Decimo octavo día: "Eres la chica"

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Salí del gimnasio duchada y con ropa seca, para evitar encuentros con algún muchacho y yo toda hiperventilada. Si, se que había dicho que no volvería a este gimnasio en particular, pero me encantaba ver como Amanda se quedaba boquiabierta al ver mi figura.
En el taller el auto de Harry había desaparecido diez minutos antes de que yo saliera, así que camine sin prisa hacia casa, con mi bolso colgado a mi hombro.

—¡Hey!—grito alguien por detrás de mí. No gire y seguí mi camino—Chica, espera—me detiene poniéndose frente a mí un chico de tez blanca, cabello castaño ondulado y de mi misma estatura. Al verle bien el rostro recuerdo al cantante de la banda que se presentó anoche en la boda de Clarie y de mi hermano.

—Creo que me confundes de persona.
—No, anoche estuviste en la boda donde me presente con mi banda, quería hablar contigo pero desapareciste—asentí recordándolo—Soy Bradley Simpson—me extendió su mano.
—Soy Olivia—acepte su mano.
—Rayos. Sabía que ya te había visto, fuiste Miss universo hace dos años ¿Cierto?
—Así es—acepte sonriendo.
—Sabía que tanta belleza no podía estar escondida aquí. ¿Quieres tomar algo conmigo?
—Gracias, pero ahorita voy algo apurada.
—No hay problema. Esta tarde mi banda y yo nos presentaremos en la plaza del pueblo, me gustaría que fueras.
—¿Cómo se llama tu banda?
—The vamps.
—Hare lo posible, Brad, gracias.
—Ha sido un placer conocerte, Olivia—me toma la mano de nuevo,  deposita un suave beso en ella y desaparece a toda prisa.

Llegue a casa en un santiamén, frente a la mía, Eddie se encontraba en la acera mirando a mi dirección, decidí acercarme a saludarlo.

—Hola—articule si subirme en la acera.
—Hola, Magy—contesto sin ánimos. Iba a preguntarle directamente que la pasaba porque su actitud me preocupo, cuando de pronto, oímos un cristal romperte y nos gritos aproximándose.

—¡Te lo dije, Harry, te dije que todo iba a ser igual que antes, que eres el mismo idiota que no le importan nada más que ella!—gritaba Winn y en un segundo salió de la casa. Estaba roja de furia, al mirarme, el color le aumento.

—Winn, tranquilízate—le imploro Harry poniéndose frente a ella.
—Ya te lo dije Harry, se acabó—lo hizo a un lado y desapareció por un costado de la casa hacia la suya.
Harry me observo, y creí que en cualquier segundo iría tras ella, como solía hacerlo, pero no lo hizo, en cambio, entro en la casa y corrió hacia las escaleras.  Mire a Eddie sin saber ue hacer.

—¿Puedes ir con él?—me pregunta. Asiento con la cabeza. Me adentre en la casa y subi corriendo las escaleras.
Harry había dejado abierta la puerta de su habitación. Parado frente a la ventana, con una vista pequeña al mar, me daba la espalda y no sintió cuando entre. Me acerque por detrás, estire mi brazo y apreté su hombro. Tardo unos segundos en girarse hacia mí. tenía una expresión neutra y calmada, sabía que discutían mucho, y que él no la amaba, la ruptura no le estaba afectando mucho.

—Winn  vio que desaparecimos juntos de la boda toda la noche, creyó que tú y yo…--cayó.
—¿Por qué crearía eso?—sin contestarme, estiró su brazo hacia su cajón a la izquierda, de ahí, saco una pequeña cajita de madera con una nota adherida a ella. Tomo mi mano y la puso sobre ella.
Lo miré extraño.

—Ábrelo—articulo. Tomé la nota y la desdoblé, adentro escribía  con letra cursiva “Magy, ¿Irías al baile de graduación conmigo? –H”
Lo miré atónita. El quito la tapa de la caja, adentro se encontraba una cadena de oro con una perla de colgante.

—Eres la chica de la que hablaba anoche.

No puede ser posible. No podía creerlo y tampoco podía hablar. Lo mire un largo rato, el no volvió a decir nada, camino por mi lado y salió de la habitación.

—¡Harry!—lo seguí. Fue mucho más rápido que yo, se subió a su pikup y acelero.

Estaba confundida, pero ahora entendía muchas cosas. Camine sin rumbo con la esperanza de que haya parado más adelante y podamos hablar mejor. Yo no pude decirle nada porque estaba tratando de unir las piezas del rompecabezas.

Harry siempre estuvo enamorado de mí, pero mi mejor amiga lo estaba de él, por eso, a mi regreso, Winn parecía odiarme. Ahora estaba más que claro. Pero, no era culpa mía, ¿era que ella prefería a su novio antes que a su mejor amiga? Lo cierto es que Harry estuvo con ella cuando más me necesitaba a mí, y no pude estarlo. 
Al ir pensando en todo aquello, choque con un grupo de chicos, en seguida reconocí a algunos que fueron los que estaban molestando a Eddie el día que lo conocí, y cumplían con las mismas características de los que golpearon a mi hermano aquella noche, que no pude ver a ninguno.

—Mira lo que trajo el viento. Qué guapa estás, mi amor.
—Déjala en paz, Chuck—lo amenaza Orlando detrás de él.
—Amigo, apuesto a que disfrutaste la golpiza que le dimos a su hermano el otro día—dijo otro. 
—¿Qué?—exclame—¿Ellos son amigos tuyos? ¿Y golpearon a mi hermano?
—Yo no sabía de quien se trataba, linda—trato de acercarse a mí.
—No me toques—Le di una bofetada. Sus amigos comenzaron a burlarse.
—¿Qué es eso? ¿Un regalo de tu nuevo novio?—dijo otro quitándome la cajita del collar. Eran cinco en total.
—Mira, es del idiota de Harold—se lo dio a Orlando. 
—¿Ese maldito idiota aún no te deja tranquila? Estuvo acosándote toda su vida, aparte del retrasado de Will—tomo el collar y lo jaló rompiéndolo a la mitad.
—¡No!—trate de golpearlo de nuevo, pero dos de sus amigos me jalaron de los brazos.
—¿Es que acaso anoche le diste tu virginidad a Harry? Y ahora te regalo esta estúpida baratija—la tiro al suelo.
—¿Qué te sucedió, Orlando? A pesar de todo eras un buen chico y te quise.
—¿Qué que me sucedió? Tenía sueños, Magy, al igual que tú, y nunca me quisiste, y ahora estoy atado a ese estúpido pueblo, con un bebé que yo ni siquiera quería.

—Embarazar a Amanda solo ha sido culpa tuya. ¿O acaso querías embarazarme a mí?
—Hubiese sido mejor idea—dijo acercándose y el miedo me recorrió el cuerpo.
—Idiota—lo llamó alguien por detrás. Se giró y Brad lo golpeo con una guitarra eléctrica en la cara, y pronto, otros tres chicos, golpearon a los otros con instrumentos iguales.

Un chico rubio que venía con Brad, me jalo de la mano y comenzamos a correr.

—¡Esperen!—volví rápido por los pedazos de la cadena y volví con ellos.
Cuando llegamos a la plaza en donde estaban todas sus cosas, abrace al chico rubio que me había hecho correr.

—Muchas gracias—articule, temblando.
—Ya estás bien.
—Tenemos que ir a la estación. Esos chicos son unos acosadores, molestaban a un amigo mío y golpearon muy fuerte a mi hermano—dije a punto de llorar.
—Tranquila, nosotros te llevamos—dijo Brad y me tomó de la mano,

Por amarte así《Harry Styles》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora