Por amarte así《Harry Styles》

Treinteava noche: "Vamos A Otra Parte"

Me observo por última vez en el gran espejo de cuerpo completo sobre mi closet. Llevo puesto un vestido negro con escote de pico al frente, y circular atrás con tirantes delgados. Tacones del mismo color, maquillaje leve, el collar de la perla y mi cabello lacio llegaba a mi trasero.
Al oír el timbre de la puerta principal, tomo mi bolso a juego con el atuendo y salgo por las escaleras.

—Claro que volveremos temprano, señor Lovegood. No tiene de que preocuparse—le decía Harry a mi padre.
—Contigo no me preocupo, Harry. Creo que eres el primer chico decente con el que sale mi hija. Aunque hace mucho tiempo sabía que estabas enamorado de ella nunca creí que fuese a hacerte caso.
—Papá—le reprocho al llegar con ellos.
—Es comprensible. Tanto tiempo en la sombra y de la nada…
—Si. Debemos irnos si queremos volver temprano—lo interrumpo—Adiós, papi—beso su mejilla y salimos.
Harry tomo mi mano, y cuando cierro la puerta me planta un beso en los labios. Al separarse se llame los suyos.
—Parece como si cada vez que me besaras comieras crema batida—me burlo.
—Podría comer eso el resto de mi vida—me ruborizo inconscientemente—Amo tus labios, Magy—abro un poco los ojos y vuelve a besarme.
Seguido me suelta y nos dirigimos a su auto.
Pocos minutos después nos detenemos en el “Queens” el mejor club nocturno del pueblo, a diferencia del que había ido con Eddie la otra noche, este tocaba éxitos de bandas y solistas clásicos, excelente música conocida por todos toda la noche.
Cuando entramos, Harry me sostiene de la cintura en todo momento. Noto que viene vestido tan elegante como en la boda, tan atractivo. Siente mi mirada y sonríe.
Mi corazón se acelera. Como amo su sonrisa.
Bailamos en todo momento, no nos importó que pusieran puras canciones como las de Freddie Mercury, nos divertíamos como adolescentes, y cuando era momento de las baladas me sentía en el mismo cielo, sobre los brazos de Harry.

—Harry—lo llamo. Con la cabeza recostada en su pecho. La levanto n poco y mis ojos castaños se encuentran con sus esmeraldas preciosas—Creo que estoy enamorada de ti.
—¿Hablas en serio?
—Sé cuándo estoy bastante segura—sonríe enormemente y no dice nada el próximo minuto, así que lo beso en los labios.
—Vamos a otra parte—susurro en su oído. Veo su reacción paralizada, luego observa el escote de mi vestido.
—Me dejas sin palabras, Magy—me rio. Tomo sus brazos  y lo jalo hacia afuera. Una vez ahí, reacciona y no subimos en su auto.
Cuando estuvimos en su casa, Harry parecía seguir pasmado. Lo observo que se queda parado en la puerta de entrada, entonces corro las escaleras hacia su habitación. Indudablemente oigo el cierre de la puerta y sus pasos detrás de mí, cuando llega a la puerta lo sorprendo tirándome sobre él.

—Debo estar soñando—murmura.
—Sh—lo cayo y le quito la camiseta. Lo observo.
—He querido quitarte ese vestido toda la noche.
—Ahora puedes hacerlo—levanto un poco los bordes invitándolo, en seguida los toma y sube mi vestido, se sorprende cuando se da cuenta que no llevo sostén.
Jalo su brazo despertándolo de otro trance, lo recuesto sobre la cama y lo acorralo posicionándome encima de su cuerpo.
—Justo ahora sabrás si verdaderamente valió  la pena tanta espera.
—Cada segundo contigo lo vale.
—Me matas con tanto romanticismo.
—Lo he guardado mucho tiempo solo para ti—lo beso.

Harry era increíble. Yo había comenzado dominando la noche, pero de un momento a otro el poder de ambos cuerpos paso a ser de él. Tan romántico como el mismo pero con su lado sexy y atrevido. Nos fuimos más allá de un lugar secreto, entrelazamos lazos más grandes que un noviazgo. Había sido yo la que se perdió de este hombre tan maravilloso, al irme lo deje en brazos de Winn que probo su amor antes que yo, y me entristecí.

—Dios mío, Magy. ¿Estás bien?—sujeta mi rostro repleto de sudor y mis mejillas estaban empapadas de lágrimas—¿Te he lastimado?—se preocupa. Niego con la cabeza. Sujeto su rostro de igual forma con una mano.
— Lamento tanto que no estuviésemos juntos antes—toma mi mano y le planta un beso a mis nudillos—Toda mi vida estuviste frente a mí, y me perdí de un hombre tan maravilloso. Lo siento.
—Sh—acaricia mi cabeza y me besa en los labios—Yo lamento haber sido tan cobarde como para dejarte ir, pero ahora estás aquí y te conquistaré cada día de mi vida para que no quieras irte nunca.
Vuelve a besarme y volvemos a hacerlo.

Por la mañana, el calor abunda la habitación, y aun adormilada, estiro mi cuerpo y quito las sabanas. Abro lentamente los ojos, mi mejilla derecha está hundida en la almohada y el frente de mi cuerpo cubierto por el colchón. No veo ni escucho sonido de Harry, sin embargo, un par de segundos después, siento unos dedos delinear la curva de mi espalda desnuda. Mi piel se eriza pero no me muevo.
Con ambas manos, Harry coloca mi cabello cubriendo la desnudez de mi espalda y con las sabanas la parte baja de mi cuerpo. Seguido me abraza y aspira el olor de mi cabello.

—¿Te gusta mi cabello, Styles?—pregunto sin moverme, sorprendiéndolo. Se ríe y lleva su cara atrás de la mía.
—Es uno de tus infinitos atractivos que me vuelven loco— murmura en mi oído, giro la cabeza y le planto un beso.
—¿Ya es hora de desayunar?
—¿Qué clase de desayuno quiere,  mi amor?—mi cuerpo se estremece.
—El que sea pero contigo—sonrió y nos volvimos a besar.