ONE SHOTS; STYLAN.

4; nuestro hogar.

El hogar. El hogar siempre es aquel lugar al que vuelves y sientes que por fin estás en tu zona, te sientes cómodo y eres tú mismo.

Recuerdos, invaden tu cabeza apenas entras, las personas vuelan a tu mente de nuevo y el sentimiento de felicidad que te da al darte cuenta de que tienes el poder de ir a verlas es inexplicable. Así se sentía Niall, así lo demostraba con esa hermosa sonrisa y así se los contaría a sus seguidores, que por más que los va a extrañar, y a los escenarios, los conciertos y todo, necesita tiempo para él.

Recostado en su enorme sofá después de haberle puesto a su pequeño árbol de Navidad unas luces doradas, pues no se esmeraba ya que su novio se encargaría de eso apenas llegara. Como lo hacía cada Navidad. Como lo hizo la última Navidad. No podía con la emoción de querer volver a ver al castaño de ojos verdes. Había pasado tiempo, pero la hora había llegado y por fin pasarían estas vacaciones juntos.

Veía aquel juego de golf grabado cuando su teléfono vibró. Se extendió hasta tomarlo y el nombre de Harry parpadeaba.

Frunció el ceño. Que Harry le llamara antes de algún compromiso que habían acordado era mala señal. Muy mala señal.

"¿Hola?" Respondió, su corazón martilleaba contra su pecho.

"Niall. Tengo algo que decirte" Y ahí lo supo. Ahí estaba aquel tono de tristeza, queriendo ocultarlo con un poco de emoción.

"No vendrás. ¿Cierto?" Murmuro, sus dedos sé apretaron al aparato plateado que sostenía contra su oreja.

La línea quedo en silencio, luego un largo y fuerte suspiro por parte de Harry. "Mira, hay una explicación..."

(...)

"Que bueno que decidieras venir, hijo" Maura se veía realmente feliz, hace más de tres Navidades que su hijo no aceptaba ir a las cenas familiares y que este año hubiera dicho que si, era gratificante.

Niall se encogió de hombros y siguió mezclando la pasta de zanahoria en el bowl.

"¿Como están los chicos?" La mujer pregunto trivialmente mientras seguía andando de aquí para allá por la cocina.

"Bien, supongo." Niall no estaba completamente en esa habitación. Se sentía decepcionado y un poco cansado. Desde el martes hasta ahora, vísperas de Navidad sólo pensaba en Harry. Estúpido Harry. Se corrigió mentalmente.

Niall al ver la mueca en su madre supo que no estaba siendo consciente y se apresuró a aligerar el ambiente. "Acababa de ver a Liam. Luce genial, la paternidad le sentó bien y todo eso. Creo"

Maura obtuvo de nuevo esa sonrisa, y asintió. "Me alegra" respondió. "¿Qué hay de Harry? ¿Vendrá?"

Niall cerró los ojos, trato de normalizar su respiración y también tomo con fuerza el recipiente de vidrio entre sus manos para evitar tirarlo al suelo.

Su mandíbula se tensó y negó débilmente. "No" aunque fue un simple no, fue más que suficiente para que Maura se diera cuenta que el tema Harry estaba prohibido. Al menos esa noche.

(...)

Harry camino lo más rápido que el suelo lleno de nieve le permitió. Estaba exhausto después de ocho horas de viaje, pero lo había logrado. Había logrado hacer su aparición en el programa y podía tomar su avión que le llevaría con Niall.

Era vísperas de Navidad. Estaba en Londres, su camioneta quedo atascada en el tráfico. Pero él sólo quería llegar con su novio gruñón, así que decidió irse a pie. Era una buena idea cuando algunos rayos de sol iluminaban la ciudad, sin embargo, cuando una tormenta de nieve comenzó a arrasar supo que jamás debería de haber dejado su auto.