Capítulo 16

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Nos encontrábamos recostados en el suelo de mi estudio; la luz de la luna entrando por la ventana abierta, una pequeña alfombra bajo nuestro cuerpo mientras escuchábamos los sonidos de la noche acompañados de la suave brisa que purgaba mis pensamientos.

Hace mucho tiempo que no nos encontrábamos así, solo los dos sin hacer nada. Estaba seguro que quería hacer preguntas, quería saber que era lo que pasaba pero no me sentía listo para decirlo... O tal vez solo era un cobarde.

Cerré los ojos para repasar los eventos del día, dejando que mi mente evoque las imágenes de manera casi automática.


Mila era la prometida de Víctor, una muy linda y agradable prometida que no se desprendía de su brazo y cada que podía le daba un beso sin miedo a que se desgaste.

—Soy la hermana de Yuri —Dijo ella quitándose la bufanda.

Había vuelto a la cocina por una taza de café para la recién llegada. Nos habíamos reunidos todos en la sala para simplemente "Charlar" y Mari... ella solo saludó y se fue a dormir a mi habitación.

—No es mi hermana —se quejó Yurio, perdido en las cosas que le había regalado Mari.

Mila hizo un tierno puchero—. Me adoptaron unos años antes de que tuvieran a Yuri, creían que no podrían concebir y querían un hijo... en mi caso, una hija. Sin embargo cuando nació Yuri sus padres pensaron tener más de un hijo podía ser problemático.

—Mi abuelo tomo su custodia legal, poco después—continuo Yurio poniendo los ojos en blanco.

Mila asentía y soplaba el café, le daba un sorbo y miraba a Víctor. Era como su rutina a la hora del té.

— Mila ¿Qué haces aquí? —Víctor la miró con toda su atención, por primera vez desde que había llegado.

—Pensé que te alegrarías al verme —Víctor no creyó esa respuesta—. El abuelo quería mandar a alguien para ver si estabas bien, solo me ofrecí como voluntaria.

—No hacía falta —Sin decir una palabra más, Víctor se levantó y entró a su habitación.

Puede que mi expresión revelara lo extrañado que me sentía, aun habían cabos sueltos que no se ataban en mi mente, relaciones que no encajaban.

—Siempre es así —me respondió Mila, como si escuchara alguna de las muchas preguntas que estaba formulando—. Entonces, tú eres el famoso Yuri.

Parecía una persona agradable, no el tipo de amiga que tendría a mi lado pero no la podía ver como una mala persona. Sin embargo... quería verla como una mala persona; quería que dijera o hiciera algo para no tolerarla y tener motivos para decir que no me agradaba y así poder echarla de la casa.

Eso no evitaba que instintivamente la rechazara, era la antipatía creciendo en mí.

—Si...

—Yuri —Mila señaló al rubio perdido en su universo—. Habla mucho de ti en sus cartas, habla muy bien. Nunca logré que me expresara ni la mitad de respeto que tiene por ti.

—Cállate bruja —Yurio tenía las mejillas ligeramente coloradas, se levantó y también desapareció.

— ¿Planeas quedarte mucho tiempo?

La pelirroja comenzó a hacer cálculos con los dedos—. Pues no más de dos semanas, a la familia de Víctor no le hizo gracia la última carta que mando y pues...

El sonido de una puerta abriéndose impidió a Mila terminar su frase, Víctor apareció con la típica ropa que usaba cuando salíamos a dar unas vueltas, no permitía que el frio tocara su piel pero tampoco usaba cosas que pudieran sofocarlo.

Sentimientos en AcuarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora