ONE SHOTS; STYLAN.

48; inquietudes

¿niall mayor y siendo pintor mientras harry es modelo? es tu one shot.

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La oscuridad en toda su casa era un factor común. Aveces se podía preguntar por las enormes lámparas en cada esquina y en porque las había puesto si no las usaba demasiado. Le gustaba estar en ese ambiente oscuro, entre penumbras sin importar su estado de ánimo. Al menos así ha sido desde hace unos meses.

Aparte, los colores y sus trazos parecían ser mejores cuando ningún tipo de luz les molestaba. Lo comprobaba siempre que veía esa pintura que abarcaba gran parte de la pared en su estudio.

No se cansaba de admirarla. Con una copa de vino que eran el sabor de esos labios rojos y suaves que bien se veían en el marco.

Tendido en el diván, con esa sonrisa sensual de lado y rizos cayendo de una manera provocativa le regresaba la mirada aquella bella criatura. Con verde ardiente y un desafío implícito. Cada detalle está ahí, como un recuerdo claro. Hasta las marcas del acto sexual que tuvieron estaban ahí. Justo sobre su cuello elegante y largo, perdiéndose en aquella camisa de seda de tonos borgoña, desajustada en su cintura de los pantalones negros que cubrían esas largas piernas.

Nunca se cansaría de ver su obra maestra. Parado a la mitad de la habitación, recordando aquella piel suave debajo de él, tan diferente a todos.

Desde la primera noche que lo conoció supo una cosa de él. Con esa mirada frívola pero llena de algo que te hacía querer prometerle la luna y las estrellas como una humilde ofrenda a su belleza.

Harry Styles era hielo ardiente. De alguna manera te podía llenar de un cálido sentimiento pero jugando contigo te enfríaba y se deshacía de ti. 

Harry era el océano. La única cosa que Niall había conocido igual de peligrosa pero que lo atraía de manera inexplicable. Con su edad, debio de haber tomado precauciones. Viéndolo jugar a enamorar a los demás con esa libertad tan atrayente. Dejándose admirar, siendo un deleite para todo aquel que se dejaba envolver.

Harry jamás se dejaría amar. En ese momento Niall no sabía si era por miedo o solo era lo suficientemente vanidoso y caprichoso como para perder su tiempo en esos sentimientos.

Harry solo tenia 23 años, Niall pensaba que era la primera opción. Esperaba que así fuera, tan solo era muy joven para poder tener miedo de que alguien lo lastimara. Tal vez alguien lo hizo y ahora era precavido. Sin embargo, en el fondo y aún contemplando la pintura podía percibir en esos ojos que era algo más crudo y cruel. Harry era imposible de tener porque él no quería a nadie aunque los tuviera a todos.

Era malvado, calculador e inaccesible. Todas las veces que lo tuvo en sus brazos Niall nunca supo si de verdad lo tuvo o solo fue una ilusión.

Desde su primera vez juntos Harry jamás dejó ver nada más que una lujuria y deseo desbordante de su ser. Él lo quería en su cama y Niall no pudo negarse. Sin ceros sutilezas recuerda como Harry en esa pose tranquila, con la copa jugando en sus largos dedos y con un semblante suave rozando al de un ángel le dejo sin fuerzas. Justo enfrente de él. Solo basto con 4 palabras para que Niall se olvidara de todo y el peligro.

— Quiero que tengamos sexo. — lo soltó en un timbre de voz que a pesar de ser seguro y sin maldad, el negarse quedaba completamente fuera de la discusión.

— ¿Disculpa? — respondió Niall mirando con el ceño fruncido al chico que estaba pintando. Harry sonrió y se estiró aún más en el sofá. Parecía un ser divino con toda esa piel expuesta.

— Disculpado. Pero igual quiero que lo hagamos.  — su voz era una caricia a los oídos del pintor. Hace mucho que no sentía esa necesidad de tener a alguien, pero ahora con ese chico de rizos chocolate y mirada verdosa le hizo algo que se olvido de la obvia diferencia de edad de 8 años  y de que todas sus señales de advertencia seguían sonando.