Decimocuarto Día: "Rechazo"

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Salí de casa después del desayuno, con los dientes perfectamente lavados y balanceados. Esta vez no me dirigía al gimnasio y no creía poder volver, en cambio, me coloque un vestido corto color gris oscuro, esta vez los combine con mis converse blancos y el cabello suelto.
Cruce la calle sin prisa alguna, una vez en la acera frente a la puerta de entrada de la casa de enfrente, toque. Como esperaba y anhelaba, Eddie me abrió.
-Hola-me saluda con una hermosa sonrisa. Me incline y le di un beso en la mejilla.
-Hola, ¿quieres dar un paseo?
-Claro, con gusto-sonreí y me hice a un lado para que pasara con su silla.
Paseamos por algunas tiendas de ropa y de comida. En varias ocasiones lo ayude con su silla.
Eddie era muy divertido. Me contaba anécdotas graciosas de su niñez en el pueblo y yo le respondía con alguna mía que lograba recordar y que eran algo parecidas a las suyas.
En un rato, pasamos a la florería de mi madre y la saludamos, nos contó que Marth estaba enferma y que esta noche iríamos a visitarle y a llevarle algo de comida. Yo no planeaba dejar a Eddie tan temprano en casa, me gustaba pasar el día con él. A pesar de que no tuviera los dieciocho cumplidos aun, era muy maduro y eso era atractivo, tampoco sabía si su madurez era por estar en su silla. Esa duda me la dejare para mí misma.
Cuando nos despedimos de mi madre. Casi nos chocamos de frente con una chica morenita, delgada, de facciones delgadas y ojos verdes. Miró un momento a Eddie y le sonrió como si lo conociera, él le devolvió la sonrisa pero no se dijeron nada. Eddie y yo seguimos nuestro camino.
-¿Conoces a la chica?-le pregunto cuando nos paramos frente al andadero, una zona verde libre de personas y lleno de áreas verdes que cuidaba todo el pueblo.
-Se llama Melanie, va en mi clase.
-Parece que le gustas, se sonrojo un poco cuando te miro.
-No, su novio es el capitán del equipo-dice con seguridad.
-¿Ella te gusta?-sonrió ante mi mirada. No podía evitar hacer tantas preguntas sin sonar interesada, celosa o intrigada. Lo hacía porque quiero que sea mi pareja en la boda de mi hermano, y tal vez, por algo más.
-No-dijo seguro y presentí que mentía. Tal vez le atraía la chica o antes le gustaba, obviamente no iba a decírmelo de verdad.
-Bueno, Eddie, ¿Te gustaría ser mi pareja en la boda de mi hermano y Clarie este sábado?-cuando creí que iba corresponder mi gran sonrisa me decepcione, en lugar de eso bajo la mirada algo triste.
-No puedo bailar, Magy-dice después de un momento.
El corazón se me partió. Me hinque para estar de su altura y puse mis manos sobre las suyas.
-Claro que puedes hacerlo, me sentaré en tus piernas y podrás hacer maniobras con la silla.
-Eres hermosa, Magy, en todos los aspectos. Y sé que no te importa que te vean conmigo, y no he dejado de pensar a donde nos llevara esto, no soy chico para ti, y no hablo de la diferencia de edades, ni de la estúpida silla, eso me importa un comino. Eres una chica increíble y me da miedo porque me siento irremediablemente atraído por ti, pero admitámoslo, no vamos a ningún lado.
No esperaba que sus palabras me dolieran, pero fueron hirientemente honestas, no por mi, por lo que el sentía, él se siente así.
-Yo veo mucho en ti, Eddie y si nosotros nos lo proponemos podemos llegar hasta el fin del mundo.
-Al acabar el verano te iras y yo me quedaré aquí, en esta silla-sonaba como algo que diría Harry.
Quería llorar. Me sentía rechazada, desilusionada. Cierto que llevaba pocos días aquí, e imaginarme no ver esos hermosos ojos nunca más, me destrozaba el alma.
-¿Sabes algo? La primera vez que te vi, nunca creí que iba a ver los ojos más bonitos del mundo en este pueblo. Unos ojos que iban a ser capaces de enamorarme conociéndolos por lo que eres por dentro. Eres un gran chico, increíblemente en estos pocos días te he tomado demasiado aprecio y siento tanto que te sientas de esa manera hacia m{i, yo solo quería hacerte sentir bien no por compromiso, sino porque lo quiero, me encanta pasar tiempo contigo pero si eso no es bueno para ti, lo entenderé, sin embargo no me alejaré, no alejarás a nadie que te quiera como yo puedo llegar a quererte-le acaricie la mejilla y le di un beso corto en los labios.
-Gracias, Magy-me incorpore. Sonreí algo dolida.
-¿Quieres volver a casa?
-Debo, no avise y Harry se pondrá histérico-no sonreí ante su chiste.
Eddie era la clase de chico, por la que arriesgaría todo y al que sería capaz de ayudar con su discapacidad, que para mí no era ningún problema, pero tampoco lo definía.
Volvimos a casa y yo lleve la silla en todo momento para que no me mirara a la cara.
No hablamos mucho de regreso pero al llegar, no encontramos con Harry en la entrada, al mirarnos, se acercó a la silla y antes de que se la llevara junto con él, le acaricie la cabeza a Eddie. Me gustaba su cabello.
Me sonrió y se despidió con la mano.
Marchándome de la entrada hacia mi casa Harry dijo;
-Te dije que no era una buena idea-lo miré sin cambiar mi expresión y la suya se suavizo un poco. Desaparecí sin decirle nada.
Entre en mi casa y subí a mi habitación rápidamente antes de encontrarme con mis padres, seguro estaban con Jace. Me tire sobre la cama mirando hacia la nada. Nunca imagine sentirme así, ni mucho menos imagine que Eddie iba a rechazarme, dijo que se sentía atraído por mi, eso me emocionaba un poquito, pero me entristecía ver que no era suficiente.
Mi celular sonó unos minutos más tarde. Conteste sin mirar quien era, una mala costumbre por los números desconocidos de agencias que solían llamarme en la ciudad.
-¿Hola?
-¿Sabes ahora lo que es ser rechazado?-dice una voz irónica.
Entre en pánico. El corazón se me acelero. Voltee a todos lados. Colgué el teléfono, ¿estaba espiandome? ¿Cómo podía no darme cuenta?

Por amarte así《Harry Styles》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora