Víctor se paró en frente de aquella puerta oscura de madera, con el pulso acelerado y una tonta sonrisa en el rostro. Respiró profundamente dos veces antes de animarse a tocar y se quedó ahí parado, esperando.
Esperando una respuesta que no llegó. Pero había viajado desde tan lejos, una mirada furtiva en la tarde no era suficiente para calmar su agitado corazón así que volvió a intentar, tocando un poco más fuerte y esperando nuevamente de forma muy paciente.
Hasta que escuchó movimiento del otro lado. Entonces aún había esperanza.
Impulsado por la emoción tocó otra vez con un poco más de fuerza de la necesaria, sabia que tenia que controlar sus impulsos, pero de verdad esperaba verlo de nuevo.
— ¿Sí? —Respondió una cálida voz, susurrante.
—Buenas noches —Víctor tuvo que tomar un bocado de aire antes de continuar —. Busco a Yuri Katsuki.
—No se encuentra ¿Quiere dejarle un mensaje? —Víctor no necesitó verlo para saber en qué estado se encontraba. Ya lo había escuchado ese tono de voz antes.
Pacientemente siguió su juego, hasta que la otra persona accedió a abrir la puerta y fue entonces cuando sus miradas se encontraron. Víctor no pudo evitar sonreír al ver que no había cambiado nada. Por experiencia propia sabía que un año podía cambiar mucho a las personas, pero para su fortuna Yuri parecía seguir siendo... Yuri; a pesar de tener las mejillas sonrojadas, los ojos vidriosos y un ligero olor a alcohol que solo confirmaba sus sospechas.
El plan original era visitarlo, intercambiar un par de palabras —tal vez invitarlo a salir—. Y marcharse. Por la mente de Víctor nunca se cruzó la idea encontrarlo en ese estado... Como en aquella fiesta.
Yuri bajo los efectos del alcohol era impredecible —Víctor lo descubrió de una manera peculiar— era por eso que ahora nada le aseguraba que actitud tomaría Yuri. Podía simplemente mirarlo toda la noche como si lo juzgara en secreto o tal vez solamente no lo reconocería y le pediría que se fuera, también podía bombardearlo con preguntas o en el último de los casos hacer como si nada hubiera pasado... Como si mágicamente hubieran regresado a la época en la que vivió en su casa.
Para su sorpresa, ninguna de las opciones fue válida. Yuri lo dejó entrar, si, pero tal vez porque él se lo pidió, también preguntó pero para nada era el tipo de preguntas que se había preparado para responder, hizo una sencilla pregunta que revelaba sus preocupaciones más profundas empujándolo incluso a buscar el anillo que respondiera por él.
Al escuchar la respuesta los profundos ojos achocolatados del menor se iluminaron; como si las estrellas volvieran a brillar después de haber pasado muchas noches detrás de rebeldes nubes grises... como si de pronto volviera a nacer.
Y de pronto Víctor sintió como las manos de Yuri se aferraban fuertemente a su cuerpo mientras recostaba su cabeza en su pecho. Ambos estaban nerviosos, solo tenían que sentir sus palpitaciones o escuchar sus respiraciones aceleradas.
Víctor se dejó embriagar por el ligero aroma que desprendía Yuri; una mezcla del inconfundible pero sutil toque del sándalo y algunas notas florales. No se hubiera dado cuenta nunca, pero ahora al volverlo a ver, podía decir que ese aroma se le hacía dulcemente familiar.
Poco después y sin un poco de pudor Yuri comenzó a observarlo, como si fuera la primera vez que lo hacía, como si quisiera tatuárselo en la mente. Víctor estaba contento con eso, no tenía pensando apresurarlo, Yuri podía verlo el tiempo que quisiera... pero no se preparó para recibir ese primer beso que fugazmente apareció y que se prolongó el tiempo suficiente como para que sintieran sus labios ligeramente fatigados.
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Sentimientos en Acuarela
Fanfiction[AU] Yuri solía dibujar por las mañanas, cuando su mente estaba despejada y pintaba en las madrugadas, cuando el silencio de la noche lo acompañaba. Vivía en un viejo piso cerca de un pueblo lejano y compartía el lugar con su joven aprendiz. Su rut...