso, su piel suave, y susgrandes ojos, su cabello en mis dedos y mi corazón latente. Postrado en lacama, sentí la hebra de cabello cortarse, desde el inframundo su vida agotarse.Mi amado, ya había muerto. Su rígido y frío cuerpo, yacía en la cama, mientrasa sus manos mis lágrimas desbordaban. 

     Después de varios minutos, entre misbrazos levanté su cuerpo, al salir de la oscura habitación mi sorpresa yconfusión al ver el rostro de mi amado, pues no era más nadie que yo mismo.Entre mis brazos llevaba el amor que un día floreció entre él y yo, pero quéhabía fallecido en una noche en desilusión. Lo llevé a un terreno solitario,lleno de vida por la naturaleza, las aves y el sol radiante. Envolví mi amorentre sábanas blancas y cavé un profundo hueco en la arena negra. Mientras mi cuerpo aguardaba para sersepultado, lo tomé de nuevo en mis brazos y lo coloqué en el hueco. Un nudo seme hizo en la garganta, había sido un destino tan cruel mientras oía el cadáverde mi amado quien realmente era yo en símbolo del amor que había muerto. Reíaporque sabía que no le podía olvidar y que viviría siempre en mi mente    

25 DE NOVIEMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora