Sweet Dreams

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Capítulo 14

"Le pareció que había algo trágico en una amistad tan cercana al amor"

—El retrato de Dorian Gray.

Siempre me pareció extraño el actuar del destino.

No lo voy a negar, me molesté cuando Nikolai me dijo que tenía que ir a ver a su Yuri, ya que él —debido a su delicado estado de salud—. No podía hacerlo.

Estuve a punto de negarme y pedirle a Mila que viajara de mi parte, pero fue ella la que tomó mis maletas y me dijo que necesitaba un descanso, que estaba tenso y que una vacación corta no me haría mal.

Estaba en lo cierto.

Unos días más tarde me encontraba en un pueblo cubierto de nieve, buscando una casa en una calle que parecía no existir y poco a poco los minutos se me hacían eternos.

No muy grata fue mi sorpresa cuando me topé con una pequeña casita, oculta debajo los copos de nieve. Toqué la puerta suavemente, con la esperanza de que nadie abriera para poder tener una excusa para irme. Pero no fue así.

Tiempo después abriste la puerta, me sorprendí, no lo voy a negar, ya que esperaba ver a Yurio y no a ti.

Me agradaste desde el primer momento Yuri, lo admito, eso es algo que no pasa seguido. Inmediatamente te vi, alejé la idea de preguntar sobre algún hotel, alojamiento o lo que sea donde pueda dormir, estaba dispuesto a dormir en el sofá si era necesario, con tal de quedarme.

No iba a dejar pasar la oportunidad de conocerte, no señor. Y menos después de ver tus ojos achocolatados llenos de sorpresa y muchas preguntas.

Yurio solía hablar mucho te ti en sus cartas; decía cosas buenas, cosas no tan buenas... pero siempre se refería a tu persona con respeto y hasta algo de admiración. Eso me llevo a pensar que eras alguien mayor con un aspecto sabio —como esos señores con barbita y canas blancas—. Me sorprendí al ver que eras mucho más joven de lo que pensaba, mucho más tímido y hasta inseguro... tal vez muy inseguro.

No sabes cuan dichoso me puse al ver que me dejabas entrar a tu vida, tardaste un poco al principio pero lo hiciste. Cada día que pasaba era más y más interesante hasta el momento en el que pude ver tus pinturas.

Sabía que practicaban con una foto mía, estaba enterado desde hace meses y solo esperaba el momento para verlas por qué: uno piensa que las fotografías son más prácticas y rápidas, pero en estas se pierde la percepción de otra persona, la forma en que el artista ve el mundo.

Y me gustó ver cómo me veías Yuri, era como mirarme sin la máscara que estaba tan acostumbrado a llevar, sin la vida perfecta que parecía rodearme, era ver a Víctor y ya... Ni el espejo me retrataba tan bien.

Después noté de que empezó una cuenta regresiva, tenía menos de un mes para hacer muchas cosas: Supervisar a Yurio, terminar de conocer el lugar, ahora conocerte a ti, aprender, reír... Vivir.

Mi vida en San Petersburgo no es sencilla Yuri: Trabajo más de ocho horas diarias, duermo poco, tengo que contentar a mi padre y a mi madre, allá tengo que vivir la vida de otros. Aquello a veces me hace olvidar que soy una persona con sueños propios, con aspiraciones.

Y recordé lo que era ser yo en ese corto periodo de tiempo: recordé lo malo que soy para cocinar, recordé lo que era el calor de una familia cuando visitamos a tus padres, recordé que era tener un amigo con el cual poder hablar, recordé que era divertirse y muchas cosas más... Todo gracias a ti.

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