Cuando noviembre por fin acabó, realmente nunca estuve sonriendo, estaba sumido en un dolor tan grande como para entenderlo, pero la única cura que llegó fue el inagotable tiempo y los recónditos deseos del olvido y el placer de dormir entre sueños nuevos.
Si en algún momento mi alma de nuevo quería volar por los confines de aquel viejo amor, estaría preparado para verle de nuevo, allí, de pie en la vía riendo y con el alma libre, quizá ya habrá olvidado quien soy... pero si mi memoria logra visualizarlo, pido por favor que me tome en sus brazos; mi cuerpo tiene frío y mi alma se siente agobiada... pero que eso no desvíe lo maravilloso que me siento después de haberle soñado y de aquella tumba donde nuestro amor yace enterrado y que tal vez el sentimiento que nos emanó, esta vez solo sea el fantasma que nos alegre si el camino nos devuelve.
Y si nuestras almas nunca regresan del inframundo, al menos que nuestros recuerdos se hallen todas las veces posibles en los lugares donde juntos compartieron el deseo íntimo de amarse sin agobio alguno. Que la pasión que juntos evocamos las veces que sus manos recorrieron mi cuerpo queden inmortalizados en los recuerdos gratos y que sobreviven incluso cuando haya muerto. Si en algún momento te topas con mi amor, decidle que Noviembre es mi mejor recuerdo, y que en su tumba yace mi cuerpo junto a su amor esperando un vano regreso que aunque es incierto el verdadero amor desea una vez más que todo aquello que le emanó maldad se vaya para así en algún momento obtener lo bueno; lo bueno de mí, lo bueno de ti, lo bueno del amor.
Ve y decidle a mi amor que no le olvido ni siquiera olvidando todo lo que no recuerdo de nuestro amor.
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25 DE NOVIEMBRE
Novela JuvenilVeinticinco de noviembre: muchas veces pensamos que el amor nunca acabará, y que cuando lo haga, sabemos que dolerá. Hay almas que el destino juntó con un solo propósito, amarse hasta el final. El amor verdadero solo nace de dos personas que hacen l...
