Observo el anillo de diamante rojo sobre mi dedo mientras mi madre acomodaba flores frescas sobre hielo seco, formando un hermoso arreglo para regalo de aniversario o cumpleaños, con una vara para insertarle alguna tarjeta de dedicación.Cuando gané mi corona de Miss universo me llegaban cientos y cientos de arreglos como esos, grandes y chicos. Eran lo que más me emocionaba de mí día a día en la ciudad. Me sentía viva frente a las cámaras, en las pasarelas, mientras me maquillaban y me probada distintos atuendos. Sentía que estaba dominando al mundo, que había cumplido mi propósito, que había dejado huella por cada lugar que pisaba, motivando a otras personas a seguir sus propios sueños.
Sin embargo, detrás de mí, y por años me había estado persiguiendo una gran nube negra, llena de odio, de rencor y de venganza, que amenazaba con un gran huracán sobre mi vida, y nunca vi que tarde o temprano llegaría. Ahora esta aquí, y ya no puedo escapar de el , porque yo misma me he convertido en una nube negra.
Veo como mi madre me extiende una rosa roja sonriéndome. Antes de tomarla me espino el pulgar, bota algo de sangre pero la tomo sin darle importancia.
Habían pasado varios días desde que regrese a casa, desorientada, destrozada. Aun me sentía prisionera, porque mis recuerdos de aquellos días cautiva eran negros. No recuerdo absolutamente nada de lo que sucedió y de lo que probablemente me hicieron.
Me atormentaba la idea de lo que pudieron a verme hecho, es un milagro que no haya muerto de hambre, porque tampoco recuerdo haber comido en esas casi dos semanas. Lo único que tenía presente en mi cabeza era el rostro de Andrew, me erizaba la piel del miedo.
Probablemente el doctor me había explicado lo que me había pasado, pero no le había puesto atención, tal vez, me habían drogado. Y ahora no dudaba, que Amanda y Orlando estaban implicados en esto, porque según oí, huyeron del pueblo algunos días antes de que yo apareciera, como para librarse, haciéndolos más sospechosos.Clarie me contó que interrogaron a casi todos en el pueblo por si habían visto algo, entre ellos: Amanda, Orlando, Harry y Win, que según eran los más cercanos a mí.
Mi amigo Tyler me sirvió de testigo para revelar todo acerca de Andrew, incluso pidió ayuda a algunos chicos de la universidad. Él estudiaba ahí pero en una distinta carrera.
En cuanto a Harry, seguía llamando al celular de su padre, sin obtener respuesta, y según mis padres, su repentina desaparición, lo hacía sospechoso de mi secuestro.
Me enfurecí por eso, y estaba ayudando a mi madre en la florería porque mi padre me obligó asi para mantenerme al margen y en constante vigilancia.—Ten cuidado, cariño—me dice mi madre con tono dulce.
Sin siquiera mirarla, me dirijo al lavabo. No planeaba desquitarme, ni actuar como una niña berrinchuda, dentro de mí tenía una explosión de emociones.
A saber que estaba embarazada, les pedí a Tyler, Win y a Brad que guardaran el secreto, hasta que supiera que hacer y aclarara mi mente. Lo estaba enfrentando yo sola, y no tenía que ser así.Posiciono la rosa a un costado del lavábamos y me enjuago las manos con agua y jabón. Las seco suavemente con una toalla de papel. Del bolsillo trasero de mis shorts blancos, saco mi celular y llamo esperanzada al número del padre de Harry. Pitó hasta el buzón de voz, cansada, por primera vez decido dejarle un mensaje.
—Hola, señor Styles, soy Magy, necesito hablar con Harry. Yo…-Hice una pausa imaginando que le pasaría el teléfono al oír esa parte del mensaje—Estoy en casa, sana y salva, tu… ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¿Eddie está bien? yo…-- un nudo obstruyo mi garganta—Harry estoy… yo—aspiro reteniendo las lágrimas—Estoy embarazada, Harry y no sé qué hacer—rompo el llanto—Me siento perdida sin ti. Te necesito, Harry. ¿Dónde estás?—suena un pitido anunciando al fin del espacio para el mensaje.
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Por amarte así《Harry Styles》
FanficEl amor más puro y perfecto lo sentía Harry por Magy. Él se enamoró de ella cuando sólo era un chiquillo inocente. Ella solo lo vió cuando floreció, y asi se enamoró. Escribieron su historia de amor en tan solo un corto verano, y los errores del pa...