29; limonada.

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no puedo creer que pase 1 mes sin publicar, que oso, btw está canción me gusta demasiado y me recuerda por alguna extrañas razón a harry y niall jsjs sooo, escuchenla se las recomiendo.

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Todo era silencio en esa enorme sala con el sofá dando directo al ventanal del típico jardín de esas casas de los suburbios. Todo tan perfecto. El pasto verde y podado, las rosas, tulipanes y todas las flores que quería estaban ahí floreciendo dando una hermosa vista, la mesita de té junto a la piscina que aunque era demasiado grande apenas y abarcaba parte de ese espacio. Todo relucia de lo limpio y ordenado que era. Sin ninguna imperfección y por el tiempo que pasaba ahí, Niall también lucia perfecto. Vestido todo de blanco hacia relucir sus ojos azules, su cabello minuciosamente peinado de lado sin ningún pelo fuera de lugar, piel perfecta y suave, mejillas y labios rosas, era como un muñeco de la casa Steiner.

El lugar aparte de él estaba completamente solo. Todo era un silencio hasta cierto punto perturbador. Sus ojos estaban clavados en el agua de la alberca moviéndose ligeramente.

El reloj marcaba las 12 en punto y se cumplía exactamente una hora de que su esposo se había ido para llegar hasta media noche sin explicaciones más que el arduo trabajo y el lápiz labial rojo en su cuello.

Con un movimiento grácil y preciso se levantó, acomodando su camiseta de seda. Camino hacia la brillosa cocina retro y moderna para comenzar a hacer limonada. Los cortes que hacia a los limones jugosos y grandes eran calculados justo a la mitad y como eran importados no tenían los huesos dentro. Limpios y sin ninguna imperfección. Sin dejar ninguna gota fuera de la tabla que ocupaba saco una bonita jarra de vidrio que había comprado en Suecia.

Exprimio pulcra y sencillamente los limones dentro de la jarra hasta dejarlos secos. El agua se convirtió poco a poco en ese tono amarillo típico de la limonada y sin más agregó de un solo movimiento el hielo.

Miro las gotas escurrir de los bordes y sonrió antes de volver sus ojos hacía el reloj. Medio día. Dejando todo listo subió a su habitación y con delicadeza sacó del armario uno de sus trajes más caros que tenía, con sus pantalones ajustados y ese saco que podía deslizarse por sus hombros de manera sencilla al quedar colgando de ellos. Su cuello al descubierto brillaba por el collar de oro que su esposo le había dado.

Pasando sus manos por el material del saco se estremeció y se permitió disfrutar un momento de la sensación. Solo en su enorme habitación donde el ligero aroma a sándalo se percibía. Respiro profundamente y descalzo se dirigió a la planta baja, el jardín parecía brillar y las flores se sentían como sus mejores amigas cuando pasaba la punta de sus dedos por los pétalos.

Poniéndose sus lentes de Sol YSL se dejó caer en una de las sillas a lado de la alberca. Su piel al Sol era un montón de brillo y suavidad. El saco quedaba colgando de los lados y sus pies sentían la brisa del agua.

Los minutos pasaron, la limonada en la mesita del jardín se derretia lentamente y la respiración de Niall era cada vez más acompasada. Los rayos del Sol y el olor a tierra mojada estaban cerrando los ojos del rubio. Sentía como el Sol quemaba su piel ligeramente y en un estado de relajación extrema tardo en percatarse que su fuente de luz había sido arrebatada.

Sus pestañas se movieron un par de veces y una sonrisa lentamente fue apareciendo por sus tersos labios. El responsable de que hubiera perdido su luz estaba viéndolo curiosamente desde arriba, con esos rizos enmarcando su perfecto rostro y ojos verdes estudiandolo.

— Pensé que estabas muerto. — el acento inglés en esas palabras estremecieron su cuerpo y sintió el burbujeo de una risa en su estómago.

— Tal vez lo estaba. — respondió reincorporandose en la silla y quitándose los lentes oscuros.

ONE SHOTS; STYLAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora